NUEVA YORK — Más de 50 años desde que la Organización de las Naciones Unidas se comprometiera de asegurar el derecho a la autodeterminación de todo el territorio ocupado, el Sáhara Occidental sigue luchando por su independencia.
La lucha comenzó en 1973 cuando el Frente Polisario fue organizado para luchar en contra del colonialismo español. Dos años después, Marruecos, el país vecino, invadió a el Sáhara Occidental bajo el pretexto de ayudar a la lucha de liberación. Cuando España tuvo que retirarse en 1976, los marroquíes permanecieron y se auto declararon “administradores” de la Sáhara Occidental. Sin embargo, el Frente Polisario declaró la zona como la nueva República Democrática Árabe Saharaui. Desde aquel entonces, han estado luchando por su autodeterminación.
Desde que se declaró un cese de fuego supervisado por la ONU entre Marruecos y el Frente Polisario en 1991, la lucha por la independencia del Sáhara Occidental se ha trasladado al terreno diplomático. Las últimas conversaciones se llevaron a cabo el 10 y 11 de agosto en Manhasset, Nueva York. Delegaciones del gobierno marroquí, el Frente Polisario, y los países vecinos de Mauritania y Argelia negociaban sobre las últimas propuestas en la presencia de Peter van Walsum, enviado personal para el Sáhara Occidental del secretario general de la ONU Ban Ki-moon.
La delegación marroquí ofreció un plan de autonomía que calificó como una honrada paz de valientes parecido al plan que Francia ofreció a Argelia durante la guerra de independencia argelina. El jefe de la delegación del Polisario, Mahfud Ali Beiba, rechazó al plan, diciendo que bajo el cese del fuego supervisado por la ONU, se requieren elecciones populares para determinar que forma de gobierno es preferida por el pueblo saharaui.
Beiba dijo que la “supuesta autonomía” propuesta por los marroquíes puede ser solamente una opción al conjunto con la independencia “que deben someterse a la decisión soberana y democrática del pueblo saharaui en un referéndum justo y libre sobre la autodeterminación, bajo supervisión de la ONU”.
El Frente Polisario también protestó en contra de los abusos continuos de parte de los marroquíes en los territorios ocupados, mencionando el uso frecuente de la tortura, detención arbitraria, secuestros, juicios injustos y desapariciones forzadas. Marruecos también ha construido una barrera defensiva de separación muy adentro del territorio en disputa, con minas y otras medidas antipersonal.
A pesar de la participación de los marroquíes en las conversaciones auspiciadas por la ONU, el rey marroquí Mohammed VI sigue insistiendo que el Sáhara Occidental recibirá “autonomía y nada más que autonomía”.
Aun así, ambas partes dijeron que estas últimas negociaciones eran positivas.
El 9 de agosto, 27 congresistas estadounidenses incluyendo los senadores demócratas Edward Kennedy de Massachussets, Russ Feingold de Nueva York y Patrick Leahy de Vermont escribieron una carta al presidente George Bush expresando su oposición al apoyo estadounidense para el plan de autonomía. Dijeron que tal plan los “preocupa profundamente” porque “al negar al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación tiende a minar a nuestros amplios esfuerzos de conseguir más tolerancia y estabilidad a la región de Maghreb”.
La Resolución 1754, aprobada en 2007 por el Consejo de Seguridad de la UNO hace un llamado para un referéndum “que permita la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”. Lo único que queda, dice Beiba, es que la delegación marroquí acepte “un referéndum libre y justo sobre la autodeterminación” para que el pueblo saharaui terminen uno de los últimos casos de colonialismo en el mundo, y determinen su propio futuro.
Marruecos y Polisario hablan sobre futuro del Sáhara Occidental