Luchan por la democracia hondureña en el Congreso

Mientras que cada día se ven escenas dramáticas en las calles de Tegucigalpa, San Pedro Sula y otras ciudades en Honduras, elementos a favor y en contra del golpe están activos en Estados Unidos, hasta en el Congreso del país.

Un grupo de demócratas liberales encabezados por los congresistas Bill Delahunt y Jim McGovern, ambos de Massachusetts, han introducido una resolución (H Res 630) en la cual denuncian al golpe y apelan a favor del retorno del presidente legítimo Manuel Zelaya, que fue depuesto un golpe militar la mañana del 28 de junio.

Además de denunciar el golpe y llamar a que restauren al poder al presidente Zelaya, la resolución le reclama al gobierno de Obama a que siga reconociendo a Zelaya como presidente legítimo y, en las palabras de la resolución, “urge a la administración de Obama a suspender asistencia monetaria no humanitaria al gobierno de facto de Micheletti como lo requiere la ley estadounidense…”.

Estados Unidos es el país principal en comerciar con Honduras y le otorga al país centroamericano cientos de millones de dólares en ayuda económica. Parte de la asistencia estadounidense es parte del Reto del Milenio, mientras otros fondos son para “fomentar la democracia” y vienen a través de agencias como el Instituto Nacional Republicano y la Dotación Nacional para la Democracia.

Los partidarios de Zelaya en ambos países, Honduras y Estados Unidos, se quejan de que este último tipo de “asistencia”, y en especial la ayuda financiera a los militares hondureños, va directamente a gente e instituciones que programaron y tomaron parte en el golpe y que de hecho esto ayuda a esa gente mantener el golpe. Oficiales de las fuerzas armadas de Honduras también están recibiendo entrenamiento en la Escuela de las Américas en el Fuerte Benning en el estado de Georgia.

La resolución exige que se envíen observadores internacionales a Honduras para vigilar que las elecciones programadas para noviembre de este año sean justa pero solo después de que “Una vez el presidente Zelaya sea retornado al poder para asegurarnos que su sucesor sea electo justamente, libremente y transparentemente”, y expresa su apoyo a los esfuerzos de mediación del presidente costarricense Oscar Arias.

A la hora de prensa habían 31 otros congresistas que añadieron sus nombres a la resolución, en su mayoría demócratas liberales y miembros de los grupos Hispano, Negro y Progresista del Congreso. Entre los que han firmado están José Serrano de Nueva York, Luis Gutiérrez de Illinois, Bárbara Lee de California, John Conyers de Michigan, Maurice Hinchey de Nueva York, y Maxine Waters de California, entre otros. Hasta la fecha, no se ha introducido un proyecto similar en el Senado.

Organizaciones progresista pro derechos humanos, incluso el Grupo de Trabajo Latinoamericano, la Alianza por la Justicia Global, y otras están enviando mensajes a sus afiliados y partidarios pidiendo que la gente llamen a sus congresistas y les exija que se una y agreguen sus nombre a la resolución H Res 630. También que pidan hablar con el asistente del congresista que trate con asuntos de política exterior.

Mientras tanto, los elementos políticos estadounidenses que se oponen a Zelaya y respaldan a los golpistas no han estado haciendo nada. Los republicanos, bajo el liderazgo del senador John McCain, y unos cuantos demócratas conservadores se han reunido con varios políticos golpistas que llegaron a Washington para este propósito.

La facción pro golpe en el Congreso, basado en los grupos de cubanos exiliados en el sur de Florida y la derecha republicana, tienen su propia resolución. Esta resolución básicamente hace eco de las razones dada por los mismo golpistas para excusar el golpe, incluso promover la idea de que programar un voto no vinculante sobre una asamblea constituyente iguala a Zelaya querer reelegirse presidente. La resolución pro golpista exige que el gobierno de Estados Unidos reconozca al gobierno de facto.

Observadores políticos de los acontecimientos subrayan la necesidad de pasar la resolución de McGovern y Delahunt, además de tomar otras acciones, para devolver a Zelaya a la presidencia. Esto se convierte aun más urgente visto que Roberto Micheletti, el presidente golpista, piensa adelantar la fecha de las elecciones. Con la suspensión de los derechos civiles y el toque de queda en Honduras, esto lo haría casi imposible que los candidatos aliados a Zelaya puedan hacer campaña electoral.

Para llamar a sus congresista en el Capitolio use el número de teléfono 1-202-224-3121.