Obreros mejicanos del acero ocupan fábrica

El 20 de diciembre más de dos mil minero de mena ocuparon la planta Sicartsa y tres otras acerías en el enorme complejo de la industria siderúgica situado en Lázaro Cárdenas-Las Trujas, en el estado mejicano de Michoacán. ISPAT Mexicana, la acería más grande de Méjico estaba incluida en las plantas ocupadas.

ISPAT, que también es propietaria de ISPAT Inland en East Chicago, Indiana, adquirió la planta después que el gobierno mejicano vendió el complejo siderúgico que fue construido por el estado en la década de los 1970s.

La ocupación por los obreros fue apoyada por una marcha histórica el 12 de enero de más de 10.000. El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares también está planeando un paro nacional de 250.000 obreros el 31 de enero si las demandas de los trabajadores no son concedidos.

La disputa en el complejo empezó cuando la compañía y el gobierno rechazaron aceptar a la nueva directiva del sindicato local que fue electo el 31 de julio por una mayoría abrumadora de los obreros en la planta. El nuevo liderazgo derrotó lo que los trabajadores llamaban un sindicato patronal. La reacción de la gerencia al nuevo comité fue tomar 82 medidas disciplinarias incluyendo incluyendo despidos, y la formación una nueva directiva y sindicato patronal. El 23 de octubre.

La disputa se profundizó el 19 de diciembre cuando se formó un piquete en la planta y el gobierno trajo a 300 soldados para atacar a los obreros. Varios trabajadores fueron heridos a balazos, uno serio. El próximo día los trabajadores se reagruparon e hicieron una gran junta donde decidieron apoderarse de las cuatros acerías. Los obreros tomaron las acerías y nada entra o sale del complejo.

El 21 de diciembre, más de 3.000 trabajadores marcharon para exigir una resolución al conflicto. Ellos hicieron seis demandas, incluyendo que reconozcan el comité ejecutivo del sindicato; diálogo formal ante la oficina del secretario del Trabajo; remover los castigos y contratar de nuevo a los trabajadores despedidos; un aumento en sueldo viendo que no han recibido ninguno en año y medio; y que no tomen represalias contra ningún trabajador.

El 2 de enero hubo otra marchar que incluía profesores escolares y grupos populares. El 6 de enero el gobierno dejó de reconocer el sindicato patronal y organizó.