SANTO DOMINGO, República Dominicana (PerspectivaCiudadana.com) – Los dominicanos somos hoy mucho más pobres que hace seis meses. Los devastadores efectos de la crisis financiera y la devaluación del peso del primer semestre del 2003, han reducido el poder de compra de todos los consumidores de forma dramática. El efecto en los precios del desplome del tipo de cambio de 18 pesos por dólar a unos 36 pesos dólar, la incertidumbre para los comerciantes e inversionistas que producido una masiva fuga de capitales y el manejo irresponsable y politiquero de la crisis financiera del segundo semestre del 2003 han arrasado con el poder de compra de todas las capas sociales dominicanas. Los ricos, son menos ricos, la clase media se hunde cada vez más en la pobreza y ve reducido su nivel de consumo y, los pobres y muy pobres, sólo tienen ante sí un panorama de hambre, desesperanza y sufrimientos mayores.
La forma más dramática de manifestarse ese empobrecimiento de todos los dominicanos es la inflación. Oficialmente, según el Banco Central que ha visto perder mucho su credibilidad por la politización y manipulación de sus intervenciones en esta crisis, el Índice de Precios al Consumidor para el mes de mayo se había incrementado en 12 meses hasta un nivel de 20%. Desde el año 1990 los dominicanos no conocen una inflación tan elevada. Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el nivel de inflación para todo el 2003 alcanzará un 25%, cifra que puede considerarse conservadora, tomando en cuenta el dato señalado para los primeros cinco meses. Sin embargo, donde más dramático es el desplome del poder adquisitivo y de consumo de todos los dominicanos, es en el ingreso por habitante. Según las informaciones disponibles, el Producto Interno Bruto (PIB) a precios corrientes cerró en el 2002 a un nivel de 412,000 millones de pesos. Calculados a una tasa promedio para el año pasado de 18 pesos por dólar, el ingreso por habitante en 2002 fue de unos 2,900 dólares y un PIB bruto de 22,800 millones de dólares.
Asumiendo que este año los precios sólo se eleven en el 25% estimado por el FMI y que el PIB ni crezca ni se reduzca, es decir un crecimiento del PIB de 0%, el PIB nominal a fin del 2003 será de 515,000 millones de pesos. Calculados a la tasa estimada también por el FMI de 35.9 pesos por dólar a fin de año, el PIB nominal en dólares se habrá reducido a 14,350 millones de dólares, para una caída de la riqueza global de la sociedad dominicana medida en términos de dólares del 27%. La sociedad dominicana es 27% más pobre en el 2003 que respecto al 2002, gracias a las políticas económicas y monetarias aplicadas por el gobierno y las autoridades monetarias. El ingreso por habitante de los dominicanos se ha reducido a unos 1,600 dólares. De golpe y porrazo los dominicanos tenemos un ingreso por habitante de un país de ingreso bajo, según las normas del Banco Mundial. Antes de esta crisis, es decir, durante toda la década de los 90 y los primeros años de la presente, éramos un país de ingreso medio-bajo, con tendencia a situarnos en un país de ingreso medio a medio-alto. Para poder recuperar este nivel de riqueza global de la sociedad serán necesarios por lo menos cinco a ocho años de crecimiento estable a una tasa de entre 6% a 8% anual, estabilidad estricta de precios y sobretodo estabilidad cambiaria como meta prioritaria de la política económica y de la política fiscal.
Sin embargo, la deuda publica total se ha casi duplicado. Según la firma de Wall Street Bear Stearns, la deuda publica externa e interna total, pasará de representar el 21% del PIB en 2002 a un 42% del PIB en 2003. La combinación de reducción del PIB nominal en dólares, incremento desorbitado de la deuda interna y externa y el déficit cuasi-fiscal del Banco Central producirán esa magia en apenas 12 meses. Por tanto, el sacrifico fiscal de los contribuyentes y del Estado para el servicio de la deuda será cada día mayor. La cantidad de pesos necesarios para servir la deuda externa se ha duplicado, asumiendo que a partir de este momento la deuda no se incremente significativamente. Los recursos disponibles para atender el gasto en educación pública, en salud, seguridad social y en infraestructura y saneamiento serán cada vez menores. Las políticas de recuperación y estabilidad que será necesario poner en practica, reducirán significativamente el margen del Estado y los gobiernos para atender las demandas sociales y, por tanto, la estabilidad política podría verse seriamente comprometida.
Ahí estamos. Ahí nos ha conducido una combinación de incompetencia gubernamental, irresponsabilidad en el manejo de la política monetaria y de métodos fraudulentos en el manejo bancario. Ahora se inicia el calvario.
El autor es un economista y ex director de la Oficina Nacional de Planificación de la República Dominicana.
Empobrecimiento de los dominicanos