“La batalla del ALCA, que como bien decía Hebe Bonafini [Presidenta de la Associacion Madres de Plaza de Mayo] sin duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado! Eso es sólo una batalla, eso es sólo una batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida, ahora, decía que tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo económico imperialista, capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del ALBA: la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora, para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histórico socialista”, afirmó con vehemencia el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en su histórico discurso del 4 de noviembre en el estadio mundialista de Mar del Plata.
Esas palabras perduran en quienes tuvimos el privilegio de estar presentes en las jornadas “anti-Bush” en Mar del Plata, pero no sólo marchando y protestando sino tejiendo propuestas colectivas y sembrando solidaridad entre los pueblos.
La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) es una esperanza para el continente como señala la principal conclusión de la Cumbre de los Pueblos; el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fracasó en la Cumbre de los Presidentes.
El tren “anti-Bush”, conocido también como el tren del ALBA, con varias personalidades del mundo que participaron en la III Cumbre de los Pueblos, unió Buenos Aires con Mar del Plata, con la seguridad de escribir una página de dignidad en la historia de la humanidad.
El legendario Diego Armando Maradona, el líder boliviano Evo Morales, el diputado argentino Daniel Bonasso, el cineasta bosnio Emir Kusturica, el cantautor Víctor Heredia, el padre Farinello, Tristán Bauer, Mirta Busnelli, Leonor Manso, Luis D’Elía y otros, muchos otros, se unieron en ese tren con un solo objetivo: protestar por la presencia del presidente norteamericano George W. Bush en territorio argentino.
“Bush es una basura humana y el mayor criminal del mundo”, decía Diego Maradona; “yo me sumo a la protesta en mi condición de terrícola”, agregó el cantautor cubano Silvio Rodríguez; “el imperialismo representa la cultura de la muerte, los pueblos indígenas defendamos la cultura de la vida”, señaló Evo Morales.
El “tren anti-Bush” con cinco vagones estuvo repleto de artistas, músicos, escritores y políticos selectos, además de una gran cantidad de periodistas: casi todos querían un recuerdo con Diego pero también con Evo.
Pese a la lluvia, el arribo del “tren anti-Bush” a Mar del Plata fue apoteósico: “Diegooo”, “Diegooo” se escuchaba desde los cuatro puntos cardinales. Jóvenes de diferentes estratos sociales con banderas argentinas, pero también de sus clubes preferidos, le esperaban a su ídolo.
Por motivos de seguridad el astro argentino no descendió del tren como el resto de los invitados, sino que en forma reservada se trasladó a otro lugar. Sus seguidores sintieron algo de frustración pero tenían a otras personalidades para continuar su euforia.
Aunque todos los traslados de los invitados fueron complicados por el asedio de los periodistas, todas las actividades se cumplieron con absoluta normalidad.
La masiva movilización de cerca de tres horas fue sencillamente imponente: miles de hombres y mujeres de diferentes países hicieron realidad la unidad en la diversidad, las banderas de diversos colores y símbolos flamearon en los más alto y las consignas fueron variadas pero con un solo objetivo: fuera Bush.
“Los campesinos, indígenas y originarios del continente estamos presentes en esta movilización porque somos parte del pueblo. Nuestra presencia se debe a que debemos unir esfuerzos para rechazar al criminal de Bush pero también para buscar alternativas onjuntas”, decía Evo Morales, quien puede ser el próximo Presidente de Bolivia.
La concentración en el estadio de Mar del Plata fue una fiesta. Las estimaciones señalan que se reunieron 50 mil, 60 mil o más. La Declaración Final de la III Cumbre de los Pueblos de América fue leída por la indígena ecuatoriana Blanca Chancoso.
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Fracasa el ALCA, se vislumbra el ALBA