Análisis
Muchos piensan que la legislación migratoria fue matado por los republicanos en la Cámara, pero quizás, para parafrasear a Mark Twain, los reportes de su muerte son exagerados. Si el atasco entre la Cámara y el Senado se desvanece pronto, el movimiento pro derechos de inmigrantes tendrá que aumentar sus actividades.
En diciembre, la Cámara pasó el proyecto HR 4437, con medidas draconianas que convierten a inmigrantes indocumentados y quienes los ayuden en criminales, y sin ninguna medida para la legalización.
En mayo, después de manifestaciones pro inmigrantes masivas, la Comisión Judicial del Senado aprobó un proyecto “integral” menos represivo que permite la legalización de la mayoría de los indocumentados. También hubiese implementado un programa de trabajadores huéspedes problemático.
Pero los republicanos del Senado empujaron el proyecto, S 2611, en una dirección más antiinmigrante. Solo esos indocumentados que han estado en el país más tiempo hubieran poder “legalizarse”, alzaron las multas, y una enmienda declara el inglés como la “lengua nacional”. Derechos clave del debido proceso también sería minimizados.
La mayoría de los partidarios de los derechos de inmigrantes concluyen que el proyecto del Senado no es aceptable sin más enmiendas.
El próximo paso normal sería que el Senado y la Cámara nombraran entre miembros de un comité de conferencia para conciliar los dos proyectos. Pero el liderazgo republicano de la Cámara se negó al principio a nombrar sus miembro para el comité de conferencia. En vez, estos organizaron una serie de vistas antiinmigrantes a través del país en busca de oposición al S 2611 y en favor de un ley que solo criminaliza a los indocumentados. El presidente de la Comisión Judicial del Senado, Arlen Specter, organizó su propia vista pública en Filadelfia, el 5 de julio. Mientras tanto, el departamento de Seguridad Patria aumenta las redadas migratorias y deportaciones.
Hasta la prensa empresarial denunció las vistas de la Cámara como un actividad eleccionaria. En la vista celebrada en San Diego, los congresistas demócratas, Raúl Grijalva de Arizona, y Grace Napolitano de California, entre otros, pudieron minar el plan republicano haciendo que los testigos que apoyan un enfoque policiaco admitir que deportar a los inmigrantes le causaría daño a la economía, y que la policía local haciendo el trabajo de hacer cumplir las leyes de inmigración desviaría los recursos que tienen para combatir la delincuencia.
En la vista pública de Specter, Michael Bloomberg, alcalde republicano de Nueva York, francamente declaró que se se deportara a todos los inmigrantes indocumentados, la economía de su ciudad se quiebra. El reverendo Luis Cortés, presidente de Esperanza USA, explicó que si se asigna a la policía local y estatal a hacer cumplir las leyes migratorias le haría daño al combatir la delincuencia porque los inmigrantes temerían hablar con la policía.
Ellen Connelly, directora ejecutiva del Concilio Estatal de Pennsylvania del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), dijo, “Mientras que los patronos tengan la capacidad de explotar trabajadores porque le falta un status legal, el actual sistema continuará a suprimir la norma de salarios y beneficios para todos los trabajadores”. Solamente la legalización puede resolver este problema.
Y en una vista pública de la Comisión sobre las Fuerzas Armadas del Senado el 10 de julio, testigos dieron testimonio que amenazar a los inmigrantes con deportaciones puede minar el moral de muchos inmigrantes, y gente con familiares indocumentados, que actualmente sirven en las fuerzas armadas. El general Peter Pace, presidente del Estado Mayor, se lloró con emoción cuando relató la experiencia de sus padres italianos.
Mientras tanto, el representante republicano por Indiana, Mike Pence, está funcionando como un emisario entre el presidente Bush y el liderazgo republicano de la Cámara y del Senado para que puedan aprobar una ley antes de noviembre. El senador John McCain, republicano por Arizona, insinuó que el comité de conferencia pueden reunirse pronto. Juzgando por los comentarios que él hizo en Chicago el 7 de julio, Bush parece estar de acuerdo con legislación que primero implemente leyes criminalizando a los indocumentados como quieren los republicanos de la Cámara, mientras promete un programa de trabajadores huéspedes y legalización “poco a poco”. Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio, también han insinuado que la administración está en buscando una resolución rápida.
Los republicanos de linea dura en la Cámara han dicho que aceptarían un programa de trabajadores huéspedes pero no “amnistía”. Así que el peligro es que el Congreso pase un proyecto que no contiene ninguna ayuda para los indocumentados y un aumento severo en la represión, mientras la añade un programa antilaboral de trabajadores huéspedes. Tenemos que protestar y cabildear para prevenir esto.
Hay una pausa en las marchas de grande escala en favor de los derechos de los inmigrantes. Será necesario que los inmigrantes y sus partidarios salgan a las calles otra vez este verano para protestar contra las redadas y deportaciones igual como los malos proyectos de ley. También para inscribir a votantes para que voten en noviembre cuando necesitamos sacar por lo menos a seis republicanos del Senado y 15 de la Cámara. De esta manera podemos cambiar el balance de las fuerzas en una dirección que sea más favorables para los inmigrantes.
Bush puede tratar revivir legislación antiinmigrante