LAS VEGAS — La candela desde abajo fue lo que le dio energía a la convención que aprobó la fusión de dos sindicatos para formar el sindicato industrial más grande en Norteamérica. Las convenciones del Sindicato Unido de Obreros Siderúrgico y él de Obreros del Papel y Químicas aceptaron unirse en sus respectivas convenciones celebradas abril 11 a 14 aquí.
Los 5.000 delegados, sus familias y huespedes compartieron cuentos de batallas en los piquetes y en las elecciones en los estados claves. Muchas conversaciones empezaban con “Déjame decirte lo que hizo ese hijo de **** Bush en Ohio ...” o Tejas, o Pennsylvania, Arizona, Indiana, o California.
“Yo puedo ver el poder, el poder de la clase obrera aquí”, dijo Chris Horn, un dirigente del Local 104 en Indiana en la compañía de aluminio Alcoa. “Entre Alcoa y Bush nos están cayendo encima”, él dijo. “Es difícil movilizar a nuestros miembros, pero es el único poder que tenemos. Eso es que tenemos que organizar y usar porque podemos ganar”, concluyó él con una voz que apenas se le podía oír de tanto gritar.
La unión de estos dos sindicatos crea una organización de obreros industriales de 850.000 miembros activo y 350.000 jubilados, incluyendo veteranos de la industria forzado jubilarse temprano por cierres de fábricas. Pero fue en establecer las responsabilidades para la lucha de toda la clase trabajadora, notaron observadores del movimiento sindical, donde la convención hizo un viraje para el movimiento sindical. “La unión no puede sobrevivir si la única meta es negociar mejores convenios para nuestros miembros”, declaró el presidente de los obreros siderúrgicos Leo Gerard, que también será presidente del nuevo sindicato. “No podemos sobrevivir en una isla de prosperidad en un mar de miseria. Nuestra meta tiene que ser un mundo mejor para todos, un futuro mejor para nuestros niños y nietos. Es el sistema que tememos que cambiar”. Los delegados hicieron una manifestación de apoyo al oír estas palabras.
Gerard le dijo a los delegados que él fue a reunirse con el sindicato local en Ciudad Tejas, sitio de un desastre refinería donde en un desastre 15 obreros perdieron sus vidas. Él dijo que se sintió aliviado que ningún miembro del sindicato murió. “Pero entonces, me sentí avergonzado inmediatamente. No hace ninguna diferencia que los que murieron no eran miembros del sindicato – ¡un trabajador es un trabajador es un trabajador!”. Él anunció que el sindicato hará su propia investigación y si encuentran que la compañía petrolera es responsable, el sindicato “luchará con todos nuestros recursos para llevar a los oficiales de la compañía a la justicia”. Aplausos y gritos de “enciérrenlos a todos” se oyeron en la sala.
Sin ningún debate, la convención eliminó la infame clausula anticomunista de la constitución del sindicato. Tal clausulas han jugado un papel devastador en debilitar a los sindicatos enfrentándoses a los ataques de los patrones al eliminar a activistas de base del movimiento sindical.
Otra acción histórica que hizo la convención fue la de enmendar la Constitución para establecer comités femeninos en cada local – una demanda por la cual lucharon las obreras por tres décadas.
La nueva unión laboral combinada presentó un “Programa de acción para construir el poder” de cinco partes. Este busca aumentar los derechos de negociar colectivamente, neutralidad patronal y acuerdos de reconocimiento del sindicato basado en tarjetas de autorización a representación, lanzar más campañas estratégicas, y aumentar su ya alta acción política y legislativa.
Las corporaciones han estado atacando cada programa social y ley progresista que se han pasado en los últimos 60 años, dijo Gerard, haciendo énfasis en la lucha para salvar el Seguro Social.
El sindicato planea también aumentar su solidaridad global. La unión siderúrgica ha firmado alianzas estratégicas con sindicatos metalúrgicos en Méjico y Brasil, después de uno con el sindicato alemán IG Metall. Gerard leyó una carta del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ex dirigente del sindicato metalúrgico de Brasil, saludando al nuevo sindicato.
John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, saludó a la unión de los sindicatos y hizo un llamamiento a los delegados a vocear sus ideas en los debates importantes que están tomando lugar en el movimiento sindical. “El futuro de nuestro movimiento”, dijo Sweeney, “será decidido en los locales y en los piquetes, en las minas, talleres y sitios de trabajo de nuestro país” y no por los dirigentes altos de los sindicatos.
Nuevo sindicato industrial en pie de lucha