GARY, Indiana — En otra indicación de la crisis económica que está golpeado a ciudades de clase trabajadora por todo el país, residentes airados y trabajadores municipales cesantes protestó al frente del nuevo edificio de Servicios Generales de esta ciudad. Trajo consigo la muchedumbre basura no recogida, tirándola frente al rótulo del edificio. Este fue solo el segundo día de interrupción a la recolección de basura en esta ciudad.

La cuestión tuvo inicio en octubre del año pasado cuando el alcalde Rudy Clay anunció que el municipio iba privatizar la recolección de basura, cobrando a cada uno de sus más de 28.000 hogares una cuota de $12 por mes para recoger su basura bajo un contracto no competitivo con la compañía Allied Waste, subsidiario de RSG Inc., empresa que ganó más de dos mil millones de dólares en el año pasado.

El grupo cívico Miller Citizen Corporation (MCC) hizo una demanda en los tribunales en contra del gobierno municipal, alegando que la recolección de basura era parte de los impuestos prediales que pagan los residentes. Al fin, el tribunal ordenó al municipio reabrir el contrato bajo condiciones competitivas, decretando que la cuota ha de ser aprobado por el Concejo Municipal y que a los usuarios no se les puede recortar el abasto de agua potable por atrasos en el pago de cuotas de recolección de basura.

Otro grupo cívico, el Proyecto Organizador del Distrito Central (CDOP, por sus siglas en inglés), también se ha unido a la lucha en solidaridad para con los 49 trabajadores municipales descansados, muchos de los cuales estaban presentes en la manifestación.

Alega la MCC que según los propios datos municipales, desembolsa el municipio para el pago de estos trabajadores apenas $2,9 millones por año con todo y beneficios, combustibles y mantenimiento de equipos, mientras que Allied Waste cobraba más de $5 millones, además de los $2 millones en cuotas anuales que ya paga la cuidad para el vertido de desechos. Argumenta el municipio que está tratando de ahorrar dinero y cerrar un déficit de $26 millones en el presupuesto municipal.

Llegó la cuestión al rojo vivo la semana pasada cuando el Concejo Municipal votó 6 a 3 en contra de cobrarles a los residentes la cuota de $12, argumentando muchos que todavía ni se ha firmado contrato ninguno con Allied. Como resultado fue terminada la recolección de basura esta semana. El dirigente de de la MCC, el abogado Douglas Grimes, alegaba ante la manifestación que el municipio “no tuvo que privatizar un servicio básico que ha sido ofrecido por el municipio por más de 100 años”. También argumentó que Allied tiene un margen de ganancias de 36 por ciento.

“La empresa privada no está para servirle si no se puede servirse a si misma; muy pocas veces resulta más barata la privatización”, añadió. “El municipio puede recontratar a estos trabajadores y recomenzar la recolección de basura. Basta caminar por esta calle y por ahí vas a ver los camiones de basura estacionadas tras la cerca”. MCC y CDOP, grupos que organizaron la manifestación, apelaron a la ciudadanía a llevar su basura al Ayuntamiento.

Lori Peterson, del CDOP, denunció al gobierno municipal por negligencia criminal por su declarar que ya no iba recoger la basura. “Es como si hubieran declarado que ya no habría ni ambulancia, ni bomberos ni policía en caso de necesidad”, enfatizaba.

Declaraban también los trabajadores que ya habían absorbido un recorte de 23 por ciento solo para salvar sus trabajos, y que se les habían mentido cuando les dieron de baja el municipio. El sindicato de Tronquistas está peleando contra los despidos, que no ocurrieron basados en antigüedad, entre otras cuestiones. Allied había recontratado a algunos de los trabajadores más jóvenes y menos experimentados.

“Todos residimos aquí en Gary, y ellos contrataron a una compañía de afuera que emplea a gente de afuera”, alegaron los trabajadores.

Tanto la MCC que el CDOP exigen que se regresen los trabajadores a sus empleos, revoquen la cuota, y la restauración del servicio municipal de recolección de basura.