El Partido Comunista de Israel, a través de su Buró Político en Tel-Aviv, se unió a las diversas fuerzas progresistas, pacifistas y antiimperialistas en hacer público su pésame por la muerte del dirigente palestino Yasser Arafat, en una declaración del 12 de noviembre. “Todos los comunistas israelíes, judíos y árabes, participan en el profundo duelo del pueblo palestino”, dice el comunicado.

La declaración sigue diciendo que Arafat fue un “combatiente tenaz por los derechos de su pueblo y por la paz justa y duradera entre israelíes y palestinos”.

Los comunistas de Israel dicen que ellos mantuvieron “estrechas relaciones con el malogrado dirigente palestino. Nuestro primer encuentro se realizo en Berlin Oriental en 1973, en el mismo participo un grupo de dirigentes partidarios, judíos y árabes. De esos lejanos días y hasta poco antes de su muerte, se sucedieron los encuentros y las reuniones que tuvieron un carácter franco y abierto. Hace ya decenios que Arafat reconoció el importante rol que juegan las fuerzas auténticamente democráticas en la sociedad israelí”.

Los comunistas del estado judío criticaron los crímenes de la ocupación israelí contra “los legítimos derechos del pueblo palestino a una patria independiente, libre y soberana”, y dijeron que apoyaban “la creación de un Estado Palestino independiente y Jerusalén Oriental su capital” y llamaron a las fuerzas democráticas a luchar por tal.

El gobierno de Israel negó la petición de enterrar al fallecido líder palestino en Jerusalén Oriental, llamándolo una “política racista”.