PITTSBURGH — El senador republicano por Pennsilvania, Rick Santorum, salió a convencer gente de este estado aceptar la privatización del Seguro Social, pero el 21 de febrero él chocó contra un público bien informado en una reunión organizada por su oficina en la Universidad Duquesne, sitio muy amigo a los conservadores.
Santorum, que por 24 años aboga en favor de la privatización del Seguro Social, está viajando a través de este estado que rechazó al presidente Bush ya dos veces.
Un grupo representativo del área de Pittsburgh desde obreros de la industria siderúrgica, profesores, dirigentes sindicales, clero, estudiantes, y profesionales jóvenes, escucharon con mucha atención. Una referencia al costo de la invasión de Irak como la de “otra” categoría provocó abucheos. Con una sonrisa Santorum respondió, “Se me olvidó que estaba en el campus de una universidad”. Cuando el silencio empezó sudar la gota gorda.
Al solo mencionar el plan de recetas médicas de los republi-canos, que está supuesto empezar en 2006, el público empezó abuchear y vocear ¡Mentiras!
Las preguntas de los participantes entraparon al senador que trató de definir al Seguro Social como un programa de inversiones. Ed Pace, un maestro jubilado y miembro de la Alianza de Norteamericanos Jubilados de Pennsilvania, corrigió al senador diciendo, “El Seguro Social ... no es un esquema de inversiones”. Él preguntó porqué cambiar un programa exitoso “Hay una simple solución, simplemente alza el límite”.
Los participantes en la reunión aplaudieron los comentarios de Pace. El límite de cual él hablaba es sobre el impuesto para el Seguro Social. Los trabajadores pagan un impuesto de 6,2 por ciento de los que se ganan, la compañías pagan otro 6,2 por ciento. Una vez alguien gana más de $90 mil no paga el impuesto de Seguro Social sobre esos ingresos.
Aunque Santorum trató degradar el Seguro Social llamándolo un programa de asistencia pública, él tuvo que admitir que subir el límite puede permitir que los beneficios continúen.
Después de Pittsburgh, Santorum fue a Johnstown para hacer lo mismo. Ruth Vila, una obrera jubilada, dijo que si Santorum recibió una recepción fría en Pittsburgh, la de Johnstown estaba congelada. “La única gente que lo aplaudieron fueron los que tienen dinero. Yo los conozco a los dos”, dijo Vila.
Hasta algunas de las corporaciones que han estado financiando la campaña para privatizar el Seguro Social se están alejando del plan. En St Louis, la compañía de inversiones Edward Jones decidió no financiar la campaña después de un mes de piquete por grupos de ancianos. La farmacéutica Pfizer anunció que iba dejar la campaña y ser neutral sobre la privatización del Seguro Social.
En Pennsilvania: Oposición a privatización de Seguro Social