Opinión
La población latina ha crecido en estos últimos veinte años. Creció como masa trabajadora y como un grupo consumidor muy importante para la economía interna del país.
Antes de esta administración del presidente George Bush su calidad de vida era adecuada y esperanzadora como grupo que se expande en el país. Hoy su calidad de vida no solo ha empeorado sino que han llegado a las más altas esferas del poder la xenofobia (odio a otras razas); el abuso de poder impidiendo que los hispanos y otras minorías ocupen posiciones empresariales y/o políticas de decisión con el pretexto de la seguridad nacional y con esta lamentable Ley Patriota, que es la ley más absurda y que pasará a la historia como la ley benefactora de las altas esferas del poder.
El caso es que nadie verá a ningún miembro de los Bush o de su partido afectados por esta ley, o de alguien que sea allegados a ellos; pero si muchos disconformes de los garrafales errores del presidente o de sus leyes de seguridad nacional serán investigados o llamados traidores de la patria. La única comparación que existe en la historia de un seguimiento patriótico tan abusivo e intolerante de las otras razas es solo comparado con Adolfo Hitler en los inicios de 1940. No son menos pequeños los errores que está incurriendo George Bush y las consecuencias ya están a la vista. Estados Unidos es hoy un país aislado de la comunidad internacional como nunca antes lo fue en la historia.
Los latinos decidirán estas elecciones, de la misma manera como decidieron las elecciones del 2000, en donde gracias al hermano del presidente Bush, el gobernador de Florida, los republicanos robaron las elecciones por 537 votos, y aunque es triste decirlo fueron votos latinos parte de estos votos mal habidos.
De nosotros los Latinos dependerá que regresen la esperanza a una vida mejor, “el sueño americano”, o de nosotros dependerá que un hombre con poco criterio pero con mucho dinero y ambición personalista nos siga gobernando y que continúe haciéndonos creer que más importante que las políticas justas son las políticas militaristas y que la diplomacia no sirve. El tamaño de la comunidad latina es lo suficientemente grande hoy para que su voz sea escuchada y cambie el rumbo de la historia de este país.
Ya hemos cambiado mucho de la historia de este país de manera silenciosa pero con trabajo arduo, ahora es tiempo que se nos reconozca. Mas hoy que la salud de nuestros niños ha empeorado, a nuestros parientes no se les da el oportunidad de legalizarse, los hospitales y los seguros de salud no están a nuestro alcance. Alguien tiene que hablar por aquellos parientes y connacionales nuestros que vivieron con cierta paz antes de este presidente y que hoy viven temerosos a todo tipo de abuso, incluyendo el abuso del gobierno central por sus leyes de tan poca compasión con los desafortunados y trabajadores inmigrantes.
El latino ha tocado piso durante esta administración y dicen que cuando uno toca el piso y no puede ir más abajo solo le queda una cosa y eso es salir de allí, y eso es lo que hará el latino en estas elecciones presidenciales del 2004. Nunca más un Hitler, nunca mas un Bush en el poder, esa es nuestra decisión.
El escritor es presidente de United Voices for Immigrants en el norte de Tejas.
Latinos hacen la diferencia