Análisis
Después de una abrumadora victoria el 3 de diciembre en la cual el presidente izquierdista venezolano Hugo Chávez Frías derrotó a su oponente con 63 a 37 por ciento del voto, Chávez llama por lo unidad de todas las fuerzas políticas izquierdistas del país para formar un partido unido que trabaje por la transición al socialismo.
Chávez hizo énfasis sobre la necesidad de tener un enfoque congruente unido a la tarea difícil que implica el proyecto socialista y enfatizó que la forma orgánica necesaria para esta tarea es un partido unido socialista.
Él no está hablando de convertir a Venezuela en un estado con un solo partido, ni de reprimir a los partidos de la oposición, sino de convencer a los partidos de la izquierda que lo han respaldado que se unan para mejor efectividad contra la todavía poderosa derecha, respaldada por EEUU, y que domina los medios de comunicación y muchos sectores de la economía.
El Partido Comunista de Venezuela (PCV) apoya a Chávez completamente. Piensa que el declarado compromiso de Chávez al socialismo es genuino y que el movimiento bolivariano de masa que él encabeza puede ganarlo.
El 2 de diciembre, el PCV fue el cuarto partido que más votos sacó para Chávez, recibiendo como tres por ciento del voto chavista — un aumento de cuatro veces lo que recibió en las elecciones hace seis años. El Movimiento Quinta República de Chávez consiguió 42 por ciento, mientras otros dos partidos pro Chávez sacaron 6,5 y 5 por ciento de los votos.
La directiva del PCV, mientras apoya la idea general de un partido unitario, llamó por una discusión intensiva dentro de sus organismos sobre las cuestiones específicas.
Para partidos comunistas por todo el mundo, la cuestión de unirse orgánicamente con otras fuerzas de izquierda es difícil. Lenin, dirigente de la Revolución Rusa en 1917, argumentaba que conseguir el socialismo se necesitaba un partido de “nuevo tipo” que era aun más disciplinado y enfocado en la meta socialista que lo que era el caso con la mayoría de partidos socialistas de esa era.
Desde ese tiempo, mientras los partidos comunistas generalmente no han tenido ningún problema formando alianzas con otros partidos de la izquierda, la idea de disolver su propia estructura y unirse con otros grupos es cosa muy distinta. Siempre existe el temor que los luchadores por el socialismo genuinos serán inundados con gente que no comparten la meta de socialismo o quienes lo conceptualizan diferente. Aunque Chávez quiere un partido unido para que la izquierda pueda trabajar de manera más enfocada hacia el socialismo, la realidad es que la experiencia de partidos comunistas en otros países ha encontrado que unirse con elementos muy amplios puede tener el efecto opuesto.
Por ejemplo, en 1981 el Partido Comunista Mexicano (PCM) se unió con otros partidos para conformar el Partido Socialista Unificado de México, que después se unió con otros partidos para ser el Partido Socialista Mexicano en 1987. Al fin, en 1989, se unió con otros, en mayoría elementos de centro, para fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Muchos en México sienten que lo que le pasó al PCM fue más auto liquidarse que efectuar creativamente una nueva organización revolucionaria, visto que el socialismo no es una meta principal del PRD que francamente es un grupo socialdemócrata orientado a las reformas. Otros partidos se han organizado que dicen son los herederos verdaderos de la tradición comunista.
Escribiendo en Tribuna Popular, periódico del Partido Comunista de Venezuela, Jesús Germán Faría, reconoce que tan unificación puede atraer problemas de índole ideológica con los de otro grupos formando varias tendencias, especialmente al principio. Sin embargo, él escribe, el centralismo democrático debe ser el principio organizativo del partido unitario. Además, Faría escribe, “¿Será un partido de masas o cuadros? Este partido deberá estar conformado por los mejores cuadros de la revolución, por sus mejores exponentes, los más claros ideológicamente, los más honestos y los más abnegados, los que cumplan con las mayores exigencias en cuanto a la conciencia revolucionaria, la disciplina y la ética. No tiene que ser necesariamente un partido muy numeroso para que pueda cumplir con su misión. Debe predominar la calidad. Mejor poco pero bueno”.
El escritor sigue diciendo que él ve esta idea de un partido unitario como una manera de depurar al chavismo de elementos corrupto y que buscan sus intereses en vez los del pueblo — elementos que no deben ser permitidos en el partido nuevo. Solo el tiempo dirá si el punto de vista organizativo marxista-leninista tendrá vigencia ambos dentro y fuero del PCV, especialmente entre las organizaciones más grande no comunistas que contribuyeron a la victoria del 3 de diciembre.
Venezolanos contemplan partido unido de la izquierda