Paraguay: ¿Terrorismo de estado?

ASUNCION (Prensa Latina) – El panorama político paraguayo se estremeció hace unos meses con el secuestro de los miembros del Movimiento Patria Libre (MPL) Juan Arrom y Anuncio Martí, considerado por esa organización como un acto de terrorismo de estado.

Diversas versiones de lo ocurrido fueron publicadas en la prensa y otras tantas manejadas por el gobierno del presidente Luis González Macchi, que llevaron a la renuncia de los ministros del interior, Julio Cesar Fanego, y de trabajo, Silvio Ferreira, así como a la salida de mandos de la policía.

En entrevista con Prensa Latina, Arrom narra lo ocurrido durante los 14 días del secuestro, habla de los presuntos responsables del plagio y sus motivos, las presiones y amenazas de desaparición, así como del eventual conocimiento de los hechos por parte del presidente Macchi.

Fundador y miembro de la dirección política del MPL, considerado una agrupación de orientación socialista, Arrom acuso a las autoridades de impedir la búsqueda legal de un modelo de justicia social con soberania.

Los dirigentes fueron plagiados durante 14 días por presuntos parapolicías para obligarlos a declararse culpables del secuestro por 65 días de María Edith de Debernardi, esposa de un influyente empresario paraguayo, a la espera de un millonario rescate.

Los familiares de los activistas de Patria Libre, con ayuda de la prensa, rescataron a Arrom y a Martí en una casa abandonada en las afueras de esta capital tras buscar por todas las dependencias de la policía. La fiscalía y el gobierno apuntaron sin pruebas concretas hacia los líderes.

PL: ¿Como relacionaron al MPL?

JA: Desde el punto de vista nuestro y particularmente mío, nosotros por todo lo que ha sucedido consideramos que se quiso usar ese hecho delictivo como un pretexto para involucrar a organizaciones revolucionarias como Patria Libre y a otras populares para reprimirlas.

Desde que nos secuestraron y durante las torturas nos exigían que firmaremos documentos para involucrar a otros compañeros en el hecho delictivo. Pero no solamente eso, sino que eso teóricamente formaba parte de un presunto complot contra González Macchi en alianza con otros grandes sectores también adversarios del gobierno, el partido Liberal y la corriente interna colorada de los oviedistas.

Si firmábamos, nos ofrecían salir del país con nuestras familias con garantía, inclusive nos ofrecían dinero. En todo momento nos opusimos aunque el otro compañero (Anuncio Martí) y Yo nos vimos muy poco durante el secuestro.

PL: ¿Que buscaban con las presiones?

JA: Nosotros no podíamos implicar a compañeros en hechos en que ellos no tienen ningún tipo de participación y en segundo lugar tampoco daríamos testimonios falsos contra otros sectores que no son ni siquiera nuestros aliados políticos.

Pero como no consiguieron eso, como no consiguieron arrancarnos bajo torturas físicas y psicológicas ningún tipo de declaración firmada ante el fiscal, que en todo momento nosotros entendemos que el fiscal de la causa y el fiscal general estaban al tanto, vimos ya la posibilidad de que nos desaparecieran.

De hecho nos dijeron cuando nos detuvieron que eran evidentemente fuerzas policiales de civil. Desde un principio nos dijeron aquí no hay juez, no hay ley, no hay abogado, no hay nada; ustedes son desaparecidos, eso fue lo que nos dijeron, y al no lograr el objetivo que ellos querían de que nosotros implicaramos a mucha gente, políticos, empresarios, sectores políticos, gente de nuestro propio movimiento en el supuesto complot contra el gobierno González Macchi, entonces ya suponíamos que estaban preparando nuestra desaparición.

PL: Entonces, ¿quiere decir que el caso María Edith fue utilizado para otros medios?

JA: Efectivamente, utilizaron ese hecho para implicar a sectores políticos como Patria Libre, a muchas organizaciones populares y a otros sectores políticos y empresarios del país en el supuesto complot contra el gobierno González Macchi. Yo diría que estaba por volver el terrorismo, todo lo que era la dictadura.

Por supuesto, de hecho lo que nos ocurrió a Martí y a mi demuestra que el terrorismo de estado esta vigente; por eso que en este momento hay una gran respuesta ciudadana en su contra por el aparato represivo de la dictadura y la forma de procedimiento de la dictadura de Stroessner. Se persiguen a adversarios políticos y se ha tratado de implicar a muchos adversarios en hechos de supuestos complot contra el gobierno que no tienen ningún fundamento.

