Obreros mueren mientras Bush se hace el ciego

En la segunda vez en dos meses, Estados Unidos ha sido testigo de una explosión industrial donde un número de obreros han muerto. El 19 de diciembre 2007 en una pequeña fábrica de químicas, T2 Chemicals, en Jacksonville, Florida hubo una explosión en la cual mueren cuatro trabajadores.

La semana pasada, la planta procesar azucar de Imperial Sugar afueras de Savannah, Georgia se desbarató por una gran explosión y fuego. Hasta la cuenta, seis cadáveres fueron encontrados y todavía no se sabe donde están varios obreros. Más de 60 fueron heridos, varios críticamente, con malas quemadas en gran parte de sus cuerpos.

Ambos de estos desastres no solo se podían prevenir, sino que los factores que causaron ambas explosiones fueron motivo de recomendaciones hecha por la Junta de Seguridad en Químicas (JSQ) a la OSHA [Agencia de Seguridad y Salud en el Empleo]. Las recomendaciones fueron ignoradas por la agencia con estas consecuencias trágicas.

El 3 de enero del 2008, la JSQ publicó un informe preliminar sobre la explosión de T2, con conclusiones preliminares que indicaban que el accidente se efectuó como resultado de una reacción química que estaba fuera de control durante la producción de un aditivo para gasolina.

Reacciones peligrosas no son nada nuevo. Siguiendo un número de explosiones fatales que resultaron de reacciones químicas fuera de control, la JSQ publicó un reporte sobre estos peligros en el 2002. El reporte identificó a 167 incidentes serios en Estados Unidos que resultaron de reacciones químicas no controladas entre enero del 1980 hasta junio del 2001. Cuarenta y ocho de estos incidentes resultaron en la pérdida de 108 vidas.

La JSQ encontró que estos incidentes de reacciones químicas no controladas son una gran parte de los problemas de seguridad en plantas químicas, y las normas de la Administración de Procesos de Seguridad (APS) de la OSHA sobre estos peligros no cumbre muchas cosas. La JSQ unánimamente recomendó que la OSHA haga enmiendas a las normas de APS para tener un control mejor.

En caso de que la OSHA no aceptó el consejo, un número de uniones laborales que representan a obreros en plantas industriales peticionaron a la OSHA dos veces para que promulgue unas normas, y el gobierno de Clinton estaba empezando a hacer esas reglas antes de que el gobierno de Bush entrara en el poder y pusiera un fin a la agenda de regulaciones que tenía la OSHA.

Más de cinco años después de la la junta sobre químicas hizo sus recomendaciones, la OSHA se ha negado a tomar acción. Como típico del gobierno Bush, en vez de revisar las regulaciones, la OSHA estableció una Alianza de asociaciones de la industria de químicas y publicó una página cibernética sobre las reacciones químicas. Lo de la Alianza solo implicó tener casillas en conferencias de la industria química, hacer presentaciones de vez en cuando sobre las actividades de la Alianza, y solo programar dos talleres de entrenamiento que adiestró a un total de 36 personas. En el 2004 la Junta de Seguridad en Químicas evaluó como la OSHA respondió y dijo que no era aceptable.

Mientras tanto, lo que hacen los medios de comunicación es su tradicional lamentarse, las cosas pasan, ahora vamos a otra cosa. El diario The New York Times publicó un artículo largo enfocándose en el costo humano de la catástrofe en Savannah. Mencionó el informe de la JSQ, pero falló de ni mencionar las recomendaciones de la JSQ a la OSHA. El Washington Post, situado solo a siete cuadras de donde está la JSQ y solo 12 cuadras del departamento del Trabajo, pensó que la explosión merecía solo tres oraciones en su columna de Breves Nacionales, aun ni sin mencionar a la JSQ o la OSHA. Solo Seth Borenstein de la Prensa Asociada escribió de las advertencia a la OSHA y su no actuar sobre normas de peligro de polvo.

Cada vez que alguien menciona la frase regulaciones de la OSHA, las asociaciones comerciales advierten que el cielo se está cayendo y desafortunadamente, muy mucho legisladores les escuchan. Desde que George W. Bush se hizo presidente, la OSHA ha promulgado el número más mínimo de normas significantes en su historia, dicen expertos de salud pública. Ha promulgado solo una regla importante de seguridad. La agencia ha destrozado a docenas de regulaciones existentes y propuestas y ha demorado adoptar otras. Por ejemplo, la OSHA tiempo tras tiempo ha identificado al polvo de sílice, que puede causar cáncer de los pulmones, y ruido en las construcciones de edificios como peligros a la salud que merecen nuevas normas de seguridad para casi tres millones de trabajadores, pero todavía no tiene normas obligatorias.

¿Deben nombrarse a encabezar las mismas agencias dedicadas a proteger gente los administradores de corporaciones cuyas carreras han sido dedicadas a luchar en contra de las protecciones para los trabajadores y los consumidores? ¿Los accidentes pasan o son las almas perdidas en Jacksonville y Savannah el resultado de actos ilegales de parte del gobierno?

Solo pregunto, pero ¿no serían estos buenos temas para debatir en este año de elecciones?