Líbano: Crece resentimiento de refugiados palestinos

CAMPAMENTO DE BADDAWI, Líbano, (IPS) — La violencia en Líbano escaló el domingo y este lunes. La organización islamista sunita Jund al Asham atacó posiciones del ejército fuera del campamento de refugiados palestinos más grande del país, Ain al-Hilweh, en el sur.

Mientras, líderes palestinos en Líbano dice que no puede controlar la reacción de los más de 400.000 refugiados en los 12 campamentos oficiales en todo el país, si el ataque generalizado del ejército libanés contra el de Nahr al-Bared, en el norte, causa muchas muertes civiles.

“Si el ejército invade Nahr al-Bared, habrá muchas más víctimas palestinas dentro del campamento”, dijo a IPS Hajj Rif’at, vocero de la multipartidaria Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Líbano, en la sede del sector en el cercano campamento de Baddawi.

“Nos negamos a que la solución sea a expensas de nuestros niños y mujeres y de la destrucción de nuestro campamento”, agregó Rif’at.

Lo que comenzó en mayo como un incidente entre fuerzas de seguridad y ladrones de banco en la septentrional ciudad costera de Trípoli se convirtió en un prolongado enfrentamiento militar con una organización islamista sunita Fatah al-Islam.

El grupo se arraigó en Nahr al-Bared en los meses posteriores a la guerra de 34 días entre Israel y el partido islamista chiita libanés Hezbolá en julio y agosto pasados.

Durante dos semanas, el ejército libanés comerció armamento pesado con miembros de Fatah al-Islam.

Residentes de Nahr al-Bared dijeron que el ejército también envió miles de proyectiles de 155 milímetros para tanques y balas de mortero al campamento de refugiados, para eliminar cualquier movimiento de los combatientes de la organización sunita.

El ejército libanés asegura haber matado a docenas de combatientes de Fatah al-Islam en los últimos tres días.

Al menos 12 soldados libaneses fueron asesinados y 10 resultaron heridos en los combates del fin de semana, según otras fuentes. Desde que comenzaron los choques, el 20 de mayo, resultaron muertos 40 soldados.

El gobierno prooccidental manifestó que derrotaría a los insurgentes a toda costa, y algunos analistas señalaron que cualquier espacio para negociar con la organización islamista sunita se perdió tras la primera semana de luchas.

El liderazgo de Fatah al-Islam reiteró su disposición a combatir hasta al último hombre, negándose a rendirse o a entregar sus armas en esta etapa.

Estas tácticas sumieron en una crisis humanitaria a los aproximadamente 10.000 palestinos todavía atrapados en el campamento de Nahr al-Bared.

Según Mahmoud Rashid, funcionario del Hospital Saffad en el campamento de Baddawi, la mayoría de las muertes civiles, si no todas, fueron consecuencia de bombardeos del ejército.

Rashid previó, además que el número de fallecidos podría aumentar de modo significativo porque en el campamento no hay medicinas para tratar a los heridos.

El Comité Internacional para la Cruz Roja entregó 23 toneladas de alimentos y casi 60.000 litros de agua los días martes y miércoles de la semana pasada, proporcionando el primer alivio significativo a los palestinos atrapados en Nahr al-Bared sin electricidad, alimentos ni agua desde que comenzaron los combates.

Más de la mitad de los 35.000 residentes de Nahr al-Bared huyeron de las luchas a los otros 11 campamentos oficiales de refugiados palestinos existentes en Líbano.

Los palestinos salieron el fin de semana a las calles en Beirut y en el campamento de refugiados de Rashidiyeh, en el sur de Líbano, para protestar contra los ataques del ejército libanés contra civiles atrapados en Nahr al-Bared, reclamando un inmediato cese del fuego y un fin de los ataques “al azar” contra civiles.

Aunque el primer ministro Siniora se comprometió a reconstruir lo que fue destruido por el ejército libanés en las últimas dos semanas de la batalla contra Fatah al-Islam, pocos de los desplazados en el campamento de Baddawi depositaron esperanzas en sus declaraciones.

El gobierno prooccidental que encabeza Siniora está enfrascado en una larga batalla política con Hezbolá (Partido de Dios) y sus aliados desde la guerra del año pasado con Israel.

Todavía está por comenzar la reconstrucción tras la destrucción, por parte del ejército israelí, de aldeas en el sur de Líbano. Tampoco se espera que se dé inicio a este proceso hasta la resolución de la actual crisis política con Hezbolá.

El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, condenó el domingo al gobierno de Siniora por recibir asistencia militar de Estados Unidos y sus aliados árabes sunitas.

Nasrallah dijo que esa asistencia podría alentar la creación de movimientos en Líbano similares a la filial iraquí de la red terrorista Al-Qaeda.