Queremos PAZ dice el pueblo

Legisladores están informando que sus teléfonos están sonando con llamadas protestando los planes de George W. Bush de hacer guerra contra Irak. La resolución de guerra que Bush envió al Congreso la semana pasada es un le otorga el derecho de “usar todos los medios que él determine apropiados, incluyendo la fuerza” contra Irak.

Estos crecientes sentimientos de paz son reflejados en resoluciones, cabildeo antes a congresistas, manifestaciones y vigilias por iglesias, grupos de paz y uniones laborales que se oponen a la guerra.

Ayudantes de la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, contaron 5.614 llamadas en las pasadas seis semanas con solo 136 apoyando los planes de Bush, según lo reportado en el Washington Post el 23 de septiembre. Feinstein se opone a los planes de Bush de unilateralmente derrocar al presidente iraquí, Saddam Hussein. La senadora Barbara Boxer, del mismo partido y estado que Feinstein, reporta que sus mensajes telefónicos y cartas recibidas son casi unánime en contra de la guerra.

Bill Frist, senador republicano por Tennesee y partidario de Bush, dijo que de cada llamada en favor de la guerra, él recibe ocho en contra. El congresista Henry Hyde, republicano por Illinois, admitió en una entrevista radial que sus constituyentes están en contra de hacer guerra en contra Irak.

La oficina de la congresista Lynn R. Rivers, demócrata por Michigan, reportan que los mensajes son casi totalmente en contra de guerra. Su ayudante, Gail Boskey nos dijo que la congresista “ha hablando con gente en las partes más conservadoras de su distrito y ellos también están contra ir a la guerra.”

Los votantes están usando métodos más directos. Activistas de paz ocuparon las oficinas del congresista David Oberstar en Minneapolis. Después Oberstar emitió una declaración que un ataque por EEUU “minaría nuestra autoridad moral para combatir al terrorismo.”

Una delegación de doce mujeres visitaron a las oficinas del congresista demócrata por Pennsylvania, Chaka Fattah, en Germantown, para darle las gracias por sus posiciones progresistas. “Él nos dijo que él iba votar contra guerra con Irak,” dijo Marlene Santoyo, una líder de la Liga Femenina por la Paz y Libertad, sección de Filadelfia.

La Federación de Maestros de California, que cuenta con 70 mil afiliados, pasó una resolución unánime’ el 21 de septiembre, diciendo que “una guerra requiere ... [usar] ... recursos a un fin destructivo, sin sentido, e ilegal, mientras fortaleza a una administración que ha restringido las libertades civiles de sus ciudadanos ... “

Mary Bergan, presidenta del sindicato de profesores, nos dijo en una entrevista telefónica, “Nosotros enfrentamos problemas en todas partes e ir a la guerra no lo va mejorar.”

Otros concilios laborales y sindicatos locales pasaron resoluciones similares. El Local 10 del Sindicato Internacional de Muelles y Almacenes pasó una resolución que cita a su oposición a la guerra contra Irak del 1990 y subrayaron que “bajo el disfraz de ‘seguridad nacional’ Bush tratará de reclutar a las uniones laborales para hacer guerra para las grandes compañías de petróleo” y que el tema de seguridad nacional se está usando por la administración y las compañías para minar sus negociaciones laborales.

El Consejo del Trabajo del Estado de Washington le pidió a la AFL-CIO oponerse a la tal llamada guerra contra el terrorismo del gobierno y participar en manifestaciones y cabildear para “presionar al presidente Bush y al Congreso que paren la guerra y usen los fondos ... para ayudar a trabajadores cesante, restaurar u aumentar servicios públicos y promover la justicia global proveyendo ayuda humanitaria y económica administrada por los sindicatos, a nuestros compañeros y compañeras en otros países.”

En un discurso el 20 de septiembre en el Senado, el senador Robert Byrd, demócrata por Virginia del Oeste, denunció a Bush por usar el movimiento a la guerra para que los votantes no se den cuenta del creciente desempleo en un año donde van a ver elecciones.”¿Los políticos están hablando de la situación doméstica, debilidades en la economía, trabajo perdido, problemas con viviendas? NO” preguntó y contestó el senador.

Byrd dijo que su creer en la Constitución lo obligaba a votar en contra de una resolución de guerra. “Pero, yo encuentro que la Constitución no tiene relevancia para la gente de esta administración,” dijo el senador.

Bárbara Lee, demócrata por California, la única congresista que votó en contra de la guerra de Bush contra Afganistán, y 26 otros legisladores introdujeron una resolución (HR 473) expresando la opinión de que EEUU “ debe trabajar a través de la Organización de las Naciones Unidas” para asegurar que Irak cumpla con los requisitos de las resoluciones de la ONU.

El congresista por Ohio, el demócrata Dennis Kucinich, que apoya a esa resolución dijo antes una rueda de prensa, el 19 de septiembre, que la acción militar “no es justificada, es innecesaria e ilegal. La administración ha fallado en comprobar su caso de que Irak es una amenaza inmediata a Estados Unidos.”

La congresista Marcy Kaptur, demócrata por Ohio, dijo a la prensa, “Pelear por el petróleo y esas dictaduras que apoyan la política del petróleo no merece la pérdida de otra vida estadounidense.”

Woody Powell, administrador nacional de los Veteranos por la Paz nos dijo que veteranos de la era de Vietnam están diciendo que es lo mismo de nuevo.

Powell, que educa a grupos sobre la cuestión de guerra, dijo que gente están mirando al impacto de largo plazo de una guerra, “ ... mucha gente están cogiendo miedo ...”

Muchos en las comunidades religiosas están movilizando contra la filosofía que guía la estrategia de Bush. El secretario general del Consejo Nacional de Iglesias, el reverendo Bob Edgar, un ex congresista por 22 años, envió una carta a Bush firmada por 48 denominaciones cristianas.

El obispo auxiliar de Detroit, Thomas Gumbleton, hizo un llamado a la acción dramático antes la Asamblea Nacional de Pax Christi, organización pacifista católica. Él llamó a los 600 delegados a firmar un compromiso de resistencia y desobediencia civil para parar la guerra.

“La guerra en el Golfo Pérsico en 1991 fue una guerra injusta, condenada por el papa Juan Pablo II. Cualquier guerra nueva será una guerra injusta ... cuando firmen esa promesa están diciendo que “Estoy listo para salir a las calles y hacer desobediencia civil si atacan,” él dijo.