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Con sorpresa y desconcierto para millones de luchadores revolucionarios en el mundo, Latinoamérica y en Venezuela, el presidente Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana y del Socialismo en Venezuela, Latinoamérica y el mundo, ha sentenciado al Partido Comunista de Venezuela (PCV) al exterminio político, al igual que al partido Patria Para Todos (PPT).
Hugo Chávez ha prometido que el PCV y el PPT “van a desaparecer del mapa político. Yo me voy a encargar de eso, tengan la seguridad (…) Yo los acuso de contrarrevolucionarios y hay que barrerlos del mapa político venezolano, van a desaparecer”. Y agrega al mejor estilo del decadente y peligroso George W. Bush: “El que está conmigo tiene que estar con Hugo Cabezas [candidato a la Gobernación de Trujillo por el PSUV], no hay otro. El que no esté con Hugo Cabezas no está con Chávez, está contra Chávez”. Y punto (Últimas Noticias, 12-10-2008, p. 23).
¿Y quién es Hugo Cabezas?, se preguntarán. ¿La reencarnación del Che Guevara? ¿Un dirigente obrero, un líder campesino, un líder comunitario? No importa, por ahora. No nos detengamos en lo particular de los candidatos, porque el problema no es simplemente electoral.
En dos pequeñas ciudades del interior del país, Chávez se ha jugado su prestigio de aglutinador de la voluntad de la mayoría del pueblo venezolano, de líder de la unidad continental, de referencia viva para movimientos revolucionarios en América, Europa, Asia, África y Oceanía, y todo por tratar de posicionar a dos de sus candidatos a la gobernación en los estados Portuguesa y Trujillo. ¿Y contra quién arremete? ¿Contra los partidos y grupos de la oposición golpista y fascista que lo derrocó el 11 de abril de 2002? ¡No!. Arremete contra sus aliados electorales del PPT y los comunistas. Sí, aliados desde 1998 cuando logró ganar la presidencia de Venezuela, especialmente los comunistas del PCV.
Me entero que el PCV apoya a 16 de los 22 candidatos a gobernación del PSUV (73 por ciento). No apoya a ningún candidato de partidos de la oposición. Y apoya 6 candidatos propios o en alianza con el PPT (27 por ciento), y que ninguno de estos 6 es apoyado por el PSUV. Si como dice el Presidente Chávez, parafraseando a Pitágoras de Samos, “Dios habla por las matemáticas”; según esta novedosa certificación de revolucionarios (apoyar o no apoyar a los candidatos del PSUV), el PCV es 73 por ciento revolucionario y 27 por ciento contrarrevolucionario. En síntesis, el PCV sería matemáticamente revolucionario.
No es cualquier cosa lo que ha dicho el Chávez, tal vez sin meditar la resonancia y repercusión de sus palabras más allá de la prensa local. Esta bien defender unas candidaturas, pero no era necesario presentarse como un verdugo dispuesto a exterminar personalmente a los comunistas, además de llamarlos contrarrevolucionarios, traidores, desleales, buscapuestos y mentirosos. Todo en una semana.
Si esto continúa así, muchos agentes del departamento de Estado estadounidense y de la Comisión Europea contra el Comunismo se quedaran sin empleo. Y los organismos de inteligencia policial y militar de Venezuela, DISIP y DIM, redoblarán sus esfuerzos de “monitoreo y neutralización” contra el Partido Comunista de Venezuela, como en los “mejores tiempos” de los gobiernos del puntofijismo.
A los comunistas chilenos, exterminados físicamente - no como organización - por el régimen de Pinochet, no les hace ninguna gracia ese discurso propio de los anticomunistas. A los comunistas españoles, menos, al recordar a Franco. Para los comunistas de Turquía, Indonesia, Nepal, Japón, Grecia, República Checa, Sudáfrica, Colombia, El Salvador, Guatemala, “borrar del mapa” recuerda la muerte, la persecución, la cárcel, la tortura y la privación de empleos durante años.
¿A quien sirve el anticomunismo en Venezuela?