Asesino de inmigrante es resultado de odio en los medios

Tres jóvenes de raza blanca han sido detenidos y acusados por el fiscal del Condado de Schuylkill, Pensilvania de homicidio e intimidación étnica, por razón del asesinato del indocumentado Luís Ramírez en el pequeño pueblo de Shenandoah en el noreste de Pensilvania.

Ramírez, de 25 años de edad, fue golpeado por un grupo de jóvenes mientras el caminaba a su casa el 12 de julio, y varios testigos dicen que sus atacantes le gritaron insultos antimexicanos cuando le cayeron encima a golpes y patadas. Una patada en la cabeza lo puso en una coma y falleció en un hospital cercano el 14 de julio.

La novia de Ramírez y madre de sus hijos, Cristal Dillman, de 24 años de edad, le dijo a la prensa que planea abandonar a este pueblo porque no quiere que sus hijos tengan que soportar la clase de ataques étnicos que lanzaron a su padre.

A pesar de que funcionarios del gobierno municipal de Shenandoah dijeron que no ha habido agitación contra los latinos ni inmigrantes en su pueblo, hay dudas al respecto.

La distancia entre Shenandoah y Hazleton, Pensylvania, es solo unos 20 millas (32 kilómetros). Hazleton es el pueblo donde el alcalde, Lou Barletta, se ha postulado como candidato republicano para el Congreso a base de una campaña fiera antiinmigrante. La fama de Barletta se debe al hecho de que haya auspiciado una ordenanza municipal que prohíbe que cualquier comerciante ocupe, rente un apartamento o haga negocio alguno con inmigrantes indocumentados. Desde el principio esta ordenanza se iba a implementar solo contra la gente latina. Aunque Hazleton se encuentra en otro distrito del Congreso, lo más probable es que haya habido un impacto regional. El Concejo Municipal de Shenandoah consideró una ordenanza como la de Hazleton, pero no avanzó. Sin embargo, Shenandoah sí aprobó una ordenanza de “solo ingles”.

Al fin del Siglo XIX y al comienzo del Siglo XX, tanto Shenandoah como Hazleton recibieron muchos inmigrantes de Irlanda, Gales, Eslovaquia, Polonia, Italia y otros lugares, atraídos por las prosperas minas de carbón antracita. Por sus orígenes, ambos son comunidades establecidas por inmigrantes.

La zona también goza de una historia de luchas obreras involucrando al sindicato unido de mineros. En 1897, Hazleton fue el sitio del “masacre de Latimer”, un incidente en el cual alguaciles del condado de Luzerne dispararon contra mineros en huelgas matando a 19. A los inmigrantes de aquella época, sus asesinos les lanzaron la insulta de “hunkies” (por el origen de algunos en el reino de Hungría); hoy se usa el epíteto de “mexicanos sucios”.

Luego después de la Segunda Guerra Mundial, se cerraron la mayoría de las minas de antracita, y pueblos como Hazleton y Shenandoah quedaron a pique. La población de Shenandoah se redujo de casi 30.000 habitantes en los 1920s a como 5.600 hoy en día. El nivel de ingresos de la región es bastante bajo.

Esta gente no es de las comunidades estereotípicamente cerradas y racistas del sur. Sus habitantes son ellos mismos descendentes de inmigrantes quienes, cuando al principio llegaron a Estados Unidos, fueron tratados en la misma forma mala que hoy en día se trata al inmigrante latinos. Y resistían en una manera muy fuerte.

Pues entonces ¿de donde viene tanto odio? El odio es el producto de políticos derechistas, principalmente del Partido Republicano, que no pueden jactarse de nada tras ocho años en el poder excepto una guerra ilegal e interminable y una economía al borde del colaspo, y por lo tanto necesitan chivos expiatorios para confundir a los votantes. Esto se está facilitando por elementos irresponsables de la prensa, radio y televisión, como Lou Dobbs de CNN, que se especializan en difundir información falsa y calumnia contra los latinos, los mexicanos y los inmigrantes, por horas y horas cada semana. El gobierno del presidente Bush ha contribuido su gota de veneno con sus redadas en centros laborales que justifica con información falsa de inmigrantes como criminales y terroristas.

Esta es una historia muy antigua, cuyas víctimas a veces han sido los judíos, los afroestadounidenses, los chinos, y por el momento, los inmigrantes latinos.

Pero sí hay resistencia. MALDEF (Fondo Mexicano-Norteamericano de Defensa y Educación) ha enviado una carta sobre el incidente en Shenandoah al secretario de Justicia estadounidense, Michael Mukasey, exigiendo una investigación y cargos federales por crímenes de odio, bajo la División de Derechos Civiles del departamento de Justicia. Organizaciones latinas y de derechos civiles como el Consejo Nacional de La Raza han iniciado campañas organizadas para combatir al odio. Recientemente el Concejo Municipal de Chicago aprobó una resolución denunciando al odio en la prensa.

Pero se necesita mucho más. Debemos exigir que todos nuestros líderes políticos, laborales, comunales y religiosos se expresen en una forma mas fuerte en defensa de los trabajadores inmigrantes como Luís Ramírez, o mas personas inocentes morirán.