Uribe se deshace de sus aliados narcoparamilitares, en un gesto que ellos mismos califican de traición.
Prepara, con los asesores de Bush e Interpol, la ofensiva contra Venezuela y contra la oposición de izquierda, con las “revelaciones” del computador de Reyes.
El anuncio de una base militar de Estados Unidos en La Guajira y la decisión del Pentágono de reactivar la IV Flota en el Caribe y aguas suramericanas, indican que hay confabulación y amenaza desde el imperio contra los procesos de independencia y autonomía en los países latinoamericanos.
Uribe busca su reelección a cualquier costo. Incluido el costo de la guerra. El objetivo estratágico es derrocar el gobierno bolivariano del presidente Chávez. El ambiente mediático está en píe. El toque final es el informe de Interpol. Sus informaciones manipuladas, carentes de cadena legítima de custodia, filtradas por El Tiempo, merced a sus influencias en el ministerio de defensa, son solo agua sucia. Buscan incendiar un conflicto, con la excusa de señalar al “expansionismo” de Venezuela.
Sus aliados, los multimillonarios narco paras caídos en desgracia, son usados como desechables. Así trató siempre la vieja y corrupta oligarquía colombiana a quienes le sirvieron.
El pueblo, los trabajadores (as), todas las fuerzas democráticas deben estar alertas. El país no puede ir en dirección al abismo que el tirano señale. La podredumbre del régimen debe salir a la luz. Uribe debe renunciar.
Se requiere la unión de todos los sectores sanos del país. Y la unión de los pueblos de nuestra América para hacer frente a la grotesca amenaza.
El autor es concejal de la ciudad de Bogotá, secretario general del Partido Comunista Colombiano y miembro de la directiva del Polo Democrático Alternativo
Extradición de paramilitares pretende ocultar crímenes