WASHINGTON (IPS) — El propósito de Estados Unidos de modernizar su arsenal nuclear no es bien visto por el resto del mundo, según un estudio de opinión pública encargado por una agencia del Pentágono.
Washington anunció a comienzos de mes que se dispone a fabricar y diseñar nuevas armas nucleares. Pero el público mundial cuestiona esa política, a la que considera una nueva evidencia de unilateralismo y de pretensión de superioridad militar absoluta, según el sondeo.
El informe, encargado por la Agencia de Defensa de Reducción de Amenaza del Pentágono, se basó sobre grupos de enfoque y entrevistas escritas y orales con habitantes de Europa, Asia, Medio Oriente, África y América Latina.
La intención del estudio, cuyos resultados fueron divulgados el 21 de Marzo, fue evaluar los sentimientos internacionales sobre el plan de dar a luz una nueva generación de ojivas nucleares.
Los entrevistados de China y Rusia se mostraron especialmente preocupados por el despliegue de misiles estadounidenses, y consideran que Washington puede considerar apartarse de su política de disuasión para adoptar una más agresiva.
El nuevo programa de Reemplazo Confiable de Ojivas establece que las más antiguas, hoy a cargo del Programa de Administración de Arsenales, serán sustituidas por armas más sencillas a las que se considera más confiables, más fáciles de fabricar y más robustas que las actuales. Las nuevas ojivas nucleares estarán en producción para 2012.
Algunos legisladores se oponen a esta modernización del arsenal nuclear, pues creen que mostrará a Estados Unidos ante el mundo como un país dispuesto a atacar, en contraposición con la política de distensión y desarme implementada durante la Guerra Fría.
“Todo el nombre de Reemplazo Confiable de Ojivas es insidioso, pues sugiere que las actuales no son confiables”, dijo a IPS Stephen Schwartz, editor del Nonproliferation Review, publicación del Centro de Estudios sobre la No Proliferación.
La no gubernamental Unión de Científicos Comprometidos advirtió que el plan es innecesario, porque las armas nucleares no son degradables. Cambiar el diseño de las ojivas es caro y peligroso, alegó la organización. La presión política dentro de Estados Unidos podría conducir a la prueba de las armas nucleares que reemplazarán las hoy desplegadas y almacenadas, sostuvo.
Las nuevas ojivas se basan sobre diseños probados en detonaciones subterráneas en los años 80.
El gobierno de George W. Bush considera que el programa es necesario para contar con un arsenal más flexible, que opere como disuasivo para los llamados “estados díscolos”, como Corea del Norte e Irán.
Pero el informe de la Agencia de Defensa de Reducción de Amenaza concluye que las futuras decisiones de Rusia y China sobre sus arsenales nucleares dependerá de “sus percepciones sobre las intenciones, los planes y los compromisos estratégicos de Estados Unidos”.
El cambio de la política nuclear de Washington también preocupa al público de Japón y Turquía, países aliados de Estados Unidos que perciben su compromiso con la disuasión como una garantía esencial para su seguridad.
Las nuevas políticas condujeron a ambos países a cuestionar la credibilidad de una garantía nuclear estadounidense, según el informe.
El resultado de grupos de enfoque y entrevistas escritas a personas de países aliados y amigos de Estados Unidos muestran una oposición “al desarrollo de nuevas armas nucleares hechas a medida, de bajo rendimiento, como innecesarias, potencialmente peligrosas, generadoras de divisiones políticas y perjudiciales de la no proliferación.”
Este informe es uno de los primeros en abordar el efecto geoestratégico de la modernización del arsenal nuclear estadounidense en la no proliferación y la estabilidad global.
El estudio reveló también preocupación por la realización de pruebas potencialmente peligrosas.
El Senado de Estados Unidos no ratificó el Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, y algunos temen que el desarrollo de nuevas armas pueda debilitar seriamente su ratificación. “Varios entrevistados plantearon que, aunque los científicos confíen en que las armas funcionarán, muchos jefes militares serán un poco escépticos y demandarán pruebas reales”, advirtió Schwartz.
Actualmente no hay planes de probar las nuevas armas, pero el desarrollo de nuevas ojivas hace dudar a algunos países de los compromisos de Estados Unidos y otras potencias nucleares para con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
En el pasado, el gobierno de Estados Unidos insinuó que el desarrollo de ojivas nucleares más confiables permitirá reducir la cantidad total que posee de estos elementos y cumplir con las reducciones estipuladas en el TNP.
Pero “si uno mira esto desde afuera, verá que Estados Unidos tiene 10.000 armas nucleares y va a fabricar más”, dijo Schwartz.
Robert Nelson, de la Unión de Científicos Comprometidos, dijo, “Más que fabricar nuevas armas nucleares, Estados Unidos debería estar buscando el modo de reducir su dependencia en relación a ellas”.
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Estados Unidos: una provocación nuclear