China: Aumentar ingreso y consumo rural

BEIJING (Prensa Latina) – La demanda interna, uno de los principales motores impulsores de la expansión económica registrada en China en los últimos años, enfrenta ahora importantes retos para mantener su influencia en el desarrollo del país.

En la recién concluida sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (Parlamento), el primer ministro Zhu Rongji afirmó que mantendrá una política administrativa gubernamental orientada a

expandir el consumo interno y acelerar los ingresos de los agricultores.

Los titulares de Finanzas y de Planificación para el Desarrollo, Xiang Huaicheng y Zeng Pei, respectivamente, se expresaron en términos similares.

Analistas locales coinciden con esos dirigentes al considerar el consumo domestico como una piedra de toque de la economía china, más aun, cuando el país deberá asumir la fuerte competitividad inherente a su membresía, desde el pasado diciembre, en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Sin embargo, no son pocos quienes se preocupan por la posibilidad de que los insuficientes ingresos de algunos sectores, especialmente el agrícola, limiten la demanda.

El tema fue objeto de un panel especial efectuado a mediados de marzo, organizado por la Oficina Nacional de Estadísticas, cuyos principales resultados fueron publicados por Business Weekly, un semanario capitalino especializado en economía editado en ingles.

El panel analizó la situación del poder adquisitivo de la población, lo cual se traduce en la capacidad de lo residentes para pagar en efectivo mercancías y servicios.

Según las estadísticas, el poder adquisitivo de los chinos registró en el 2000 un incremento del 10,7 por ciento en comparación con 1999, pero ese aumento no se reflejó totalmente en el consumo.

En la década de los años 80, el 90 por ciento del poder adquisitivo de la población se concretaba en compras efectivas, pero desde 1990 esa proporción ha ido descendiendo, y en el 2000, solo el 79,4 de esos recursos se invirtieron en consumo, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por expandir la demanda.

La capacidad de compra para ese año se estimó en 652 mil 100 millones de dólares y se realizaron adquisiciones por 519 mil millones. Se estima que los residentes hicieron ahorros por 132 mil 800 millones.

Por otra parte, existe una diferencia de ingresos notables entre la población urbana y la rural.

Los ingresos disponibles para los residentes urbanos crecieron en el periodo 1997-2000, en 6,6 por ciento, 5,1, 7,9, y 7,3 respectivamente, mientras los de los campesinos se incrementaron en 8,5, 3,4, 2,2 y 1,9 por ciento, con un evidente descenso.

Esta diferencia, estima Yan Xianpu, economista de la Oficina Estatal de Estadísticas que dirigió el panel, lleva a una situación en la que una minoría posee la mayor parte del poder de compra mientras muchos consumidores quieren comprar, pero carecen de recursos.

La brecha en los ingresos entre los trabajadores del campo y la ciudad sigue aumentando, afirma Yan, quien señala que en el 2000, el consumo urbano fue el triple del rural.

Asimismo, se observa un desnivel entre los ingresos de los residentes urbanos, de forma que los de los estratos más altos equivalen a cinco veces al de los más bajos.

En las zonas rurales, donde viven unos 800 millones de personas, ese contraste es mayor, según los panelistas.

En el 2000, el ingreso per capita de los campesinos más pobres (el 20 por ciento del total) descendió en seis por ciento, mientras el grupo de los más adinerados, subió también un seis por ciento.

Las diferencias en varias zonas geográficas igualmente han crecido rápidamente, con un alza a favor de los residentes urbanos de la zona oriental del país

Los panelistas señalan que en muchos casos el salario básico es pequeño en comparación con el alza de los precios y solo alcanza a cubrir las necesidades fundamentales.

Con la reestructuración económica de los últimos años, al sueldo básico se han añadido otras compensaciones como bonos, asignaciones y dividendos, pero ello no influye en un alza del consumo, porque muchos consideran muy precarios esos ingresos.

Por otra parte, la seguridad social china es considerada todavía deficiente y muchas personas buscan garantizar su futuro, como muestra el incremento sostenido de las cuentas de ahorro, que aumentaron en un 16,7 por ciento de 1996 al 2001.

El gobierno ha bajado en varias ocasiones las tasas de interés a las cuentas de ahorro y se conceden créditos blandos para estimular el consumo, pero ello ha tenido poco efecto, porque los ahorristas quieren protegerse de eventualidades adversas.

Los consumidores se preocupan por el costo de los estudios de sus hijos y del sistema de salud, así como del eventual licenciamiento laboral como resultado de la reestructuración de la economía.

Zhu Rongji declaró recientemente que el incremento de los ingresos de los campesinos es su mayor preocupación, pero su solución será gradual y dependerá de una reestructuración de la agricultura.

Aseguró, igualmente, que el gobierno presta gran atención al establecimiento de un sistema de seguridad social nacional a favor de esos sectores.

Las diferencias en los ingresos de la población se lograran reducir a través de ajustes del presupuesto fiscal y la reforma tributaria, estima el primer ministro.