PL: ¿El caso Arrom y el caso María Edith son totalmente distintos?

JA: Si son distintos, el secuestro Arrom-Martí es un caso totalmente diferente. El otro es un caso aparte, pero desde las esferas de poder trataron de hacer una unión para golpear políticamente a sus oponentes.

Yo creo que en general la opinión pública en este momento ya es muy crítica y no se traga estas historias de anticomunismo de la época de la dictadura y eso es la pauta principal, el nivel de descreimiento altísimo que tiene la población hacia el proceder del gobierno, de las instancias judiciales y del organismo de seguridad.

Porque todo este invento que hicieron de nuestra supuesta participación no lo cree nadie, nadie le cree al presidente de la República, nadie le cree al fiscal general del estado, nadie les cree a los organismos de seguridad y a los ministros que estuvieron directamente implicados también en el secuestro mío y de Martí. Fanega y Ferreira tenían perfecto conocimiento de que nosotros fuimos secuestrados y que nos estaban torturando.

Es más, como fue un funcionario del Ministerio del Interior el que nos armó el escenario para que se nos detuviera clandestinamente, también nos hace suponer que esos propios ministros estaban previamente ya en conocimiento de que se nos quería detener en forma clandestina, querían proceder de la peor forma, pues saben donde vivimos, donde tenemos las oficinas y podrían haberlo hecho de manera legal, si era el caso.

PL: ¿Que nos puede decir de los momentos del secuestro?

JA: Actuaban de civil pero realmente todos eran policías liderados por el que siempre se presentaba por jefe del grupo, conocido como el comisario Gamarra y actuaban todos a cara descubierta. A nosotros en oportunidades nos vendaban con una cinta para trasladarnos de un lugar a otro porque estuvimos detenidos clandestinamente en tres lugares.

En un primer lugar, donde estuvimos seis días, yo no vi a Martí, en un segundo lugar, donde ya nos vimos, porque nos pusieron en una misma pieza un solo día, pudimos hablar muy poco porque teníamos un control permanente.

El tercer sitio en que estuvimos fue el lugar donde nos rescataron. A veces podíamos hablar porque abríamos la puertita para hacer correr viento, le decíamos a los custodios, entonces ahí por señas de alguna manera algo compartiamos.

Ellos actuaban a cara descubierta. En todo momento no daban nombres, no decían quienes eran, aunque en una oportunidad uno de ellos, el que nos servia agua y un poco de alimento, me dijo que eran del centro de investigación judicial a cargo de Javier Casal, ahora destituido después de formar el grupo de torturadores. Otro militar que logré reconocer fue el Teniente Coronel Mario González cuando me sacaron a reconocer presuntas casas de los dirigentes de Patria Libre

PL: ¿Que métodos de tortura emplearon?

JA: Nos hicieron asfixia con bolsa de plástico, una madrugada nos llevaron a un río y trataron de ahogarnos, ahí perdí el conocimiento, además del maltrato físico.

Después actuaban todos a cara descubierta y solamente nos ponían las cinta de embalaje en el ojo en el momento en que nos trasladaban.

PL: ¿Ahora empieza lo más difícil, presentar pruebas, presentar cargos, que tiene el MPL previsto para la defensa y la denuncia de terrorismo de estado?

JA: A mi se me otorgó libertad condicional bajo fianza porque no hay pruebas suficientes para mantener la prisión preventiva. Mi defensa está muy tranquila porque podemos demostrar lo que hacemos día a día.

Los procedimientos fueron arbitrarios. Según las leyes penales de Paraguay, para que se emita una orden de detención contra un ciudadano, tienen que estar explícitos los motivos.

PL: ¿Van a insistir en cargos contra el ministro Ferreira y Fanego?

JA: Ya hemos presentado una querella criminal por secuestro y tortura contra Fanego, contra Ferreira y contra el director del centro de investigación judicial, contra los fiscales y los organismos de seguridad que han sido responsables de nuestro secuestro y tortura.

PL: ¿Y el presidente donde queda?

JA: Yo considero que González Macchi estaba al tanto de nuestro secuestro y tortura, no me pasa de la cabeza que sus ministros de forma independiente conocían y el no este en conocimiento de eso.

De hecho la Cámara de Diputados ya sacó una resolución condenando el Terrorismo de Estado, al presidente González Machi y al fiscal general.