CHICAGO – “No puedo creer que personas mayores tengan que pasar por este desorden”, me dijo Anna mientras estábamos haciendo cola para recibir una vacuna contra la gripe el lunes temprano por la mañana aquí afuera del Centro Atlas para los Envejecientes.
“Esto es horrible”, repitió mientras ajustaba los tubitos de oxígeno que salían de la nariz. “No lo creo”.
Anna y yo éramos parte de unos cientos de personas mayores que esperábamos por las vacunas contra la gripe un poco después de las 7 AM el 11 de octubre al sur de la ciudad. Había una cola corta al frente de nosotros y una más larga detrás. Hacía frío y podíamos ver nuestro aliento.
Haciendo cola se encontraban muchos envejecientes aguantándose de sus andadores y bastones, algunos jorobados por la edad quienes arrastraban sus pies mientras se movían. Un número de personas trajeron sillas que se doblan al no saber cuanto tiempo tenían que estar parados.
A mi alrededor entre la gente no había ni una palabra bondadosa que decir sobre la administración Bush y la crisis de las vacunas contra la gripe.
Más tarde ese día el presidente Bush y su portavoz trataron de culpar a los fabricantes, incluyendo la corporación Chiron de dueños estadounidenses, por la escasez de vacunas, y regañaron a los demócratas por “asustar al pueblo” por la escasez de vacunas. El vicepresidente Cheney dijo que la escasez se debía a un “margen limitado de ganancias” en las vacunas y a los temores de las compañías farmacéuticas por los pleitos legales.
Sin embargo los médicos y profesionales de salud independientes dijeron que ha habido indicaciones de una escasez de vacunas contra la gripe por varios años. Observaron que EEUU depende solamente de dos abastadores para proveer las vacunas al mercado norteamericano, y uno de ellos es Chiron. Mitad de la dosis, más de 47 millones, se perdieron cuando las vacunas de Chiron fueron encontradas defectuosas.
En contraste, Gran Bretaña ordena las vacunas de la gripe de cinco diferentes surtidores, así se protegen si uno o más de los surtidores no pueden cumplir.
En un momento, Bush dijo que estaba “trabajando para que Canadá produjera la vacuna”, conduciendo a cargos de un reverso dramático de Bush. Al referirse a la posición contraria del presidente de importar medicinas más baratas de Canadá, Ed Coyle, director de la Alianza de Estadounidenses Jubilados, dijo, “Es difícil aceptar la lógica del presidente de que es seguro importar vacunas canadienses, pero no es seguro importar otros medicamentos necesarios de Canadá”.
La escasez estadounidense de las vacunas también ha conducido a cargos contra algunos surtidores por escalar el precio y por la distribución arbitraria de las dosis que existen.
Una respuesta a la existente crisis del país se presentó el 11 de octubre en una reunión del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia, cuyos líderes urgieron a Bush que convocara una “reunión cumbre” sobre como manejar un aumento en gripe de aquellos que no pudieron recibir una vacuna anti influenza.
En una rueda de prensa, el doctor Arthur Kellerman declaró, “creemos que nuestra nación se enfrenta a un potencial desastre de salud pública esta temporada de gripe ... Podemos tener una situación donde muere la gente en las salas de espera y en los pasillos” si no se toma acción”. Cada año la influenza clama la vida de 36.000 personas en EEUU y manda alrededor de 200.000 al hospital. La personas a más riesgos son los más mayores, los y niños pequeños, o personas con enfermedades crónicas. Con el creciente número de personas que pierden su seguro de salud y no van a exámenes necesarios, muchos estarán una condición débil esta temporada, una condición que los haría susceptibles a infectarse con la gripe.
Se puede comunicar con el autor al pww@pww.org.
Phil E. Benjamin contribuyó a este artículo.
Política Bush puede crear ‘Desastre en salud pública’