Pandilleros usaron insultos homofóbicos en ataque en Nueva York

 

NUEVA YORK (AP) - Un grupo de pandilleros usó insultos homofóbicos contra dos adolescentes y un hombre de 30 años antes de torturarlos y golpearlos en un barrio humilde de mayoría latina de Nueva York, dijeron los fiscales en la audiencia en que ocho sospechosos fueron acusados de delitos de intolerancia.

Durante la audiencia del domingo, la fiscal del distrito del Bronx Theresa Gottlieb dijo que, antes de las agresiones del 3 de octubre, los pandilleros le preguntaron a cada una de las víctimas: "¿Es cierto que eres un ...?", usando una referencia insultante a los homosexuales.

Los acusados, integrantes de una pandilla del barrio de Morris Heights llamada Latin King Goonies, no respondieron a los cargos, que incluyen robo, agresión y detención ilegal agravados como crímenes de intolerancia. El más grave de esos cargos conlleva hasta 25 años de cárcel.

La policía buscaba a un noveno sospechoso, que se había esperado se entregase, pero no compareció.

La presunta tortura a las tres víctimas, ocurrida la semana pasada, causó sorpresa porque ya que es incompatible con la reputación de Morris Heights, donde hombres y mujeres homosexuales viven abiertamente y los vecinos son tolerantes, dijeron residentes y funcionarios.

El alcalde Michael Bloomberg dijo que siente repugnancia por las acusaciones y "tristeza por su sesgo homofóbico".

La policía dijo que, tras oír rumores de que uno de sus nuevos reclutas de 17 años era gay, los pandilleros lo encontraron el 3 de octubre y lo desnudaron, golpearon y sodomizaron.

El grupo encontró a un segundo adolescente del que sospechó era homosexual y también lo torturó, dijo la policía. Finalmente, los pandilleros invitaron al hombre treintañero a una supuesta fiesta en la casa donde estaban y lo quemaron, golpearon y torturaron durante horas.

Dos de los atacantes fueron a la casa del hombre, donde encontraron al hermano de la víctima, dijeron las autoridades. Los pandilleros lo golpearon, le ataron las manos, le pusieron cinta adhesiva alrededor de la cabeza y un colchón encima y le exigieron dinero y joyas, antes de irse con efectivo y un televisor de pantalla plana.

El domingo, en una tienda de víveres en la planta baja del edificio donde vive la víctima de 30 años, José Aurelio dijo que el hombre paraba allí todas las mañanas camino a la parada de autobús, a menudo solamente para saludar.

"Él viene aquí todos los días, contento, agradable", dijo. "Le cae bien a todo el mundo".