EL Cinco de Mayo: Lecciones para nuestros tiempos

El Cinco de Mayo es un día de fiesta nacional muy importante para los mejicanos. Celebran la victoria de la libertad y la soberanía nacional. A menudo, las conmemoraciones se enfocan en la victoria de un ejército popular mejicano contra una fuerza francesa bien entrenada y más grande en la batalla de Puebla, 5 de mayo del año 1862. Pero cuando vemos la historia completa podemos sacar muchas lecciones para nuestra época, para los mejicanos y el mundo entero.

Tras haber ganado su independencia de España en 1821, el poder en Méjico llegó a quedar en manos de los grandes terratenientes y la jerarquía de la iglesia. Estos gobiernos servían a los hacendados y no a las masas populares. Estos gobiernos también perdieron a Tejas y el resto del norte de Méjico a un Estados Unidos agresivamente expansionistas, culminando con la guerra de 1846-1848.

Nació un movimiento de reforma, dirigido por Benito Juárez, un abogado oaxaqueño, que contaba con el apoyo de muchos mejicanos. Juárez y sus socios buscaban romper el poder de los terratenientes y de la jerarquía católica. Esto culminó en una guerra civil, ganada por Juárez en 1860. Juárez empezó un programa de reforma agraria, educación pública y separación entre iglesia y estado.

Pero Juárez tuvo que bregar con enormes problemas. Méjico estaba en quiebra. Los gobiernos conservadores habían pagado sus cuentas con préstamos conseguidos en Europa, a condiciones muy desfavorables para Méjico. Juárez suspendió los pagos de estos préstamos, para dar prioridad a sus programa de reforma interna.

Francia, España y Gran Bretaña, los países a cuyos ciudadanos Méjico debía la gruesa del dinero, enviaron tropas para cobrar la deuda. Pero Francia también tenía otra agenda—la conquista de Méjico. Como no compartieron esa meta, los otros dos países sacaron sus tropas. Luego el ejército francés fue marchando a Puebla donde fue derrotado en la Batalla del 5 de Mayo.

Desgraciadamente, los franceses no se dieron por vencidos. Enviaron otro general con otro ejército, y lograron conquistar no solo a Puebla, sino a la mayor parte de Méjico, dejando a Juárez prácticamente como un refugiado en su propio país.

Pero tampoco Juárez se daba por vencido, y al terminar la Guerra Civil Norteamérica, la presión diplomática estadounidense logró que el Emperador Napoleón III de Francia retirara sus tropas.

Hoy en día, muchos países del Tercer Mundo se encuentran ahogándose en sus deudas externas. Movimientos en todo el mundo han surgido para exigir que se cancele esta deuda. El gobierno de Cuba argumenta que los países pobres ya pagaron estas deudas repetidas veces con su sudor y sus recursos. Las condiciones impuestos por los prestamistas solo empeoran las condiciones para estas naciones y sus pueblos.

Por ejemplo, antes del 1982, el gobierno mejicano intentó convertirse en un país rico y industrializados con sus recursos petroleros, y consiguió préstamos basados en esta expectativa. Pero para 1982 era evidente que no iba a suceder así, pues el precio de petróleo empezó a bajar en lugar de seguir subiendo. Presionado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Méjico empezó a implementar un programa “neoliberal” de libre comercio con el exterior, privatización del patrimonio nacional, y recortes en el seguro social. El gobierno mejicano privatizó de nuevo la banca, que había sido nacionalizado por el presidente López Portillo. Se iba bajando el nivel material de los mejicanos que, junto con la flagrante corrupción, aumentó el descontento popular.

En 1994, Méjico entró con Canadá y Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio (TLC). El resultado ha sido catastrófico para el pueblo mejicano. Para entrar en el TLC, Méjico tuvo que cambiar el artículo 27 de la Constitución, permitiendo por primera vez en muchos años que se vendiera tierra agrícola, inclusive a extranjeros.

Claro está que el TLC trajo muchas inversiones extranjeras a Méjico. Pero en 1995, sucedió el asunto de los “Tesobonos”, o bonos nacionales mejicanos, que se vendieron en condiciones muy desfavorables a Méjico. El gobierno mejicano esperaba que los extranjeros y mejicanos ricos que compraban estos bonos los iban a invertir de nuevo en Méjico, pero los accionistas no tuvieron confianza en el futuro de la economía mejicana, y pidieron el dinero de los bonos en efectivo. Por poco se hunde la economía mejicana; el gobierno mejicano tuvo que ir mendigando antes el presidente Clinton para pedir un programa de rescate.

En la agricultura mejicana, el impacto del libre comercio ha producido el resultado de que seis millones de campesinos mejicanos se hayan visto obligados a abandonar la tierra, bajando así en forma drástica el nivel vida y estimulando la inmigración hacía EEUU. Muchísimas empresas mejicanas no han podido competir con el capital internacional y norteamericano bajo condiciones de libre comercio, y han cerrado las puertas, dejando miles de trabajadores en la calle.

El pueblo mejicano, enojado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), eligió como presidente a Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) en 2000, porque lo vieron como la única alternativa a una situación insoportable. En el pasado, el PRI había representado el capital nacional en Méjico, pero con el neoliberalismo adoptado por presidentes priistas, el votante mejicano ya no veía la diferencia entre eso y el conservador PAN. Pero Fox, un antiguo ejecutivo de la Coca Cola, va e implementa aun más el modelo derechista neoliberal.

Como se acerca el Cinco de Mayo, con sus celebraciones tanto en Méjico como en EEUU, tenemos una oportunidad de profundizar nuestro entendimiento de como funciona el imperialismo por medio de las desigualdades internacionales y las deudas externas. También es una ocasión para aumentar nuestro nivel de lucha en solidaridad con los que defienden la soberanía nacional.