VAN NUYS, California – Daniel Lucra simplemente quiere tener su seguro médico en caso de lesionarse en el trabajo detrás del mostrador de carnes en el supermercado Albertson’s, donde el piso mojado y los cuchillos pueden causar daños. La cajera Linda Young, que ha trabajado por 10 años en Albertson’s, tiene dos niños, de ocho y 10 años de edad, y tendrá que pagar $40 por cada visita al médico si la compañía tiene éxito en su plan de recortar los beneficios médicos. “Yo trabajo para mis beneficios, eso es todo”, dijo Lupe Ascensión, que le pone los alimentos en una funda para los clientes, por $7 la hora.
Lucra, Young y Ascensión son tres de los 70 mil trabajadores en los supermercados del sur de California que fueron forzados a hacer piquete esta semana. Los trabajadores en el supermercado Von’s, propiedad de la compañía Safeway, salieron en huelga la semana pasada, rechazando las demandas de la compañía que busca grandes recortes a sus beneficios de salud y pensiones de retiro, congelación de sueldo y un plan para pagarle $2 la hora menos a los nuevo empleados. El sindicato, United Food and Commercial Workers Union (UFCW), limitó el paro a sola una cadena de supermercados para “minimizar la inconveniencia a los consumidores”, pero la competencia de Von’s - Albertson’s y Ralph’s - hicieron una huelga patronal, dejando a fuera los trabajadores afiliados al UFCW. Todo los trabajadores están cubiertos por el mismo convenio laboral y las acciones de estos dos último parece ser parte de una estrategia patronal.
Siete sindicatos locales del UFCW hicieron una demanda legal contra Albertson’s y Ralph’s el 14 de octubre, diciendo que la huelga patronal es un despido en masa de los trabajadores que requiere, bajo las leyes de California, un aviso de 60 días. La demanda busca indemnificación a los trabajadores por pérdidas en sueldo y beneficios de salud y pensión.
Los trabajadores afiliados al UFCW son víctimas de la pelea entre las corporaciones. De acuerdo a la unión laboral, las gigantescas corporaciones de supermercados que controlan 60 por ciento del mercado de alimentos al detalle, están usando la amenaza real de Wal-Mart, donde los trabajadores no
están afiliados a ningún sindicato, como excusa para debilitar los acuerdos laborales y la fuerza de la unión. Cada trabajador le hizo 39 por ciento más ganancias para las tres compañías en el 2002 comparado con el 1998, dándole un total de $2,7 mil millones en ganancias, según una declaración del UFCW.
En el supermercado Albertson’s de Van Nuys, que cuenta con 160 empleados que no son permitido trabajar, los clientes eran pocos. La sección de marisco y el café Starbucks estaban cerrados, productos agrarios estaban en sus cajas en pasillos vacíos, y solo tres cajeros estaban trabajando – con poco que hacer.
Shelly Cosby, acompañada de su hijita Joy, dijo que era una cuestión de integridad no pasar la linea de piquete. Kay M. Lewis trajo botellas de agua para los trabajadores afiliados al sindicato. “Yo los conozco. Son mis amistades las que están detrás del mostrador. La compañía seguramente tiene con que pagar los beneficios médicos y de pensión actual”.
En el piquete, un joven sindicalista hablaba de como ellos hacen más para mantener una tienda limpia y ayudar a los clientes. “Ellos llegan cansados, pues uno trata de presentarse con una sonrisa y cara alegre para hacer que su día sea mejor”, dijo Lucra. “Uno le da al cliente un servicio de calidad”, dijo Powers.
La mayoría joven en la tienda también estaban preocupados de las pensiones de los trabajadores más viejos. Lucra dijo que uno de sus compañeros de trabajo le faltaba dos años antes de jubilarse. “¿Y ahora están hablando de quitarles la pensión? Eso no es justo”.
En otra parte de la ciudad, los mecánicos de la Autoridad Metropolitana de Transportación de Los Ángeles fueron forzado irse a la huelga el 14 de octubre sobre la cuestión del costo de beneficios médicos. Este sistema de tránsito, el tercer más grande del país, se paralizó cuando otros trabajadores rechazaron cruzar los piquetes de los mecánicos.
Y la lucha sobre quien paga los crecientes costos de servicios médicos también está al centro de la pelea de los alguaciles del condado de Los Ángeles mientras negocian un convenio laboral.
Kate Bronfenbrenner, directora de investigaciones del departamento de educación laboral de la Universidad Cornell en Nueva York, le dijo al periódico Los Ángeles Times que la cuestión de los costos médicos están al centro de cada lucha por un nuevo acuerdo laboral. “Y va a ser un problema hasta que haga una solución nacional”, dijo ella.
Se puede comunicar con la autora al
Jarvis Tyner y Roberta Wood contribuyeron a este artículo.
Huelga en supermercados California