Por un voto de 61 a 36 fue aprobado por el Senado la semana pala Ley Lilly Ledbetter de Pago Justo, propuesta de ley apoyada ampliamente por organizaciones pro derechos civiles, el movimiento sindical y grupos por la igualdad de la mujer. En breve, constituyentes claves del Partido Demócrata (sectores de las fuerzas centrales del movimiento de clase trabajadora) han visto esta propuesta como medida de máxima prioridad, y los demócratas en el Congreso la empujaron. En 2008 este mismo proyecto de ley quedaba estancado en el Senado debido a tácticas obstruccionistas de los republicanos.
Entonces, ¿fue esta lucha por la aprobación de esta ley una prueba de la capacidad de los senadores demócratas, con toda y su nueva mayoría? Es posible que sí. La diferencia más evidente es el cambio en el balance de fuerzas en el Senado luego de las elecciones del 4 de noviembre. Con un total proyectado de 59 senadores que se reunirán con los demócratas (pendiente el fallo de los tribunales sobre la contienda Franken-Coleman en Minnesota), los demócratas en el Senado deben adquirir siempre más confianza en su poder.
Sin embargo, sin los 60 votos necesarios para bloquear tácticas obstruccionistas, expresan los demócratas y sus aliados preocupaciones de que los republicanos puedan utilizar estas tácticas para bloquear y obstruir cualquier legislación progresista. Y tienen cierta razón. En la última sesión del Congreso los republicanos bloquearon a 94 proyectos de ley, una cantidad que rompió récord. Fueron bloqueadas proyectos de ley que hubieran puesto una fecha límite para una retirada de Irak y aumentado fondos para los veteranos de guerra, más legislación de pago justo, la Ley de Libertad de Escoger para los Empleados, medidas para invertir más en fuentes de energía renovables y proporcionar más fondos para programas contra la pobreza y para la salud, la educación y otras reformas que beneficiarían a las familias trabajadoras. Imagínate no más.
En el caso de la Ley Ledbetter, los republicanos resistieron. Insistiendo que la gente que demandan por la discriminación muchas veces lo inventan, y argumentaban que exigirles a los patrones a que proporcionen a los trabajadores un trato justicia es en realidad una demanda injusta. Trataron ellos de debilitar a la propuesta con enmiendas que fracasaron una tras otra. Hasta trataba un republicano de envenenar la propuesta con una enmienda nacional antisindical.
Pero al final, a pesar de la ausencia de tres senadores demócratas (Kennedy está enfermo, Minnesota todavía no le ha enviado a Franken, y todavía no se había nombrado a ningún suplente por Clinton), fue aprobada la propuesta por margen confortable. Y porque ya había sido aprobada por la Cámara de Representantes, la Ley Ledbetter de Pago Justo será más probablemente una de las primeras medidas legislativas importantes a ser firmadas por el presidente Obama.
Pero no hay por que tener demasiada confianza. La compañera legislativa de la Ley Ledbetter, la Ley de Justicia de Cheques de Pago, queda todavía pendiente. Con esta propuesta se les impondrían duras penalidades a los patrones que castigan a trabajadores por discutir sus salarios uno con otro, y fortalecerían restricciones sobre los argumentos que puedan ofrecer los patrones para justificar un pago desigual por igual trabajo. Además, los senadores republicanos han expresado su hostilidad abierta, y no una oposición genial como es tradicional entre los senadores, a la Ley de Libertad de Escoger para los Empleados.
Es muy posible que necesitarán los demócratas todos sus 59 votos, además de uno que otro del partido opuesto, para que se aprueben estas propuestas de ley. Más importante aun, las fuerzas centrales del movimiento de clase trabajadora tendrán que levantar sus voces para asegurar que sigan las propuestas en el calendario legislativo. Los sindicatos y grupos laborales afiliados, entre ellos la AFL-CIO y Derechos Norteamericanos en el Trabajo, han iniciado una campaña publicitaria masiva a nivel nacional y estatal para movilizar apoyo por la propuesta, especialmente en estados en donde los senadores republicanos puedan sentir presiones al momento de la reelección.
Luego de una gran victoria popular del 4 de noviembre y la celebración histórica del 20 de enero, no hay tiempo ni lugar para descansar soñando con la victoria. Los senadores demócratas no deben ser abandonados a si solos cuando se libran las luchas por la aprobación de más legislación de clase trabajadora.
Senado pasa ley de pago justo