La Batalla de Waukegan

WAUKEGAN, Illinois — Para miles de manifestantes aquí el 16 de julio, el gobierno del municipio se volvió en un organismo extraño mantenido por helicópteros, francotiradores, cuerpo especial de tiradores y perros. Desenfrenados por la demostración de fuerza militar más de 6.000 simpatizantes por los derechos de los inmigrantes llenaron la Avenida Martin Luther King, desbordándose hasta las escaleras de la alcaldía.

Adentro, el concejo municipal, llamado a juntarse por el alcalde, votó 8 a 2 para convertir la policía en “polimigra”, agente de inmigración, en un pueblo donde los latinos constituyen hasta el 80 por ciento de la población. El voto del 16 de julio confirmó una decisión anterior de alistarse a la provisión 287(g) de un programa federal, que convierte a la policía local en agentes de la ley de inmigración con la autoridad de arrestar y detener inmigrantes y comenzar contra ellos los procedimientos de deportación.

Afuera, miles de voces unidas indignadas clamaron. La “Batalla de Waukegan”, algunos la llaman.

“Construimos estos edificios, hicimos estas carreteras”, dijo en medio del gentío Juan Carlos, residente de Waukegan. “Diez años atrás llegué aquí para encontrar que Waukegan era un lugar de terrenos vacíos, tiendas cerradas, sucio y que moría”.

Una vez prosperó este puerto industrial en las orillas del Lago Michigan, como a 30 millas al norte de Chicago, Waukegan luchó por sobrevivir el fracaso de la industria en los años de los 1980s mientras que el gobierno y las grandes empresas salvajemente pelearon para reinventar a EEUU como una economía de sector servicial sin sindicatos.

Ha sido el poder laboral latino que le ha dado nueva vida a la ciudad. La que aumentó la base de contribuciones con nueva construcción, reparación de la infraestructura y una ola de nuevos negocios latinos vibrantes.

Pero como un animal acorralado, temiendo el desplazamiento, la vieja oligarquía blanca está llevando una guerra para retenerse en el poder.

Solo ahora, la mayoría enmudecida se mueve a través de Waukegan y no será callada por mucho.

“El 80 por ciento de Waukegan no permitirá que el 20 por ciento les demuestre cuales son sus derechos”, declaró José Gudino del Concilio Laboral para el Avance Latinoamericano (LCLAA por sus siglas inglés). El LCLAA se unió a un creciente número de grupos latinos, que incluye al Club Social Tonatico, Asociación Latina del Condado de Lake, Hondureños Unidos, Club La Luz y Comercios Unidos de Waukegan, que se habían unido en contra la medida.

De esta coalición, se han levantados llamadas para boicotear la ciudad de Waukegan. Simpatizantes residentes dicen que ellos patrocinarán solo a aquellos negocios que demuestren rótulos que expresan su oposición a la proposición 287(g).

Los simpatizantes de los derechos de los inmigrantes dicen que las campañas de inscripción de votantes, las alianzas laborales y la actividad política independiente en elecciones futuras serán partes, local y nacional, de una oposición implacable a la 287(g).

Aunque han sido dejados afuera de la ciudad que han edificado, los trabajadores latinos de Waukegan ven esta lucha como su arma contra las fuerzas de violencia y silencio. Para ellos, la batalla es en si misma una victoria.

juanycueva@aol.com. Benjamin Cline contribuyó a este artículo.