La conferencia en Indonesia que se terminó el 14 de diciembre, auspiciada por la ONU, ha establecido las bases para un acuerdo internacional para seguir al Protocolo de Kioto que se vence en 2012. Mientras que existen muchos desacuerdos importantes y distintos países abogan por estrategias diferentes para resolver al problema de cambio de clima, cada vez están más de acuerdo sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de “invernadero”.
Más de 12.000 personas se reunieron en Bali, Indonesia, para debatir como dirigirnos al cambio del clima. Escucharon reportes de científicos sobre la aceleración visible del calentamiento global, inclusive sobre el hecho de que las capas de hielo en Groenlandia y el Ártico se están descongelando más rápidamente de lo que se había imaginado, y el aumento en eventos extremos de clima. Discutieron maneras de ayudar a los países subdesarrollados en el financiamiento para adaptarse a los resultados del calentamiento global, por ejemplo como conservar agua, como levantar barreras más altas al mar, capacitación en nuevas técnicas de agricultura y mejoramiento de la eficacia de sistemas de riego para la agricultura. Se hizo un llamado para un nuevo acuerdo mundial a partir de 2009 para terminar lo que Kioto ha empezado.
La conferencia se llevó a cabo a la vez de que Al Gore y el Panel Intergubernamental sobre Cambios del Clima (IPCC) aceptaban al Premio Nobel por su labor sobre el tema de calentamiento global. El IPCC es una comitiva iniciada por la ONU compuesto de científicos de todo el mundo, quienes se encargan de desarrollar un consenso sobre las realidades, riesgos y causas del cambio de clima.
Australia había sido el único otro país industrializado aparte de Estados Unidos que se negaba endosar al Protocolo de Kioto. Ahora ese país ha empezado el proceso de ratificación tras la caída del gobierno anterior en una elección en la cual el asunto del cambio de clima jugó un papel crítico. En el primer día de la conferencia en Bali, hubo un gran aplauso cuando esto se anunció. El gobierno estadounidense se encuentra cada vez más aislado como el único país industrializado que se niega considerar tomar pasos serios y obligatorios para reducir los gases de invernadero. Estados Unidos y Australia son los dos países que más de estos gases emiten por persona.
China que al igual que Estados Unidos aun no acepta límites obligatorios sobre las emisiones, sin embargo ha empezado a desempeñar un papel más positivo, tomando medidas para aumentar el uso de fuentes renovables de energía en ese país asiático, de aumentar la eficiencia en el uso de la energía en la industria, y de restaurar las selvas.
El IPCC y la conferencia anual forman parte de la Convención de la ONU sobre Cambios de Clima, firmado hace 10 años con el fin de coordinar internacionalmente el trabajo de estudiar y remediar al calentamiento global. Como la certidumbre científica sobre el calentamiento global ha crecido, con la acumulación de evidencia y con cambios de la opinión publica internacional, este trabajo es cada vez más importante.
Se están haciendo esfuerzos para alcanzar a algún tipo de acuerdo para que los países más desarrollados ofrezcan compensación a los países menos desarrollados que conservan sus selvas.
Las selvas tropicales desempeñan un papel significante al absorber el dióxido de carbón, y también aumentan el grado en que el agua se difunde en la atmósfera. Esto no solo produce lluvias necesarias sino también la formación de nubes, que a su vez previenen que tanta luz de sol penetra a la superficie de la tierra, así reduciendo al calentamiento global. Pero cuando se cortan y queman a las selvas, el dióxido de carbón sale al medio ambiente. También se cree que las selvas tropicales son especialmente susceptibles al impacto del calentamiento global, y por lo tanto corren más riesgo de desaparecer debido a cambios en la cantidad de lluvia, temperatura y otras cosas que les causan estrés.
Sin embargo en muchos países subdesarrollados la venta de madera al mercado internacional, y el quitar las selvas para crear más terrenos para la agricultura, para la ganadería y otros usos económicos, constituyen componentes importantes de la economía nacional. Si a esos países se les pueden compensar por no seguir desmontando sus selvas, les serviría como incentivo para evitar formas destructivas de desarrollo y todos beneficiamos. De otra manera, el desmontar de las selvas continuará con cada vez más rapido, y todos pagaremos el precio en calentamiento global.
Pero hay dificultades serias que necesitan negociarse antes de llegar a un acuerdo. ¿Quién ofrecerá el dinero para la compensación? ¿Quién va a vigilar para asegurarse que la destrucción de las selvas no se traslade a otra zona? ¿Acaso estas actividades internacionales violan la soberanía nacional de algunos países (una preocupación especialmente en Brasil)?
Aunque muchos asuntos como estos quedan para negociarse, el consenso mundial cada vez mayor pone presión sobre negociadores, países, corporaciones y agencias internacionales para que encuentren soluciones. Manifestaciones en más de 50 ciudades en el mundo entero, coordinadas con la conferencia de Bali, demandaron acción más decisiva. Manifestantes desde Londres a Manila condenaron al presidente Bush como un obstáculo clave a los acuerdos negociados.
Al fin los representantes estadounidenses en Bali acordaron que el cambio de clima es un problema serio y que la actividad humana lo causa, pero a la vez ellos se opusieron a cualquier clase de normas obligatorias al nivel internacional. Esta posición se encuentra retadas por un proyecto de ley del Senado estadounidense, que requiere recortes en emisiones de gases invernaderos de fabricas de energética, transportación y manufactura para el año 2050, siendo el primer proyecto de ley de esta índole que va a voto en el Senado. Sin embargo los funcionarios del gobierno norteamericano dicen que esto no tendrá ningún impacto alguno sobre su posición.
Lucha en conferencia contra calentamiento global