El domingo 21 de marzo, el primer día realmente cálido en Washington, D.C. después de un inverno de frío y nieve nunca antes visto, el National Mall fue sitio de la manifestación más grande desde las marchas gigantescas del 2006.
La "Marcha por América," organizada por la coalición amplia "Reform Immigration for America" (www.reformimmigrationforamerica.org) alcanzó y sobrepasó la meta de sus organizadores, de reunir a 100.000 manifestantes en el mall. Opinaban algunos que la inmensa muchedumbre multirracial que alcanzaba desde la calle 7 hasta la calle 14 con más gente en todas direcciones, podía haber alcanzado a duplicar esa figura.
Aunque eran latinos la mayoría de los manifestantes, había muchos Afronorteamericanos, Asiáticos y otros. Aunque la mayoría de la gente parecía pertenecer a organizaciones locales comunitarias y étnicas, y a iglesias, habían muchos manifestantes con playeras y pancartas de grupos sindicalistas, incluyendo a SEIU, UNITE-HERE, los Trabajadores Alimenticias y Comerciales Unidos (UFCW), la Unión Internacional de Jornaleros (LIU), y el Consejo Sindical por el Avance Latinoamericano. Mucha gente ondeaba banderas norteamericanas, pero también se veían banderas de México, El Salvador, Guatemala, la República Dominicana y otros países. Se podía oír a gente platicando en inglés y español, pero también en chino, árabe y otros idiomas, y había un contingente que hablaba el Quiché Maya, un idioma guatemalteco. Llegaron manifestantes desde tan lejos que California y Nueva Inglaterra, con 2.000 de Chicago nada más.
La marcha fue organizada para presionarles tanto a la administración Obama que al Congreso, a que comiencen a mover sobre la reforma migratoria. Mucha gente en el movimiento pro derechos migratorios ha expresado su preocupación y frustración por el hecho de que la administración ha parecido relegar a la reforma migratoria a baja prioridad, mientras que se han llevado acabo más deportaciones en el primer año de la administración Obama que durante el último año de la administración Bush, y el gobierno, aunque haya modificado algunas de las políticas más duras de Bush, ha seguido con otros mecanismos represivos como son la autorización a policías locales a que apliquen leyes migratorias, y su promoción del sistema "E Verify" que revisa digitalmente a trabajadores su estatus migratorio.
Ya se ha propuesto en el Congreso una ley que busca una reforma migratoria comprensiva (la HR 4321), medida diseñada por el representante federal Luis Gutiérrez, Demócrata por Illinois, y patrocinada por el representante Solomon Ortiz, Demócrata por Texas. La semana pasada los senadores Charles Schuman, Demócrata por Nueva York, y Lindsey Graham (Republicano por Carolina del Sur, anunciaron el bosquejo de una propuesta "bipartidaria" bien a la derecha de la propuesta Ortiz-Gutiérrez.
El presidente Obama, quien se hizo presente de sorpresa a la manifestación por medio de un enlace de video, prometió seguir apoyando una reforma comprensiva, pero indicando indirectamente que prefiere la propuesta Schumer-Graham. A pesar de todas las dudas, cuando apareció su cara en las pantallas gigantes, evocaba vítores tremendos por parte de la muchedumbre.
Gutiérrez, que se dirigía a la manifestación, declaraba a los presentes que "la movilización de hoy es solo el comienzo," y los recordaba la meta de esta lucha: "Quiero que brille la luz [de la justicia] sobre todo y cada inmigrante. Sobre aquella mujer que trabaja de rodillas todo el día pizcando cebolla en Salinas. Sobre aquel hombre que lava platos, miles de platos, en El Paso, hasta casi no poderse sentir las manos. Sobre aquella mujer laborando en Nueva York en un taller subterráneo, sin sindicato, sin derechos, por unos pocos dólares para sostenerles a sus hijos".
Estaba presente entre los oradores el movimiento sindical de los trabajadores en la persona de la vicepresidenta ejecutiva de la AFL-CIO, Arlene Holt Baker, entre otros. Su federación sindical ha apoyado a la legalización y la propuesta del representante Gutiérrez, pero ha expresado su oposición a la inclusión de una propuesta para trabajadores huéspedes en el bosquejo Schumer-Graham. También estaba presente el más alto rango del liderazgo afronorteamericano, representado por el Reverendo Jesse Jackson, el presidente de Liga Nacional Urbana, Marc Morial, y el director ejecutivo de la NAACP, Benjamin Jealous. El cardinal Roger Mahoney de la Arquidiócesis de Los Ángeles estaba acompañado por dirigentes protestantes, evangélicos, judíos y musulmanes. Hasta había un contingente de inmigrantes que fueron arrestados pocos días antes en una redada dirigida en contra de trabajadores de restaurantes en Maryland. Aparecían estos con sus brazaletes de tobillo puestos y activados y, según reportes del Washington Post, tuvieron que salir temprano porque necesitaban recargar las pilas de sus brazaletes. Ellos tienen que reportarse pronto a sus audiencias de deportación.
Un aspecto importante de la manifestación fue que los organizadores les orientaban a los presentes en técnicas de utilización de métodos digitales, entre ellos Twitter, para organizar la ardua campaña de cabildeo que ahora sigue. Sin duda, cierta gente entre la muchedumbre no lo comprendía, pero estaba un grupo notablemente grande de estudiantes y juventud que hará buen uso de la información en el curso de los meses que vienen.
Foto: reformimmigrationforamerica.org/blog/march-index/