El centro del país se estremeció al oír la noticia cuando Rick Wagoner, presidente de General Motors anunció el 6 de junio que la compañía más grande manufacturera de automóviles va a eliminar a 25.000 empleos para el 2008. Esto es además de dos otras fábricas que cerraron al principio de este año: una en Linden, Nueva Jersey que resultó en la pérdida de 1.000 trabajadores que quedaban, y la otra en Baltimore, Maryland, donde perdieron 1.100 empleos.
Los planes de General Motors son de aumentar sus ganancias al costo de eliminar 22 por ciento de su mano de obra en Estados Unidos – trabajo que desaparecerán para siempre. “No en balde todo el mundo en este país está inquieto – muy, muy inquieto”, dijo Lloyd Mahaffey, director del sindicato Obreros Unidos Automovilísticos (UAW por sus siglas en inglés) para Ohio.
En un comunicado, Richard Shoemaker, vicepresidente nacional del UAW, dijo que el anuncio de General Motors fue simplemente eso – una declaración unilateral. La cuestión es aun más complicada cuando se toma en cuenta que los trabajadores tienen algo que ver con la situación. “Es una cosa presentar en un discurso que van haber sitios específico donde quieren reducir empleo y cerrar las fábricas para el 2008”, dijo Shoemaker. “En realidad, hay varios factores importantes, incluyendo el nivel de reducción [por gente que dejan el trabajo por varias razones incluyendo jubilarse], cambios en volumen y el porcentaje del mercado que tienen, y claro está, las negociaciones del 2007 entre el UAW y General Motors.
Las decisiones de General Motors, encabezado por Wagoner que cobra la gran cantidad de $4,8 millones por año, más $2,7 millones en acciones, le han costado su porcentaje del mercado. Casi la mitad de los automóviles y camiones en las carreteras del país eran productos de General Motors 15 años atrás. Ese número se ha rebajado a 25 por ciento hoy – la mitad. Ambos General Motors y la compañía Ford, ambas que son dueños instituciones grandes financieras, han visto el valor de sus instituciones de préstamos bajar.
General Motors dijo que “perdió” $1,1 mil millones en el primer cuarto del 2005. Sin embargo, los trabajadores están escépticos. Aunque los trabajadores no son quienes deciden que se produce o como se invierte el capital, son quienes reciben los dolores de cabeza por las decisiones que General Motors toma.
“El UAW no está convencido que General Motors pueda encogerse para escapar sus problemas actuales”, dijo Shoemaker. “Lo que se necesita es un enfoque intenso para reconstruir el porcentaje del mercado que General Motors tenía y la manera de hacerlo es ofreciendo una mezcla correcta de productos con diseños de alta calidad”.
Los trabajadores canadienses de General Motores también escucharon el anuncio de la corporación con un oído crítico. Hay 20 mil obreros automovilísticos de General Motors en Canadá, la mayoría de estos en la provincia de Ontario y una planta situada al cruzar el puente de Detroit en Windsor. “Ellos dijeron que [los cierres] están aislado a EEUU”, dijo Doug Orr, representante del sindicato Obreros Automovilísticos Canadienses (CAW – siglas en inglés), agregando, “Yo creo que encontraremos que eso está muy lejos de la verdad”.
Buzz Hargrove, presidente del CAW, dijo que estaba “en un estado de shock” por el anuncio de la corporación. Hargrove apuntó a la fábrica en Oshawa donde los trabajadores producen los carros Monte Carlos e Impalas. General Motors no ha preparado para producir los varios modelos de carros para después del 20008. Hargrove dijo que la planta tiene “un récord de gran calidad y productividad”. Pero él dijo que eso no significa nada si la compañía no está alocando producto. “Estamos preocupados”, él dijo.
A diferencia de los obreros de la industria automovilística en EEUU, los obreros del auto en Canadá tienen un plan nacional gubernamental médico. El costo de seguro médico para los trabajadores activos y jubilados en EEUU, de acuerdo a General Motors, es de $5,6 mil millones cada año. En el convenio laboral del 2003, los trabajadores de General Motors acordaron transferir un aumento de costo-de vida para pagar por el seguro médico y mejoras al plan de jubilación. Acordaron también aceptar cierres de fábricas. Los trabajadores y sus familias ahora pagan algo cada vez que van al médico y por medicamentos recetados, algo que el plan cubría anterior. Y muchos ahora están trabajando jornadas de 10 horas.
Michigan, con 77.000 trabajadores de General Motors, sería el estado más afectado por los planes de la corporación. Sin embargo, Ohio tienen 11 plantas de la General Motors con 15.000 trabajadores, incluyendo la fábrica en Parma cerca de Cleveland, la ciudad más pobre del país.
“Hay un efecto”’, dijo Mahaffey del UAW en Ohio. Recortes en General Motors afecta a la industria siderúrgica que ya tiene problemas, igual que las de goma, vidrio y otros servicios para los trabajadores, dijo el dirigente sindical. “Imagínese si los salarios de los trabajadores hubiese subido al mismo nivel que el de los jefes de compañías o si nos dieran un aumento cuando hicimos mal [en el trabajo] – eso sería lindo”, dijo Mahaffey hablando a como tratan los altos jefes de las corporaciones.
General Motors despedirá 25 mil obreros