BOSTON (Servicio Informativo Ecuménico y Popular) — “CAFTA: el nuevo colonialismo” se lee en una enorme manta donde se ha dibujado un mapa de Centro América y que exhiben activistas laborales y de solidaridad a la entrada del Consulado Salvadoreño en East Boston.
El Acuerdo de Libre Comercio entre Centro América, Estados Unidos y la República Dominicana — DR-CAFTA — se teme sea ratificado por la Asamblea Legislativa Salvadoreña esta semana, a pesar de continuas protestas por parte del principal partido de oposición, el FMLN y el movimiento social de ese país, representado, entre otros, por el Bloque Popular Social.
La oposición al CAFTA ha generado una amplia base de apoyo de diversos sectores sociales en El Salvador y en toda Centro América, quienes están convencidos que el acuerdo dañara a los agricultores locales y al sector en general ya que forzara a países con economías débiles a competir en el mercado global, consolidando el poder económico en manos de un pequeño numero de empresas transnacionales.
El gobierno de El Salvador fue sorprendido en 1999 y en el 2002 por el amplio rechazo popular a sus planes por privatizar la salud publica, uno de las metas estipuladas en el texto del CAFTA. El Sindicato de Trabajadores del Seguro Social convocó a una huelga en el sector y junto al FMLN lograron movilizar a mas de 300.000 personas en sendas marchas blancas para defender lo que es considerado un derecho humano vital. El gobierno del derechista ARENA respondió con represión, despidos ilegales y el arresto de los lideres del sindicato.
El intento de ratificación del CAFTA llega en momentos en que se investiga el asesinato de Gilberto Soto, sindicalistas de los Estados Unidos afiliado al Sindicato Internacional de Camioneros, quien fue asesinado en la residencia de su familia en la oriental ciudad de Usulutan. Soto se encontraba en El Salvador para explorar la posibilidad de apoyar la sindicalización de camioneros y trabajadores portuarios.
Protestan contra CAFTA