Marxismo en Acción: Irak y las Elecciones

Hasta septiembre, aparecía que las elecciones iban a ser un golpe contra la administración Bush y su política ultraderechista. La economía y los escándalos en las corporaciones, la crisis en la provisión de fondos para cuidado de salud, educación y el Seguro Social fueron las preocupaciones mayores del pueblo trabajador, favoreciendo a los demócratas sobre los republicanos. El desempleo y los trabajos, el uso del perfil racial de parte del gobierno federal, ataques contra la acción afirmativa, contra el derecho a escoger, y contra las libertades constitucionales, estas fueron las cuestiones que unían a una desconectada pero creciente coalición formado por el movimiento sindicalista, los oprimidos por cuestión de raza o nacionalidad, mujeres y otros preocupados con el rumbo de la administración Bush.

Kart Rove, el consejero político principal del Presidente Bush, en un discurso pronunciado en mayo, aconsejó a los republicanos a hacer de la “guerra contra el terrorismo” la base de sus campañas. La administración prosigue con una venganza la política “Wag the Dog” [referente a una película de Hollywood, en la cual una administración norteamericana provoca una guerra, buscando distraer al público de sus escándalos internos]. Esto, aunque el verdadero ataque a toda máquina contra Irak para imponer un “cambio de régimen” queda programado aparentemente entre diciembre y febrero.

Desde el discurso de Bush del 12 de septiembre ante la ONU, día tras día se siguen batiendo los tambores de guerra en los medios masivos de comunicación comercial, argumentando por un ataque sobre Irak. Y, han tenido éxito hasta ahora en concentrar la atención de los medios de comunicación sobre lo que los republicanos consideran lo más favorable para ellos: Irak y la “guerra contra el terrorismo.”

La política del Partido Comunista (PCEUA) en este ciclo electoral ha sido una de proporcionar a la administración ultraderechista de Bush y al Partido Republicano un desaire, especialmente a través de poner fin a su control de la Cámara de Representantes y evitar que estos recobren control del Senado. Se les puede dar este desaire solamente si el Partido Demócrata logra ganar control. Nuestro Partido está consciente de que el Partido Demócrata también representa un sector de las transnacionales, aunque no el sector más reaccionario.

En las elecciones, buscamos adelantar la lucha por la paz (para evitar un ataque sobre Irak), la democracia, la igualdad, la seguridad económica y el socialismo. También buscamos adelantar una actitud de independencia hacia los partidos dominados por las transnacionales, moviendo hacia un partido popular, capaz de luchar por el poder electoral.

Tal partido tendría que ser basado entre los trabajadores, los afronorteamericanos, los méjicoamericanos, y demás pueblos oprimidos por cuestión de raza y nacionalidad, las mujeres, y la juventud. Estas elecciones son un plebiscito sobre la administración Bush. Sus resultados, o impedirán la embestida actual hacia la guerra y el rumbo reaccionario, o los va a prestar ímpetu. El Partido Comunista trabaja en coalición con las más amplias fuerzas para promover las primeras objetivas, mientras distribuye su propia materia electorales y prostula sus propios candidatos a nivel local. Cooperamos con, entre otros, el Partido Familias Trabajadoras [Working Families Party] y el Partido Verde, siempre y cuando sus campañas respectivas buscan derrotar a la ultraderecha.

Desafortunadamente, a veces el Partido Verde propone candidatos que ayudan a que se elija a la ultraderecha, como es en caso en el estado de Minnesota, donde un candidato del Partido Verde bien puede ayudar a derrotar al senador demócrata Paul Wellstone.

Sam Webb, presidente nacional del PCEUA, enfatizó que la campaña por una guerra contra Irak está conectada no solamente con las elecciones y los intereses petroleros estadounidenses, sino también busca manifestar al mundo la nueva doctrina internacional del sector más reaccionario de las transnacionales norteamericanas. (Mundo/PWW 9/21). Según esa doctrina, ya que EEUU tiene un poder militar tan aplastante, puede ganar cualquier conflicto dondequiera que esté en el mundo, o con puras amenazas, o con el uso unilateral de ese poder. También declara Bush que EEUU nunca jamás va a dejar a otro poder acercarse a nuestro nivel de poder militar. Esa doctrina deja aún mas clara la necesidad imperante que se realicen los objetivos electorales del PCEUA. Hay aún más a riesgo – la paz y la misma existencia del mundo. El hecho de que la mayoría del liderazgo del Partido Demócrata ha decidido, equivocadamente, que la manera más segura de ser elegidos es cooperar, de alguna forma, con la exigencia de Bush por una autorización para el uso de fuerza militar no cambia lo que significaría una derrota electoral para los republicanos. Hace más difícil la tarea, pero no la hace imposible. Hace estas próximas semanas un periodo aún más crucial para que actúen de manera más urgente una amplia gama de fuerzas democráticas, la izquierda, y el PCEUA, para derrotar la embestida hacia la guerra, así como a los republicanos en las elecciones. Se debe pedir a todos los miembros del Congreso que apoyen a la Resolución Barbara Lee-Dennis Kucinich para buscar una solución pacífica con Irak.

Mientras las encuestas indican que una pequeña mayoría apoya a la guerra contra Irak, hay gran inquietud sobre muchos aspectos de ella. Responderá la gente a muchos niveles distintos La administración Bush ya concede que la guerra costará 200 miles de millones de dólares o más, dificultando la tarea de conseguir dinero para beneficios extendidos de desempleo, salubridad, educación y beneficios de Seguro Social, para cubrir los recortes presupuestarios a nivel municipal y estatal, etc.

Bush busca el derecho a lanzar un ataque basado en la afirmación no comprobada de que Hussein está adquiriendo armas de destrucción masiva, y que en algún futuro momento va a tratar de usarlas, porque es “hombre malvado,” un argumento que mina a todos los conceptos más básicos del dominio de la ley.

Dado tal “derecho” de hacer guerra, el cual quedaría a la disposición de todos, se amenaza la existencia misma del mundo con tal “derecho de autodefensa previa.” No solamente EEUU y la administración Bush, pero también Israel, Francia, Rusia, la India y Pakistán podrían hacer reclamo semejante. Todas estas cuestiones motivarán a la gente a la acción. Solamente una política universal de reducción y eliminación de esas armas puede mejorar la seguridad internacional. Luchar contra el peligro de guerra y derrotar a los republicanos en las elecciones nos presenta ciertas dificultades tácticas, pero básicamente, estas dos tareas ya quedan estrechamente ligadas, hasta inseparables. Para derrotar el peligro de guerra, es imprescindible derrotar a los republicanos, y para derrotar a los republicanos, hay que luchar contra el peligro de guerra.

Daniel Rubin es miembro de la Comisión de Educación del PCEUA. Se puede comunicar con el autor al pww@pww.org