Análisis de Noticia
Personas cuya sola fuente de información sobre los acontecimientos en Venezuela es la televisión Norteamérica podrían sacar la conclusión de que el presidente izquierdista Hugo Chávez pretende callar a la prensa de la oposición y que el pueblo venezolano ya se ha levantado masivamente para rechazar tal atropello.
Pero esta versión dista mucho de la verdad. O por causas ideológicas, o por negligencia e incompetencia periodística, nuestras medios masivos de información nos dan una idea muy equivocada de lo que sucede en la realidad.
Es cierto que ha habido protestas sobre la decisión del gobierno venezolano de no renovar la licencia de Radio Caracas TV (RCTV). El gobierno ha citado a RCTV por numerosas violaciones de normas generalmente aceptadas de conducta responsable, y decidió transferir el lugar a otra difusora.
Las protestas, algunas de las cuales fueron violentas, incluyeron varios miles de personas incluyendo estudiantes universitarios de las elites sociales. Recibieron declaraciones de apoyo desde afuera de Venezuela de parte de organizaciones como Human Rights Watch.
El Senado estadounidense aprobó una resolución criticando la decisión. La presidente de la Cámara de Representantes de los EEUU, Nancy Pelosi, hizo una declaración en contra de la revocación de la licencia. Publicaciones pro-capitalistas como el Economist de Londres publicaron sugerencias que ahora comienza el totalitarismo en Venezuela.
Y desde luego, la prensa derechista en los Estados Unidos volvió medio loco al respecto.
Pero aquí tienen algunas cositas que a ustedes, no les están diciendo:
• El Sábado, 2 de junio, personas apoyando a la decisión del Presidente Chávez manifestaron en números que alcanzaron a medio millón, según algunas estimaciones. Esto no fue reportado en la prensa norteamericana.
• En la marcha, el presidente Chávez, quien está trabajando con el apoyo de la inmensa mayoría de los venezolanos para establecer el socialismo popular en su país, desafió a los intereses del capitalismo internacional que pretenden desestabilizar a su Revolución Bolivariana, mandando al demonio a los representantes de las oligarquías internacionales, pues Venezuela es un país libre e independiente.
Bernardo Álvarez Herrera, embajador venezolano en Washington, contestó a la declaración de la sra. Pelosi con una carta respetuosa, en la cual indicó que la mayor parte de las medias de comunicación en Venezuela siguen siendo propiedad de la oligarquía y siguen criticando al gobierno.
De acuerdo con Álvarez, hay todavía, en manos particulares, 79 canales de televisión, 706 de radio, y 118 periódicos, y el gobierno no ha interferido con ellos. Hasta el mismo RCTV puede seguir operando sus programas de televisión de satélite y cable; solo su servicio usando acceso al sector público del aire ha sido cortado.
Álvarez señaló que en varias ocasiones, RCTV ha violado normas de conducta muy razonables y de larga estancia.
“En Abril de 2002, RCTV promovió un golpe de estado en contra del gobierno democráticamente elegido del presidente Chávez”, escribió. “Luego después, participó en un intento de sabotear a la industria petrolera de Venezuela, cosa que causó tremendo sufrimiento al pueblo venezolano”.
Durante el intento de golpe de 2002, RCTV y algunos otros no solo abiertamente respaldaron el derrocamiento violento del gobierno legitimo, sino que, cuando sucedió que la mayoría del pueblo venezolano no estuvo de acuerdo, y manifestaban masivamente en las calles en contra del golpe y a favor de la restauración de Chávez, estas medias de comunicación no cubrieron las manifestaciones y en lugar de eso, exhibieron dibujitos animados.
En Venezuela como en los Estados Unidos, las medios masivos están controladas en su mayoría por grandes monopolios cuyos intereses están opuestos a los de la mayoría del pueblo. Estos intereses aseguran que ciertas noticias importantes o no sean cubiertas o que se distorsionen. Esto no es “libertad de prensa” sino mas bien su contrario.
Los que apoyan a Chávez señalan que quitar el control de las oligarquías de la prensa para ponerlo en manos del pueblo, en Venezuela o en los Estados Unidos, es un paso hacia la libertad que debe ser aplaudido y no condenado.
Rechazo masivo en Venezuela a las movidas de desestabilización