Mientras que el gobierno del presidente derechista colombiano, Álvaro Uribe, organiza una marcha para culpar a las guerrillas izquierdistas por la intransigencia del mismo Uribe, la madre de una prisionera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pide por un milagro que caiga el gobierno colombiano.
Esas declaraciones de Yolanda Pulecio fueron hecha después de una reunión con el alcalde de Roma (y posiblemente próximo primer ministro italiano) Walter Veltroni el 8 de febrero. Pulecio pedía la ayuda de los italianos en favor de liberar los presos de las FARC. Después Pulecio se reunió con el Papa Benedicto XVI con la misma meta. Pulecio dijo que buscaba “todo el apoyo para que cambie la actitud del gobierno Uribe”.
Pulecio ha criticado fuertemente la política de Uribe de no negociar con las FARC. “Solo a través del diálogo pueden ser halladas las soluciones, no solo con cuanto concierne los secuestrados sino para lograr la paz”.
La madre de la ex candidata presidencial dijo que en su gira tenía el apoyo de “los gobiernos de Francia, Suiza y de varios países de América Latina, así como de muchos senadores del Partido Demócrata en Estados Unidos”. Pero, “no he contado con del gobierno colombiano”.
Agregó que la vida de su hija está en peligro, “no sólo por las condiciones en que está sino por los operativos militares que se continúan haciendo en Colombia”.
Más allá de su encuentro con el líder de la Iglesia Católica, Pulecio ha criticado también la actitud de obispos y otros clérigos colombianos, a los que acusó de no estar de acuerdo con una salida pacífica al conflicto de rehenes, sino que “en su lugar aceptan que se realicen acciones militares”.
Asimismo, rechazó la posición de algunos obispos “que han instado a que no se hable del presidente Chávez... Si el presidente venezolano puede ayudar a liberar a algunos rehenes, pues bien venga su ayuda”.
El presidente venezolano Hugo Chávez estaba sirviendo como mediador, junto con la senador colombiana Piedad Córdoba, entre las FARC y el gobierno Uribe en pos de un canje humanitario entre integrantes de las guerrillas en manos del gobierno y los prisioneros en manos de las FARC.
Depués de tres semanas de una actitud intransigente de los representantes del gobierno colombiano, Uribe canceló todas negociaciones.
Como muestra de su inclinación a un canje humanitario las FARC anunció la liberación de unos prisioneros. A pesar de que Uribe se vio obligado a aceptar que se liberen a la ex candidata vicepresidencial Clara Rojas y la ex congresista Consuelo González.
Operaciones militares en el área donde se iban liberar a las prisioneras demoró la libertad de las dos mujeres. Al principio el gobierno Uribe negó que hubieran efectivos de las Fuerzas Armadas en el área, pero eso fue desmentido por un informe del Ejército que publicó un comunicado en el cual decía que habían matado al hermano de un alto comandante de las FARC en la zona de liberación.
Una vez el Ejército colombiano deja el área las FARC entregan a Rojas y González a una delegación organizada por el gobierno venezolano y las mujeres van a Venezuela antes de retornar a Colombia.
Como para tomar la iniciativa de nuevo, el gobierno uribista organizó una marcha en contra de las FARC. La madre de Betancourt insistió en que es necesario un proceso de reconciliación y paz en Colombia, en lugar de realizar manifestaciones contra las FARC, que “son utilizadas como un acto político para una tercera reelección de Uribe en la presidencia colombiana”.
Pulecio también rechazó los señalamiento agresivos que algunos sectores de la sociedad colombiana han realizado en su contra, por apoyar la mediación que adelantan el presidente Chávez y la senadora Cordoba, para la liberación de retenidos por las FARC.
Madre de rehén pide caída de gobierno colombiano