Mientras siga en efecto un cese de fuego frágil con el que no siempre cumplen, y a pesar de las tres semanas de bloqueo del país por parte del gobierno israelí, en Líbano ya se inician los primeros pasos hacia la reconstrucción.
Son evidentes los lúgubres efectos del bombardeo israelí, apoyado por EEUU. El gobierno libanés reportó el 1 de septiembre que a consecuencia del conflicto murieron 1.187 de sus ciudadanos, la tercera parte de ellos niños, y que 4.092 fueron heridos.
Sigue subiendo día tras día la taza de bajas mientras sigan las incursiones militares intermitentes israelíes, mientras se sigan sacando cadáveres de edificios destruidos, y mientras las municiones no explotadas, incluso las mini-bombas de racimo, sigan matando e hiriendo a civiles inocentes.
Una agencia de la ONU pendiente a minas dice que desde el comienzo del cese de fuego hasta el 1 de septiembre las municiones no explotadas habían quitado la vida a 13 personas y han herido a 41 más. La agencia estima que quedan esparcidas por el sur de Líbano algunas 120.000 explosivos no detonadas, presentando un peligro muy especial a los niños.
Estas armas, incluyendo las bombas de fragmentación, son en parte de fabricación norteamericana.
Se desplazaron de sus hogares a unos 970.000 libaneses, y fueron dañadas o destruidas por completo algunas 30.000 casas. Quedaron destruidos más de 100 puentes, 900 negocios y dos hospitales, además de muchas plantas eléctricas y casi 100 carreteras. Varían los cálculos de daño a la infraestructura libanesa; el 5 de septiembre NBC News citó una cantidad de siete mil millones de dólares.
En el sur de Líbano siguen sin electricidad casi el 35 a 40 por ciento de los hogares, y en algunas ciudades como Bint Jbail, falta electricidad en el 85 a 90 por ciento de los hogares. La falta de electricidad ha contribuido a una aguda escasez de agua potable, porque las bombas de agua no pueden funcionar sin electricidad. También escasa alimentos y medicinas en varias zonas, su entrega impedido en parte por el bloqueo israelí.
Ha llegado cierta cantidad de ayuda para la reconstrucción desde Arabia Saudita, Kuwait, Marruecos y varias otras naciones, incluso de países europeos. Hezbolah y otras fuerzas del movimiento nacional de resistencia libanesa han formado parte importante del esfuerzo de limpieza y reconstrucción, según reportes noticiosos.
El grupo Amnistía Internacional acusa a Israel de atacar civiles y a propósito y a la infraestructura del país, perpetrando en efecto crímenes de guerra. Según por lo menos una encuesta de opinión pública citada en un artículo por Noam Chomsky, indica que un 90 por ciento de libaneses ve a EEUU como cómplice en los crímenes de guerra de Israel contra el pueblo libanés.
Unos 4.000 cohetes fueron disparados contra Israel por Hezbolah durante los 34 días del conflicto. Murieron unos 40 civiles israelíes y 117 soldados de ese país.
Una demanda unificadora de una gama amplia de opinión política libanesa, incluso del gobierno libanés y de las fuerzas de resistencia es la de un fin al bloqueo aéreo y naval de su país, impuesto por Israel. Los aviones y barcos todavía no pueden entrar a Líbano sin previo permiso del gobierno Israelí.
La semana pasada Israel levantó el bloqueo contra Líbano.
A pesar del acuerdo de cese de fuego, todavía se encuentran algunas tropas israelíes en el sur de Líbano, supuestamente en espera del despliegue completo del Ejército Libanés y de una fuerza internacional bajo auspicias de la ONU.
El Partido Comunista Libanés advirtió que Washington y Tel Aviv esperan desarmar a las fuerzas de resistencia y debilitar a Líbano por medio de una fuerza internacional favorable a EEUU y de Israel, una meta que estos no lograron alcanzar por medios militares. Tal debilitamienta, dice el PCL, tiene el propósito de facilitar una campaña por subyugar a Siria e Irán, parte de la visión de un “Nuevo Medio Oriente” de la administración Bush.
Mientras tanto, en lo que es el “otro frente” para Israel, él de la Franja de Gaza y Cisjordania, siguen empeorando las condiciones de vida del pueblo palestino.
Los ataques aéreos israelíes y ataques contra supuestos militantes palestinos siguen a diario. Un artículo en la revista militar War Times cita al grupo pro derechos humanos israelí B’Tselem que “desde el 28 de junio, el fuego israelí ha matado a un mínimo de 225 civiles, incluso a 46 niños y 10 mujeres, y ha herido a por lo mínimo unos 815 personas, entre ellos 232 niños y 27 mujeres”.
Israel mantiene presos en sus cárceles a casi la tercera parte de los integrantes del gobierno palestino, en donde se unen a algunos 9.000 presos más, muchos de ellos sin ningunos cargo.
El 3 de septiembre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunció planes para construir 690 nuevas casas en la Cisjordania ocupada. El periódico The New York Times informa que por esta acción el gobierno israelí recibirá solo “críticas formales” de parte de los norteamericanos “que han tenido poco efecto en la política israelí y no se espera que tenga importancia en este caso’.
Líbano comienza reconstrucción