LA HABANA (Prensa Latina) – Las sucesivas acusaciones contra Cuba del subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Interamericanos, Otto Reich, entorpecen la estabilidad en el hemisferio occidental y limitan el combate consecuente al narcotráfico y el terrorismo internacional.
Desde su designación por el presidente estadounidense, George W. Bush, a inicios de este año, Reich recrudeció su actuación contra la isla antillana y el caso más reciente es su participación en la reciente expulsión de cuatro diplomáticos cubanos de Estados Unidos, según denunció La Habana.
La Cancillería cubana, en una nota oficial, señaló al Subsecretario como “representante ante el gobierno de Estados Unidos de la mafia anticubana,” en alusión a los grupos de extrema derecha cubano-americana radicados en Miami, Florida.
Reich “acudió a estas y otras medidas desesperadas días antes de las elecciones de medio término en el país norteño, con el objetivo de generar una nueva escalada de irracional hostilidad contra Cuba,” afirma el documento.
El Departamento de Estado decretó a principios de noviembre la expulsión de Oscar Redondo Toledo y Gustavo Machín Gómez, primeros secretarios de la Oficina de Intereses de La Habana en Washington, y de Francisco González García, consejero, y Carlos Augusto Suanes Flexas, segundo secretario, en Naciones Unidas, Nueva York.
Con su proverbial torpeza política, demostrada de forma reiterada durante su desempeño en el Departamento de Estado norteamericano, Reich se hace ilusiones y piensa que podrá detener el imponente avance de amplios sectores del pueblo norteamericano que abogan por una normalización de las relaciones bilaterales, dice el texto.
Estudiosos opinan que las relaciones miamenses de Reich son las responsables del endurecimiento de la actitud del gobierno de Bush hacia La Habana porque contribuyen a buscar el enfrentamiento e imponer condicionamientos políticos inaceptables.
El 4 de abril último, el funcionario acudió a la Junta Interamericana de Defensa para respaldar la revisión de la línea desarrollada por el gobierno de Bush para endurecer su relación con la nación antillana.
Reich arguyó que Cuba “es una excepción para la política general de la administración (Bush) de apertura general y eliminación de la interferencia gubernamental en el comercio entre las naciones.”
El respaldo del Subsecretario a las acusaciones contra cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos, juzgados por supuestamente atentar contra la seguridad nacional del país norteño, es otra muestra de su posición anticubana.
Fernando González, René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, fueron sentenciados en diciembre del 2001 por un Tribunal Federal de la Florida y cumplen condenas en diferentes y distantes prisiones norteamericanas.
Sus abogados defensores insisten en que esas personas fueron condenadas sin que la Fiscalía presentara pruebas para justificar su culpabilidad.
Ante la Junta Interamericana, Reich expresó que “la Cuba de (Fidel) Castro también lleva a cabo investigaciones de guerra biológica y suministra biotecnología que puede ser utilizada para el terrorismo,” señalamiento refutado por La Habana.
Durante su visita al país caribeño en mayo pasado, el ex presidente norteamericano James Carter afirmó que la Isla tiene un “impresionante y maravilloso” compromiso con el desarrollo científico y subrayó que no pudo corroborar que practica el bioterrorismo.
El político hizo esas declaraciones al término de su visita al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en La Habana, donde estuvo acompañado por el presidente cubano, Fidel Castro.
Los oscuros antecedentes de Reich en el gobierno y el sector privado estadounidense obligaron al presidente Bush a apelar al socorrido nombramiento de receso para designarlo en el cargo.
Esta maniobra es utilizada para investir altos cargos sin la ratificación del Senado cuando esta cámara no está en sesión.
Para especialistas, la decisión es una muestra más del comportamiento político de quienes ocupan la Casa Blanca, que recompensan con creces el dinero donado a las arcas republicana o
demócrata por los grupos anticubanos radicados en el sur de la Florida.
Con su presencia, no habrá tranquilidad en este hemisferio, el tenebroso Otto Reich –aseveran expertos – apoya el plan de Estados Unidos que se propone convertir la ayuda otorgada al gobierno colombiano para supuestamente combatir el narcotráfico en un plan antiguerrillero.
La forma en que Washington se relaciona con América Latina está fuertemente delineada por el controvertido funcionario, un hombre de “línea dura” del presidente Bush.
En su primer día de trabajo en el Departamento de Estado -dicen-, Reich participó en una reunión de varias dependencias gubernamentales.
El tema en cuestión: cómo Washington podría expandir su ayuda militar a Bogotá para utilizarla en la guerra contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional.
Según la prensa estadounidense, Reich cuenta además con la amistad del ex senador conservador Jesse Helms. Cuando este último fungía como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la ratificación del cargo se consideraba un hecho.
Muy ligado a la comunidad cubano-americana, fue amigo de Jorge Mas Canosa y mantiene un vínculo muy estrecho con la ultraderechista Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).
Las mismas fuentes aseguran que la designación de Reich ha sido el nombramiento más polémico de la administración Bush. Sus detractores lo acusan de estar obsesionado con el tema de Cuba y de apoyar incondicionalmente el bloqueo impuesto por Washington a ese país hace más de 40 años.
Otto Reich es conocido por su participación en el escándalo Irán-Contras, en la década de los años 80 del pasado siglo, en la guerra subrepticia contra el gobierno Sandinista de Nicaragua, en esa misma época, y su vinculación con los escuadrones de la muerte en El Salvador.
Los latinoamericanos lo recuerdan también como un hábil mentiroso durante su estancia en la Oficina de Diplomacia Pública (1983), socio del connotado terrorista de origen cubano Orlando Bosch y sirviendo a la causa de la familia del ron Bacardí.
Orlando Bosch fue el cómplice de Luis Posada Carriles en la voladura en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación en 1976 con 73 personas a bordo, en su mayoría miembros del equipo nacional juvenil de Esgrima de la isla.
Por su parte, la Casa Blanca espera que Reich lance una fuerte ofensiva para impulsar la aprobación adelantada del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), prevista inicialmente para el 2005.
Partidos políticos, organizaciones sociales y expertos de la región rechazan el ALCA, al calificarla de proyecto anexionista y considerar que Washington sólo persigue expandir su gran capital hacia el hemisferio occidental.
No se puede esperar otra cosa de quien fue señalado por la Cancillería cubana como un hombre con una “proverbial torpeza política, demostrada de forma reiterada durante su desempeño en el Departamento de Estado norteamericano.”
Otto Reich entorpece estabilidad en hemisferio occidental