PITTSBURGH – Obreros retirados de Pennsylvania tuvieron dos sorpresas cuando fueron a Canadá en autobús para comprar medicamentos recetados el 10 de junio. El primero fue que los ancianos pueden ahorrarse una cantidad considerable de dinero con solo cruzar la fontera con Canadá. La segunda sorpresa fue el hostigamiento que recibieron por la guardia fronteriza estadounidense.
¿Porqué van a Canadá para comprar sus recetas? gruñó un guardia armado.
¿No son patrióticos? Cuando regresen vamos ver si tienen las píldoras correctas en los envases correcto con la receta correcta, continuaron ellos.
Otro autobús de Filadelfia también reportó que fueron hostigados en el lado estadounidense de la frontera.
Estos viajes, organizado por la Alianza de Americanos Retirados (AAR) y la Organización de Obreros Siderúrgicos Retirados Activos (SOAR) por sus siglas en inglés, tuvieron dos fines, uno de permitir a los ancianos comprar medicamentos a precios baratos y enfocar la atención política sobre la necesidad de incluir recetas médicas en los beneficios de Medicare.
El Sindicato de Obreros Siderúrgicos (USWA por sus siglas en inglés) recibió información de que la administración Bush está considerando invocar al “Acta Patriota” para prevenir que residentes de Estados Unidos puedan comprar medicamentos a través del correo de Canadá o otros países, dijo el director de SOAR, Jim Centner. Después de todo hay una industria que tienen billones en ganancias que proteger.
Edward Coyle, director ejecutivo de la AAR, acusó a las farmacéuticas de “tener grandes ganancias a costo de los ancianos norteamericanos y los incapacitados.”
Las corporaciones farmacéuticas son las líderes en ganancias de toda las corporaciones privadas de acuerdo a la revista Fortune.
Muchas personas jubiladas gastan la mitad de sus cheques de Seguro Social en las recetas. Muchas veces médicos los regalan muestras.
Leo Girard, presidente del USWA, alabando los viajes de autobús dijo que era una desgracia nacional que los jubilados estadounidenses tenga que viajar a Canadá para conseguir medicamentos que prolongue sus vidas. En una rueda de prensa antes de los viajes Gerard, que es canadiense, dijo que las compañías farmacéuticas están prohibidas anunciar en Canadá y que esto contribuye al bajo costo de los medicamentos ahí.
Dwayne Cooper, obrero de la industria del acero jubilado, está de acuerdo. Él dijo que el viaje fue un gran éxito y los ancianos ahorraron dinero.
Marie Malagreca, una líder de AAR y SOAR, reportó que 17 ancianos que llenaron recetas en Hamilton, Canadá, estimaron que ahorraron $33 mil.
George Edwards, miembro de la Junta Ejecutiva de SOAR de Pennsylvania, dijo que cuando llegaron fueron recibidos por obreros del acero afiliados al Local 6868 del sindicato. Ellos prepararon almuerzo, explicaron el sistema canadiense e hicieron a los residentes de EEUU sentirse como en su propia casa. La recepción la sede del sindicato fue muy diferente a la de los guardias en la frontera.
La AAR y el USWA hicieron todos los arreglos para que los ancianos pudieran llenar sus recetas en Canadá. Antes de poder llenar una receta los ancianos vieron a un médico para un examen breve, después el médico escribe la receta. Edwards dijo que él le pidió sacar una foto al médico para la revista de los jubilados, pero el doctor pidió que no, diciendo que temía hostigamiento.
Centner explicó que las compañías de seguro médico basadas en EEUU han amenazado con cancelar el seguro de los médicos canadiense si cooperan con residentes de EEUU en comprar medicamentos en Canadá.
Ancianos se rebelan contra precios medicamentos