El costo humano de la deportación

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En la larga y tempestuosa lucha en torno a la reforma migratoria integral, alrededor de 40 jóvenes de entre 7 y 22 años de edad de todas partes de Estados Unidos llevaron sus historias personales de pérdida, miedo e indignación al Congreso el miércoles pasado. Con la esperanza de romper el silencio en torno a las miles de familias siendo separadas, los jóvenes activistas visitaron las oficinas de 50 demócratas y republicanos en el Senado y la Cámara de Representantes para concientizarlos sobre los efectos negativos de la deportación en las familias afectadas.

Eliza Morales de 19 años y de Los Ángeles participó en la delegación a Washington, D.C. Años atrás, la madre de Eliza fue detenida en un control de aduanas en camino a recogerla de la escuela. Su madre nunca llegó.

No hubo llamadas telefónicas, no hubo mensajes de texto, no hubo correos electrónicos. Su madre simplemente no llegó. Durante las próximas 48 horas, Morales no supo nada sobre la condición o paradero de su madre. Después de dos días de silencio, su madre finalmente pudo llamar a su única hija desde Tijuana, México, a donde había sido deportada.

En la conferencia de prensa llevada a cabo poco antes de las visitas a oficinas en el Congreso, Morales comparó lo que sintió al enterarse de lo sucedido a su madre a lo que uno siente al enterarse que un ser querido ha muerto.

"Me sentí totalmente vacía y sola", agregó.

Hija única de una madre soltera, Eliza se vio obligada a mudarse al norte de California para vivir con su madrina. Cuatro años más tarde, su madre sigue en Tijuana.

"Este es un problema muy grande del cual muchas personas no son conscientes: la separación de familias a causa de la deportación", declaró Morales tras su primera visita al Congreso, y a la Costa Este del país. "Quiero que la gente sea consciente de la situación por la cual pasan muchos niños, muchos de ellos más jóvenes que yo".

Morales fue capaz de compartir su historia con los funcionarios nacionales electos como parte de la campaña A Wish for the Holidays (Un Deseo para las Festividades de Fin de Año) de We Belong Together (Pertenecemos Juntos). We Belong Together, a su vez, es una iniciativa de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas (NDWA, por sus siglas en inglés), el Foro Nacional de Mujeres Estadounidenses de Origen Asiático y Pacífico y otras organizaciones cuyo objetivo es el de crear consciencia en torno a "la manera en que las leyes de inmigración injustas afectan a las mujeres, los niños y las familias".

La campaña recolectó 10,000 dibujos y cartas escritas a mano por jóvenes de todo el país, algunos de los cuales entregaron dichos materiales en persona a los 50 miembros del Congreso el miércoles pasado. Junto con las cartas, también entregaron a cada oficina una copia de su "Declaración infantil sobre los derechos del migrante y la unidad familiar", que en parte asevera:

"La pérdida de nuestros padres nos dejó devastados. Estamos enojados por esta injusticia sucedida en un país que dice valorar la familia. Estamos decepcionados por el hecho de que nosotros, los niños, debemos cumplir nuestras promesas, jugar limpio y limpiar nuestro desorden. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos no ha demostrado que puede hacer lo mismo. Amamos a nuestras familias, nos encanta nuestro hogar y tenemos la esperanza de que, en este país, el cambio es posible".

Si está de acuerdo, esto es lo que puede hacer para ayudar: dígale al Congreso.

AFL-CIO En Español

Foto: Los niños entregando cartas a funcionarios electos. Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, Facebook.