Primera de dos partes
SANTIAGO DE CHILE – En un gran acto realizado en el Teatro Caupolicán, de Santiago, el 8 de julio de 1945 ingresaba al Partido Comunista de Chile el poeta Pablo Neruda, recientemente elegido senador por la Agrupación de Tarapacá y Antofagasta.
Al prologar el libro “Discursos Parlamentarios de Pablo Neruda” de Leonidas Aguirre Silva, dice Volodia Teitelboim: “Hablando de Neruda, valdría la metáfora de un mundo con varios continentes”. Luego de hablar de los “continentes” del amor, de la naturaleza, de los objetos y los inventos del hombre, y de la historia, los libros y los sueños, agrega “un quinto continente”, que “habla del hombre civil, del poeta que nunca calló sus convicciones. Se trata de un universo desparramado, suma de muchas islas. A veces forman archipiélagos, como sus discursos en calidad de senador de la República”. En su primera intervención como senador, el miércoles 30 de mayo de 1945, Pablo Neruda señaló: “Hay aquí representantes de numerosos sectores del capital, del trabajo y de las profesiones liberales. Yo represento, como escritor, una actividad que pocas veces llega a influir en las decisiones legislativas. En efecto, los escritores, cuyas estatuas sirven después de su muerte para tan excelentes discursos de inauguración y para tan alegres romerías, han vivido y viven vidas difíciles y oscuras, a pesar de esclarecidas condiciones y brillantes facultades, por el solo hecho de su oposición desorganizada al injusto desorden del capitalismo. Salvo brillantes y maravillosos ejemplos que en Chile nos legaron Baldomero Lillo y Carlos Pezoa Véliz, al identificar su obra con los dolores y las aspiraciones de su pueblo, no tuvieron, en general, sino una actitud de resignada miseria o de indisciplinada rebeldía”. “Tal vez muchos creyeron inusitada mi designación como senador por los trabajadores del salitre, del cobre, del oro y de las ciudades litorales del Norte Grande de nuestra patria, pero, al dejar expresado mi legítimo orgullo por tal designación, rindo tributo a nuestro pueblo y a nuestras tradiciones históricas”. (Párrafos de sus discursos en el Senado 1945-1948.)
Seguir el desempeño de Pablo Neruda como parlamentario, es adentrarse en lo más profundo y permanente de Chile. Veamos algunos ejemplos.
Aumento de sueldos al profesorado (sesión del 31 de octubre 1945): “He oído en esta Sala, no sólo críticas al financiamiento del proyecto que discutimos, sino también palabras graves sobre la actuación del magisterio chileno, palabras que en este momento no puedo olvidar al fundamentar mi voto que es y quiero que sea un homenaje al heroico magisterio de Chile. Mi voto es un homenaje al magisterio chileno, es un homenaje a su oscura labor, que representa el sentido chileno por su modestia, por su paciencia, por su eficacia, por su cultura y, sobre todo, por el desarrollo cívico y de conciencia política que ha adquirido en los últimos años y que honra al magisterio de toda nuestra América”.
Condiciones de trabajo de los obreros del salitre (sesión de 12 de febrero 1947): “Acabo de realizar una corta pero intensa gira por la pampa salitrera y quiero aprovechar estos minutos de la Hora de Incidentes para llamar la atención del Honorable Senado sobre la condición de vida deplorable que llevan los obreros salitreros de Tarapacá”. “En la actualidad, en una oficina independiente, la oficina ‘Iris’, se está desarrollando un movimiento de huelga, que dura hasta la fecha más de 30 días”.
“Las condiciones devida son terribles en esta oficina. No hay un solo servicio higiénico en uso y la compañía ha procedido, me parece que como represalia por esta huelga legal, a cerrar los únicos baños que existían. Tampoco hay luz eléctrica. Los obreros viven apiñados en las pocas habitaciones de que disponen. Hay algunas en que duermen hasta doce personas. ¡Cómo es posible, señor Presidente, tolerar que nuestros compatriotas estén entregados a esta explotación ignominiosa!”.
Sindicación campesina (sesión del 3 de junio de 1947): “Señor Presidente, está en los últimos trámites, y seguramente será aprobado, este proyecto, hecho con un criterio de inquisidores y de policía y no con un criterio de legisladores y de seres humanitarios”. “Estamos, tal vez, en el segundo acto de este drama de los campesinos chilenos”.
Fernando Quilodrán es presidente de la Sociedad de Escritores Chilenos.
Pablo Neruda, el senador de los trabajadores