Nuevos acontecimientos en el Sahara, igual que el recién conmemorado Día de Liberación Africana el 25 de mayo, proveen una ocasión para reflexionar sobre la colonia que queda en el continente – Sahara Occidental.
Entre Mauritania y Marruecos, el territorio de 97.244 millas cuadrada en el desierto ha sido motivo de una gran disputa internacional desde que España fue forzada a soltar su colonia en el 1975. Sahara Occidental fue ocupada inmediatamente por ambos Mauritania y Marruecos al salir España.
Después de la gran resistencia indígena, Mauritania fue repulsada pero Marruecos aumentó su dominio ocupando 80 por ciento de Sahara Occidental en desafío a las leyes internacionales.
La población saharauis es poco más de 300 mil, pero más de 100.000 viven como refugiados en la vecina Argelia. Fuerzas de ocupación marroquíes y el movimiento de liberación saharauis, el Frente Polisario, han estado envuelto en una guerra de bajo intensidad por 16 años hasta que la ONU impuso un cese de fuego en el 1991. Este acuerdo está en peligro de fracasar porque el pueblo, que ha sufrido por muchos tiempo, están aun más impaciente con su situación y la determinación de la autoridad ocupante que tiene aliento tácito del superpoder mundial.
El Frente Polisario es el gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática y es miembro de la Unión Africana. Ningún país acepta que Marruecos tiene soberanía sobre Sahara Occidental, mientras que el gobierno del Polisario es reconocido por 70 países.
En el 1982, después de siete años de guerra, el Polisario estaba al borde de liberar a Sahara Occidental cuando grandes cantidades de ayuda militar estadounidense y francés – incluyendo equipo y entrenamiento antiinsurgencia cambió el balance en el conflicto. Los aliados de Rabat también construyeron una muralla que separó la mayor parte de Sahara Occidental de la población saharauis en exilio.
Las ansias por su autodeterminación, un historial de ocupación y resistencia, la situación como refugiados de muchos de sus ciudadanos, desafíos por décadas de las resoluciones de la ONU que buscan soluciones al problema, ha hecho que muchos hablen del pueblo saharauis como “Los Palestinos de África”.
Muchos observadores creen que la explotación de los ricos recursos naturales del territorio es la razón principal por la cual EEUU y Francia está colaborando con la intransigencia de Marruecos. Sahara Occidental tiene tremendos recursos con la pesca, fosfato y otros minerales, también se cree que existen depósitos petroleros a una distancia de la costa.
La compañía grande de petróleo y gas Kerr-McGee recientemente firmó un contrato que tiene el potencial de ser muy lucrativo, con el gobierno marroquíes, para explorar los recursos petroleros en la costa de Sahara Occidental. El contrato, que dura hasta el 29 de octubre del 2005, coincide con el próximo debate en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Sahara Occidental. Kerr-McGee es la única compañía transnacional que queda en el territorio. Las compañías petroleras europeas se retiraron después de protestas internacionales por su envolvimiento no ético en Sahara Occidental.
Una coalición internacional – Western Sahara Resource Watch (WSRW) – de 20 organizaciones pro derechos humanos y justicia en cuatro continentes le han pedido a la compañía estadounidense que no renueva el contrato. La WSRW tiene la esperanza de que puedan usar la exitosa campaña europea de desinvertir para movilizar a la comunidad internacional contra Kerr-McGee. De acuerdo a la WSRW, esta corporación estadounidense “pone a sus ganancias ante de los principios y directamente mina el proceso de paz de la ONU”. La ONU ha determinado que la explotación del petróleo sin el acuerdo de los saharaui es ilegal.
Muchos piensan que al enfocarse la atención internacional otra vez en la situación de Sahara Occidental, Rabat intensifica su represión. El Frente Polisario acusó a Rabat de represión brutal después de la protestas al fin de mayo que renovaron el llamado por la independencia saharaui.
Mientras que el mundo estaba celebrando el Día de Liberación Africana el 25 de mayo, hubieron disturbios en la ciudad principal de Laayoune, motivado, según informes, por mover un preso de Laayoune a Marruecos en vez de un campo Polisario como pidió el reo. Las fuerzas de ocupación respondieron brutalmente con represión. “Las Naciones Unidas y el consejo de seguridad tienen que responder rápido para poner fin a las prácticas represivas de las autoridades marroquíes contra la gente indefensa saharaui”, dijo Mohamé Ould Salek de la oficina de relaciones exteriores del Polisario a una agencia noticiosa de Argelia. “La ferocidad de la represión es tal que ya ha resultado en decenas de heridos, arrestos y desaparecidos”.
Los manifestantes saharaui quemaron banderas marroquíes y desplegaron banderas de Polisario. La policía marroquí respondieron con gas lacrimógeno y arrestos. El Polisario dijo que las violaciones de derechos civiles y políticos exigen la atención internacional. Los disturbios fueron los más serios de los últimos seis años.
En lo que muchos observadores están llamando el intifada saharaui, miles han protestado contra la ocupación marroquí en varias ciudades de Sahara Occidental reclamando que se celebre el referéndum mandado por la ONU sobre la autodeterminación.
Richard Knight de la WSRW le dijo a Nuestro Mundo, “Gente debe animar a sus organizaciones, iglesias, colegios, fondos de pensiones, o sindicatos de empleados públicos, que tienen acciones de la Kerr-McGee desinvertirlos. Es exactamente como el caso de Sudáfrica cuando gente de todas esferas presionaron a las compañías que desinviertan”.
Autodeterminación para la última colonia en África