La crisis económica y las viviendas

La crisis financiera que ha estado barriendo a Estados Unidos y la muchas partes del mundo capitalista desde el verano pasado ha entró en una nueva etapa cuando las gigantes corporaciones hipotecarias conocidas como Fannie Mae y Freddie Mac están casi insolventes. Esta crisis puede que sea la peor en la economía de EEUU desde la Gran Depresión de los 1930s. Aun más importante, amenaza a los empleos, hogares, seguridad económica y el futuro de todas las familias de clase trabajadora.



Fannie y Freddie

La Asociación Nacional Federal de Hipotecas (Fannie Mae) fue una agencia gubernamental creada durante la Gran Depresión para estabilizar el mercado de casas. Fue privatizado en el 1968, junto con la similar Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios para Viviendas (Freddie Mac), que operan como compañías sin fines de lucro. Mientras tanto, gozan de miles de millones de dólares en beneficios reguladores y de impuestos por ser Empresas Auspiciadas por el Gobierno (EAG) y proveen ganancias aseguradas para sus accionistas y remuneración de millones para sus ejecutivos.

Los bancos locales venden sus préstamos hipotecarios a Fannie y Freddie. Estos proven a los bancos locales con los fondos para hacer más préstamos y se repite el proceso. Fannie y Freddie o se encargan de los préstamos o los juntan y los venden a inversionistas. En cualquier caso las EAG corren el riesgo si los dueños no pagan la hipoteca. En tiempos normales el nivel de no pagar es bajo y hacen sus ganancias de los honorarios que reciben por comprar y vender préstamos hipotecarios.



Crisis Financiera

En la ausencia de un programa nacional de viviendas auspiciado por el gobierno federal, este mecanismo lo hace posible que crezca el número de familias con casas propias. Los inversionistas y las instituciones financieras (inclusive los EAG) proveen los fondos para nueva construcción a precios excesivos y los préstamos con garantía hipotecaria. Los que cogen estos préstamos no tienen la capacidad de pagarlos. Inevitablemente, la tasa de falta de pagos aumenta más alto delos niveles sostenibles por los prestamistas.

Fannie y Freddie o son dueño de o garantizan la mitad de los $12 billones de hipotecas estadounidenses. Como otras instituciones financieras, las EAG cogen prestado el dinero que necesitan para comprar estas hipotecas y tienen que hacer pagos. Cuando los dueños de casas no pagan, los EAG no tienen los suficientes fondos para pagar sus préstamos.

Fannie y Freddie son compañías tan grande que su quiebra pueden paralizar el sistema financiero. Las finanzas son el lubricante de la economía capitalista. Ya se está poniendo difícil conseguir una hipoteca hasta con teniendo buen crédito. La economía estadounidense se mantiene con crédito a un nivel sin precedencia, ambos a nivel de negocios como del consumidor. La quiebra de las EAG, encima de lo que ya ha pasado, congelaría el crédito y no podríamos encontrar en una profunda depresión.



La respuesta gubernamental

Desde el verano pasado, el Tesoro de EEUU compró hasta $500 mil millones en préstamos malos de algunos de los bancos quebrantados. Es probable que los contribuyentes estadounidenses tengan que pagar la gran parte de eso. Un proyecto de ley recientemente en el Senado podría ayudar a un porcentaje pequeño de los dueños de casa con problemas, pero protegería a los inversionistas de sus pérdidas más grande.

Ahora, parece que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el liderazgo del Congreso llegarán a un acuerdo para proveer préstamos de bajo interés para “salvar” a Freddie y Fannie. El economista Dean Baker describe el rescate como diciéndole a los “camioneros, maestros de escuelas, y bomberos que ellos van a tener que pagar más impuestos para ayudar a la gente más rica del país escaparse de las consecuencias de su propia estupidez”.



Alternativas

Fue refrescante leer el reporte en el diario The New York Times sobre la respuesta del senador Barack Obama. Él dijo, “cualquier acción gubernamental para rescatar a las dos compañías hipotecarias debe hacerse de la perspectiva de los dueños de casa, no solo los accionistas y los inversionistas y jefes de las compañías”.

De acuerdo a Baker, “Tenemos que mantener a Fannie y Freddie solvente, pero podíamos hacerlo con condiciones por rescatarlos. El gobierno usa condiciones todo el tiempo. Beneficios por desempleo, seguro, asistencia pública a familias con niños, cupones de alimentos, y hasta los préstamos universitarios viene con todo tipo de condiciones”.

Estas condiciones, de acuerdo a Baker, pueden incluir limitaciones a la remuneración de los ejecutivos de las empresas y ningún beneficio para los accionistas. Ambas son buenas ideas, pero yo iría más allá. La legislación debe incluir una moratoria de embargos. Las casas vacías deben ser otorgadas a las autoridades locales para o venderlas o alquilarlas a bajo costo. Y el Congreso debe votar en favor del proyecto HR 611, introducida por el congresista demócrata por Arizona, Raúl Grijalva. Si entra en vigencia, esta ley permite que las familias que no puedan pagar su hipoteca puedan quedarse en la casa alquilando a precio de mercado.



Acciones Locales

Al crecer la crisis gobiernos locales están tomando acción debido a la inacción del gobierno de Bush.

El año pasado, Massachusetts respondió a las protestas pública declarando un moratoria de 60 a 90 días a embargos que causados por las prácticas de usura.

En mayo de este año, la Asamblea Estatal de Nueva York pasó una moratoria de embargos de un año. Aunque no se convirtió en ley, sentó las bases para legislación que mejora las protecciones que tienen los dueños de casas en los tribunales. El diario The New York Times concluyó que “el esfuerzo que fracasó produjo por lo menos un beneficio. Hizo que todas las otras propuestas parezcan moderadas”.

A nivel local, desde Chula Vista, California a Cleveland, Ohio, las ciudades están multando y castigando de otras maneras a los bancos que se niegan mantener en buen condiciones las propiedades embargadas. Estas medidas demoran la decaída el deterioro de los barrios y también animan a los bancos encontrar alternativas a los embargos. En Buffalo, Nueva York, un juez usó una ley del estado para obligar a los prestamistas mantener la propiedades en buenas condiciones.

En un condado de Virginia Occidental votaron en favor de comprar mansiones embargadas a un precio descontado, remodelarlas para convertirlas en apartamentos a precios cómodos.

A través del país, el grupo comunitario ACORN ha organizado protestas y han tenido éxito negociando con los prestamistas.

Hasta el momento, estas acciones han sido no más que poner unos sacos de arenas en el camino de una inundación de embargos. Pero con acción local como estas, combinado con un voto masivo en favor del cambio en noviembre, se puede crear un ambiente en favor de la legislación nacional necesaria.