Protestas contra la OTAN estremecen a ciudad española

Las manifestaciones contra la guerra llenaron las calles de Sevilla, España, el fin de semana pasado para protestar contra los planes de la Organización del Tratado Atlántico Norte para aumentar el número de tropas en Afganistán y Kosovo, la antigua provincia de Yugoslavia.

Las manifestaciones coincidieron con una cumbre informal del ministro de defensa de la OTAN en Sevilla el 8 y 9 de febrero, que siguió una reunión de emergencia por los ministros de asuntos exteriores en Bruselas una semana antes. En la reunión anterior, la secretaria de Estado Condoleezza Rice presionó a los países miembros de la OTAN que aumenten el número de tropas para el posible despliegue en otros lugares.

Las protestas culminaron el 11 de febrero con una manifestación que reveló la oposición de los pueblos a las intervenciones imperialistas en Irak y Afganistán, a las amenazas de nuevas invasiones, a bases extranjeras y a la propia alianza de la OTAN. Los manifestantes afirmaron su solidaridad con todos los pueblos quienes luchan contra la dominación extranjera.

Una amplia gama de movimientos y organizaciones de Europa, del Medio Oriente y Latinoamérica participó en las acciones, incluyendo a representantes del Consejo Mundial por la Paz y la Federación Mundial de la Juventudes Democráticas. Los participantes de Palestina, la República Checa, Brasil, Venezuela y Nicaragua estaban visiblemente presentes entre otros, dándole a los acontecimientos un distinguido sabor internacional.

Los activistas y líderes de los partidos comunistas de España, Portugal, Francia, Italia (Refundación) Bohemia-Moravia y Grecia estaban también en Sevilla para las protestas y tomaron la oportunidad de reunirse entre si. A la conclusión de su encuentro, publicaron una fuerte denuncia de la agresión imperialista y llamaron a los pueblos del mundo a tomar un nuevo camino hacia la paz y el progreso social.

Refriéndose a las dos guerras mundiales, dijeron que el pueblo “no debe permitir que el capitalismo lleve al mundo a la destrucción como en el siglo anterior — otro mundo es posible, uno socialista”.

Los comunistas llamaron al retiro de todas las bases militares de EEUU en todos los países extranjeros, una reducción de gastos militares, la prohibición de todas las armas de destrucción masiva, la disolución de la OTAN, y la creación de una idea nueva de seguridad humana que se enfocara en los problemas básicos de la humanidad como “el hambre, la pobreza, la desigualdad, la enfermedad y la injusticia”.

Entre los asuntos discutidos estaba la ilusión que muchos asumen de que la Unión Europea actúa como un contrapeso a EEUU. Los comunistas enfatizaron el carácter reaccionario y bélico de la UE, que simplemente anhela competir con EEUU por una parte mayor de los recursos del mundo.

El papel que la elite EEUU y europea ven para nuevas bases militares en Rumania y Bulgaria, probablemente se utilizaran para ataques contra Irán, se mencionó en varias ocasiones, al igual que la creciente militarización total de la UE. También se anotó la presión a la República Checa y Polonia para instalar bases antimisiles por parte del gobierno de Bush, a pesar de las protestas contra estas.

Los planes de la OTAN de establecer una fuerza militar unificada, “una fuerza que sería dirigida por una estructura centralizada para contrarrestar las dudas nacionales de sus miembros y que incluiría las fuerza terrestres, marinas y aéreas” sigue siendo una fuente grave para una amplia gama de corrientes políticas en el continente.

Laura Petricola (Laurajopetricola @ yahoo.com) escribe desde Atenas, Grecia.