El discurso del presidente Obama sobre la guerra en Afganistán en la cual anuncia que enviará miles de soldados es algo que será desastroso, en primer lugar para el pueblo de Afganistán y también para la gente de Estados Unidos.
Cuando Obama se postuló para la presidencia, él y el vicepresidente Biden motivaron la esperanza de cientos de millones aquí y miles de millones por todo el mundo de que la paz era posible. De hecho, hubo un gran suspiro colectivo cuando fue anunciada la victoria electoral de Obama. El deseo por la paz fue una de las razones por qué él ganó la presidencia y más de un millón y medio fueron a Washington el 20 de enero, un día muy frío, para ser testigos a lo que pensaron era un viraje histórico en la política de nuestra nación.
La mayoría quería que el gobierno se preocupe con las necesidades humanas y no con la avaricia de las corporaciones y hacer guerra. Esa esperanza todavía vive en los corazones y mentes del pueblo norteamericano de todas las razas y nacionalidades.
Desde que gente aprendieron del aumento de tropas, la popularidad de Obama ha bajado a menos de 50 por ciento de acuerdo a unas encuestas.
La campaña racista, anticomunista, bien financiada y encabezada por los republicanos para no pudo bajar su popularidad, pero aumentar las tropas lo hico. La derecha protestando a Obama, antiaborto, anti estímulo económico, todos junto (cuyo temor al socialismo es en realidad un gran temor a la democracia) no pudieron bajar su popularidad por debajo de 50 por ciento, pero la guerra sí.
Aunque los números es claramente un proceso acumulativo, es significante que la cuestión de la paz fue la que rebajó la popularidad de Obama a menos de mayoría. Una guerra más extensa va a ser una piedra en el zapato para el presidente y el Congreso si no lo paran.
Los que creen que las cosas hubieran sido igual (o simplemente una cuestión de estilo diferente) si los republicanos McCain y Palin hubieran sido electo no están prestando atención. ¿No han mirado a las declaraciones de Palin y los reportes sobre el contenido de su libro? ¿No han oído los discursos de McCain en contra del estímulo económico y recientemente contra la reforma de salud?
Ahora, traten de verlos en la Casa Blanca con una mayoría republicana en el Congreso con las dos guerras y la crisis económica. Las palabras que entran en mi cabeza no son "ninguna diferencia", sino "aun peor". El Partido Comunista de EEUU, como toda gente buena, no quiere algo peor. Estamos luchando de todas formas posibles para algo mucho mejor.
Pero esto no significa que vamos estar de acuerdo con toda la política de Obama. Hasta esa política que va en una buena dirección no hacen lo suficiente. Como la mayoría de los progresistas y gente de pensamiento democrático, nosotros penamos que existen defectos en algunas de la política de la Casa Blanca. No obstante, sabemos que con una administración McCain/Palin, nuestro país, especialmente su gente trabajadora, minorías raciales e inmigrantes, tendrían que tratar con peores circunstancias.
En medio de la lucha por la reforma de salud en el Senado, los republicanos están argumentando que por la necesidad de financiar a la guerra, el país no puede con la reforma de salud. El senador Richard Luger dijo esta semana, "Ponemos al lado la salud. Vamos hablar de los esencial: la guerra y dinero".
¿Quiere él decir con esto que las vidas de 45 mil personas en EEUU no son esenciales? Ellos están diciendo que el trabajo para poner fin a la innecesarias pérdidas de 45.000 vidas cada año aquí en casa debido a la falta de seguro médico no es tan importante como financiar la continua pérdida masiva de vidas y dinero en un guerras indefinidas en Afganistán e Irak. Para mi, esto no es solo una prioridad equivocada. Es una locura.
El Partido Republicano solo tiene el apoyo de 20 por ciento de los inscritos a votar. En vez de escuchar a los generales republicanos, el presidente Obama debe de escuchar a la voz del pueblo (incluso el creciente número de familias militares). La mayoría del pueblo quiere la paz. Él debe de escuchar a esa fuerte oposición dentro de su propio partido y hacerle caso al llamado a rebajar el número de soldados.
Esta política de guerra está dividiendo a las fuerzas democráticas y debilitará la lucha por la salud, derechos laborales y los esfuerzos para poner fin al calentamiento global. La política bélica será un obstáculo en camino a la legislación para un segundo estímulo económico y poner a nuestra economía en el camino a ciclos saludable de crecimiento económico verde.
Lo que es esencial en esta coyuntura, es un movimiento organizado, activo, visible y unido con los trabajadores y sus sindicatos, las mujeres, la juventud y estudiantes, y ancianos para luchar a favor del cambio por el cual la mayoría votó en el 2008. Tenemos la oportunidad de responder en manifestaciones. Vamos todos a respaldar las protestas por la paz y contra la guerra.
Jarvis Tyner es vicepresidente ejecutivo del Partido Comunista de Estados Unidos.