CHICAGO – “Privatizar el Seguro Social será un buen negocio para Charles Schwab, pero es un mal reparto para los trabajadores norteamericanos” les dijo aquí el presidente Dennis Gannon de la Federación del Trabajo de Chicago a una muchedumbre multirracial y multinacional de 300 que desembocaban la acera al frente las oficinas de la firma de corretaje. “La bolsa de acciones es un juego de azar”, continuó, “Tengo una madre de 83, una hija de 22 y tengo 52. La privatización nos pone a todos en peligro”.
El 31 de marzo, en 70 ciudades y pueblos a través del país, miles de estadounidenses protestaron al frente de las oficinas de la empresa de inversiones Charles Schwab exigiendo que esa compañía cese su apoyo a la privatización y destrucción del Seguro Social. Más de 45.000 cartas electrónicas y llamadas llegaron a las oficinas de Schwab con este mensaje, “No vacíes nuestros bolsillos para llenar los suyos”.
El año pasado, la corporación Charles Schwab ganó el puesto número 25 de “Los 101 momentos más estúpidos en Negocios”, una lista de equivocaciones corporativas publicada por la revista Business 2.0. Schwab recibió esta posición cuando recortó sus contribuciones al plan de jubilación 401(k) de sus propios empleados durante una campaña para convencer a los inversionistas a confiar en la compañía con sus ahorros de retiro.
Este año la compañía podría llegar al tope de la lista con su testarudo apoyo al plan de la administración Bush de privatizar el mas apreciado y efectivo sistema del seguro social. La empresa es parte clave de grupos de cabildeo apoyados por empresarios que trabajan con la Casa Blanca para introducir cuentas privadas como parte de la “reforma” del Seguro Social.
William McNary, director conjunto de Acción Ciudadana/Illinois, prendió a la muchedumbre cuando exigió a Schwab que quitara sus manos “codiciosas, pegajosas, grasosas, sucias” del Seguro Social. “Se habla mucho de la guerra de clases. Bueno, no pedimos esta pelea. Pero sí es una pelea que quiere, es una pelea que te daremos”, él agregó.
McNary y Gannon encabezaron una delegación, que incluía la congresista demócrata por Illinois, Jan Schakowsky, para llevar una carta a las oficinas de Schwab pidiendo a la corporación que retire su apoyo a la privatización. La guardia de seguridad del edificio paró a Gannon en la puerta giratoria. Después de un corto enfrentamiento, un mensaje llegó de la gerencia de Schwab. No querían la carta. “Es un día triste en Estados Unidos cuando no podemos entregar una carta en nombre de los hombres y las mujeres trabajadoras”, Gannon le dijo a la prensa. Mirando directamente a las cámaras de televisión, McNary dijo, “Si Charles Schwab quiere hacer ganancias está bien. Pero que las haga en otro sitio.
No harán ganancias de nuestro sistema del Seguro Social”. Un rival de Schwab, Edward D. Jones & Compañía, retiró el 10 de febrero su apoyo al grupo de cabildeo pro privatización La Alianza para Jubilo de los Trabajadores como resultado de la presión sindical y comunitaria.
La Casa Blanca prometió pasar legislación de privatización este año. Los demócratas, apoyados por la presión sin precedente de grupos de base, han
rechazabo las cuentas privadas que utilicen los fondos del Seguro Social. Numerosos legisladores republicanos también están sintiendo la presión de grupos de base. El presidente de la Cámara de Representantes Dennis Hastert de Illinois y el presidente del comité de finanzas del Senado Charles Grassley de Iowa están pesimistas acerca cualquier cambio al Seguro Social este año.
La batalla para defender el más básico y mejor implementado programa de seguro refleja la oposición más profunda contra la dirección que va la administración de Bush. “Hay algo más importante que la avaricia”, dijo Margaret Blackshere, presidenta de la AFL-CIO de Illinois. “Es el bienestar de nuestras familias, ancianos y incapacitados. Cuidar al pueblo es lo que debe representar nuestro país ”.
Acusan a inversionistas de querer llenarse los bolsillos con fondos de jubilados