COLUMBUS, Ohio — Más de mil trabajadores afiliados a sindicatos marcharon hasta las oficinas del secretario de Estado de Ohio, J. Kenneth Blackwell, el 25 de octubre, para exigir que él proteja los votos de los 700 mil nuevo votantes contra las tácticas republicanas para suprimir el voto en este estado clave.
John Lewis, congresista por Georgia y heroe de las luchas por los derechos civiles de los afronorteamericanos, contó la historio del “Domingo Sangriento” cuando la policía atacó a los que marchaban por los derechos al voto para los negros en Selma, Alabama.
“Si 39 años, durante la marcha desde Selma a Montgomery por el derecho a votar cuando cruzamos el Puente Pettis, alguien me hubiese dicho que estaría aquí en Columbus, Ohio en el 2004 con el mismo problema, yo le hubiera dicho que estaban loco”, dijo Lewis. Él siguió diciendo que en todo el país, “la gente vienen el 2 de noviembre ... y habrá cambios”.
Los congresistas por Ohio, Ted Strickland y Stephanie Tubbs Jones, juntos con el presidente de la AFL-CIO del estado, Bill Burga, se unieron a Lewis en la tarima. Tubbs Jones dijo que lo que pasó en Florida en el 2000, no va pasar en Ohio, y prometió una lucha fuerte para proteger el voto.
Petee Talley, secretaria tesorera de la AFL-CIO de Ohio dijo que se espera 110 mil papeletas provisionales y dijo que van a exigir que se cuenten y no se echen si el votante votó en el lugar equivocado.
El presidente del sindicato de obreros siderúrgicos, Leo Gerard, criticó a los tribunales federales por apoyar la posición de Blackwell que los votos provisionales se boten si el voto no fue emitido en el lugar que le corresponde al votante nuevo. Gerard dijo que este fue el mismo tribunal que decidió que los obreros jubilados de la RTI no tenían “ninguna expectativa” de sus pensiones y que, la semana anterior, decidió que la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Ohio no tenía que obedecer la Ley de Agua Limpia. “Pero decimos no ahora. Estamos aquí para proteger a la democracia hoy y estaremos aquí el 2 de noviembre”.
Aparentemente temiendo a la ola de nuevos votantes, el Partido Republicano de Ohio está haciendo una demanda contra 35.000 nuevos votantes a través del estado, basado solo en que tarjetas postales que ellos enviaron para “confirmar” que estaban inscrito fueron devolvidas. Sin embargo, una ley federal del 1993 estipula que no se le puede negar el derecho al voto simplemente porque uno se mudó a una nueva dirección.
Los republicanos han contratado a 3.500 personas asignadas a Ohio para obstaculizar e intimidar a los votantes.
El presidente de la NAACP y ex presidente del Concejo Municipal George Forbes le dijo a los manifestantes, “En la última elecciones, 80 por ciento de la gente cuestionada en las urnas era negra”. Él agregó que esto es racista y un intento de privar a los negros del voto.
En una rueda de prensa el concejal de Cleveland, Nelson Cintrón exigió que contraten a más latinos para trabajar las urnas. Él contó que Gerardo Colón fue a una sesión de entrenamiento y preguntó que hacer si el votante no habla inglés. El entrenador, un republicano, dijo que le dijera al votante que debe aprender inglés antes de votar. Colón protestó y los echaron.
Jocelyn Travis directora del la Coalición de Ohio para la Protección de las Elecciones dijo que en el condado de Franklin, los votantes recibieron llamadas deciéndole falsamente que le cambiaron el sitio de votar. Ella le dijo a la gente si hay problemas que llamen al 1-866-687-8683, número que se puede usar en cualquier parte del país.
Tim Wheeler contribuyó a este artículo.
Ohio dice: ¡Contemos todos los votos!