Los palestinos están exigiendo acción rápida de la ONU para hacer cumplir con la decisión del 9 de julio de la Corte Mundial, de que la “muralla de separación” en Cisjordania, similar al apartheid, es ilegal y debe ser derrumbada. El voto contundente de la Asamblea General de la ONU a favor de la decisión del tribunal el 20 de julio ha fortalecido aún más la resolución de los palestinos.

Citando a leyes relevantes internacionales y de derechos humanos – incluso al Derecho a la Autodeterminación y la 4ª Convención de Ginebra – la Corte Internacional de Justicia votó 14 a 1 que “la construcción de la muralla y su régimen asociado son contrarias a la ley internacional”.

El Tribunal dijo que Israel debe poner fin de inmediato a cualquier construcción en la muralla de concreto y alambre de púa, y debe desmantelar los segmentos ya construidos. También llama a Israel a pagar reparaciones por el daño hecho a los palestinos que ya han sido desplazados o que han sufrido daños por su construcción.

La única voz disidente fue la del juez estadounidense.

El veredicto fue recibido con alegría por amplios segmentos del liderazgo palestino y grupos cívicos, y por fuerzas israelíes por la paz. Ahmed Qurei, primer ministro palestino, calificó de “histórica” la decisión, y Saeb Erakat, ministro por las negociaciones, pidió acción urgente de parte de la ONU para implementar la decisión no obligatoria.

El gobierno israelí de Ariel Sharon dijo que no le hará caso a la decisión, diciendo que el tribunal no tiene jurisdicción para decidir sobre la cuestión. En contraste, el grupo judío pacifista Gush Shalom puso anuncios en los periódicos, proclamando “Que vivan los jueces”. Aclamaban la decisión de la Corte Mundial así como la decisión anterior de la Suprema Corte de Israel, que la muralla, a lo menos en ciertos lugares, viola la ley e impone al pueblo palestino un sufrimiento innecesario.

El Partido Comunista de Israel (PCI) dijo que las recomendaciones de la Corte Mundial “son una contribución importante a la lucha pública contra la construcción de la muralla y la ocupación continua, y por lograr una paz justa y estable, que es la verdadera garantía de la seguridad”. El Partido dijo que el propósito verdadero de la muralla no es fortalecer la seguridad de Israel, sino continuar la ocupación de tierras palestinas, perpetuar los asentimientos en Cisjordania, y prevenir a un estado palestino viable.

El gobierno norteamericano ha vetado consecuentemente en el Consejo de Seguridad de la ONU resoluciones que critican las violaciones de los derechos palestinos por parte de Israel, incluso una resolución de octubre pasado denunciando a la muralla.

Mientras los palestinos trataban de hacer efectivo el veredicto contra la muralla apartheid, surgió una crisis política dentro de la Autoridad Palestina (AP). Después de una serie de secuestros, incluso de varios oficiales palestinos de seguridad, y de cuatro ciudadanos franceses en Gaza (liberados más tarde), el líder palestino, Yasser Arafat, declaró un estado de emergencia en Gaza.

El primer ministro Queri ofreció su renuncia, citando como razón el desorden y alegando que no tenía autoridad suficiente como para implementar reformas. Varios otros oficiales prominentes hicieron lo mismo. Ya para el 28 de julio, Qurei fue convencido a no renunciar.

Danny Rubinstein, comentarista del periódico israelí Haaretz, dijo que “Israel ha hecho todo para traer el colapse de la AP”. Dijo que los israelíes también han “cultivado a la corrupción palestina”, recompensando a altos oficiales corruptos palestinos, y simultáneamente causando grave sufrimiento entre el público palestino en general.

Tales medidas han minado la autonomía palestina y han dado inicio a un período de caos, con posibles resultados imprevisibles”, dijo.

Se puede comunicar con el autor al malmberg @ pww.org.