La administración Bush utiliza a la muerte de Ronald Reagan para levantar a la temblante campaña electoral de Bush. Elogian a Reagan porque esperan atraer apoyo a George W. Bush y al programa ultraderechista republicano. La televisión queda saturada con comentarios proclamando a los cuatro vientos la grandeza de Reagan como presidente. Muchos hasta dicen que era el presidente más grande de los tiempos modernos. Francamente, no hay nada más lejos a la verdad.
A Reagan se le presenta como si fuera la segunda venida de Franklin Delano Roosevelt, mientras, como presidente, más parecía realmente al fantasma de Herbert Hoover. A Reagan se le llamaba “el Gran Comunicador”, pero la cuestión no es la de la buena calidad de sus discursos, sino de la pésima calidad de su política. Pero, los medios informativos hacen caso omiso de eso, marchando en fila cerrada con la administración Bush. Quieren pintar un rostro feliz sobre una presidencia muy negativa.
El verdadero Ronald Reagan fue ultraderechista por casi toda su vida, y fue uno de los presidentes mas anticomunistas y proimperialistas en la historia norteamericana.
Comenzó su carrera como conservador delatando a sus compañeros de trabajo, actores de Hollywood, durante las cazas de bruja de McCarthy. Como gobernador de California, ordenó a su policía estatal atacar a activistas pro derechos civiles y pro libertad de expresión estudiantil. Despidió a Ángela Davis como catedrática de la Universidad de California Los Angeles (UCLA) por sus opiniones políticas – por ser militante del Partido Comunista de Estados Unidos – y luego trató de incriminarla falsamente. Primero, le quitó su trabajo, y luego trató de quitarle la vida.
También llevó acabo la supresión sangrienta del Partido Pantera Negra, movimiento político nacido en su estado. Tenemos que preguntar ¿En dónde está la grandeza de Ronald Reagan?
Fue un demagogo por excelencia que supo presentar de manera gentil y sencilla su política extremista ultraderechista. Engañó a muchísimos votantes. Muchos votantes que amaban la democracia abandonaron al proceso electoral por disgusto. Reagan ganó cada uno de sus dos mandatos presidenciales con el apoyo de una minoría del electorado. ¿En donde está su grandeza?
Fue uno de los presidentes más antisindicalistas y antitrabajadores de toda nuestra historia. Comenzó su primer mandato destruyendo a PATCO, el sindicato de los controladores de tráfico aéreo, y buscó aplastar por completo al movimiento sindical. Fue uno de los presidentes más activos en nuestra historia moderna en luchar contra la igualdad racial. Fue elegido usando el ejemplo ficticio de una supuesta “reina de asistencia pública” para convencer a millones de votantes anglosajones que sus altos impuestos se debían a las mujeres afronorteamericanas que reciben beneficios públicos. Utilizó al racismo para promover a la división y a la animosidad. Para enviar un mensaje, comenzó su campaña reeleccionista en Filadelfia, Mississippi, lugar en donde el Ku Klux Klan (KKK) había asesinado a tres trabajadores de derechos civiles en 1964. Bajo su mando los republicanos desarrollaron su “estrategia sureña”, una alianza con racistas “dixicrátas” [Partido Demócrata de Dixie – el sur], incluso del KKK. Apoyó resueltamente al régimen racista sudafricano. Se opuso constantemente a la acción afirmativa y a todos los esfuerzos para hacer cumplir con seriedad a las leyes de derechos civiles. Fue elegido por el racismo, y gobernó con racismo.
La epidemia de crack que hizo tanto daño a las comunidades afronorteamericanas y latinas surgió y progresó bajo su mando. Las víctimas de ese genocidio más probablemente se pueden contar en decenas de miles. ¿En donde está la grandeza?
Su política económica de lado de la oferta fue el comienzo de una campaña republicana de 20 años de duración para romper la red de seguridad social para las familias de clase trabajadora de bajos recursos. ¿Acaso recuerdes la teoría reaganómica? Después de dejar su oficio, David Stockton, director del presupuesto bajo Reagan, admitió que fue diseñada para recortar drásticamente los gastos destinados para necesidades sociales, incluso a la educación pública y el cuidado de salud, para así poder regalarles a los más ricos recortes tremendos de impuestos, aumentando efectivamente los impuestos a las familias trabajadoras.
Y, esto es precisamente lo que hicieron. ¿En donde está su grandeza?
Se proclama que Reagan “ganó” la Guerra Fría. Pero, cuando se derrumbó la URSS y otros países socialistas, millones quedaron sumergidos en la pobreza. Estos países ya sufren desempleo, y hay mucha gente viviendo en la calle. Pasan hambre. Hay crimen, y sufren luchas étnicas sangrientas. Reagan y Bush llaman a todo esto “libertad”. ¿En donde está su victoria?
Hoy, el promedio de vida en la ex-URSS ha caído hasta niveles de un país en desarrollo. Las escuelas públicas quedan en el abandono, mientras construyen nuevas y carísimas escuelas privadas para los nuevos capitalistas ricos. Eliminan servicios médicos gratuitos, y en su lugar establecen hospitales y clínicas privadas a precio caro. Los niños, que antes formaban una clase privilegiada, las mujeres que rompían los récords mundiales en muchas áreas, ya son victimizadas, explotadas y esclavizadas por el comercio internacional del sexo. Acaso, ¿es esto una victoria?
¿Quién sacó provecho del colapse del socialismo? No la gente. ¡Fue el imperialismo! El capitalismo global, especialmente el capitalismo norteamericano.
Gracias a la política de Reagan, el mundo de hoy es un lugar mucho más peligroso. La política militarista, imperial, del “superpoder único” de George W. Bush, incluso la invasión y la ocupación a Irak, continúan el programa de Reagan.
Durante un cuarto de siglo el pueblo norteamericano ha sufrido ataques ultraderechistas intensificados. Ya es hora de cambiar. Debemos fortalecer la lucha para derrotar a Bush y a la mayoría republicana en el Congreso este noviembre, para poder comenzar a mover a nuestro país hacia una mejor dirección.
Eso será una victoria verdadera.
Jarvis Tyner es vicepresidente ejecutivo del Partido Comunista de Estados Unidos. Se puede comunicar con él al jtyner@cpusa.org.
La verdad sobre Ronald Reagan