ANALISIS
Por el internet nos llega un reporte muy interesante este 15 de octubre: “Reporte de Inteligencia: Contratistas militares particulares ya están en el país para bregar con el presidente Chávez de Venezuela”. Este reporte vino de www.vheadline.com.
Sigue el texto: “Agencias de inteligencia han revelado que contratistas militares norteamericanos, activos en Colombia bajo varias auspicias contratuales, inclusive programas antinarcóticos y contra insurgencias, están preparando otro golpe de estado en contra del presidente venezolano Hugo Chávez.”
Los contratistas militares, dice la historia “ya se sabe que han efectuado varias incursiones sobre la frontera colombiana a Venezuela para vincular con militares venezolanos revoltosos que operan en tierras deshabitadas a lo largo de la frontera”.
Sigue “oficiales estadounidenses de alto rango en el Pentágono han autorizado las incursiones para hacer parecer de que Chávez está propiciando ayuda a las Fuerzas Armadas de la Revolución Colombiana (FARC). Los mercenarios norteamericanos también han forjado lazos estrechos con los paramilitares derechistas para infiltrar armas a Venezuela”.
El reporte indica que un general colombiano está trabajando en el Pentágono para coordinar técnicas invasivas.
La comunicación apareció sin verificación alguna, corroboración o identificación de su fuente. Es posible que sea falso. Pero hay motivos para creer que puede ser verdad. Aquí tiene el lector el razonamiento:
Bajo el tal llamado “Plan Colombia”, las fuerzas armadas norteamericanas están profundamente involucrados en Colombia, introducido hacía el fin de la presidencia de Clinton. El programa ya se conoce por “Iniciativa Regional Andina”. Su pretexto original, de la lucha antinarcotica, ha sido desacreditada ya hace tiempo. El gobierno norteamericano abiertamente apoya a la campaña colombiana en contra de los guerrilleros izquierdistas, quienes han estado luchando a favor de la justicia social durante 40 años.
En Colombia – y en el resto del mundo – contratistas militares particulares hacen el trabajo de soldados. El uso de estos ciudadanos particulares para llevar a cabo funciones militares evita que el gobierno de EEUU tenga que aceptar responsabilidad por los fracasos, derrotas y crímenes que resultan. El gobierno estadounidense depende de la ayuda de la empresa privada DynCorp para llevar a cabo acciones militares en Colombia. Hacia el fin de 2004, la administración Bush aumentó la presencia militar en Colombia de 300 efectivos a 800 soldados y 600 contratistas.
Podemos presumir que la presencia de tropas norteamericanas en Colombia significa involucramiento en toda la región, incluso en Venezuela. El senador Christopher Dodd (demócrata por Connecticutt) testificó en este sentido ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el 29 de Octubre de 2003.
“Estamos enterados todos que el Plan Colombia va a cambiar su nombre”, dijo Dodd. “Ya lo llamamos la Iniciativa Andina Anti-Narcótica y la Iniciativa Regional Andina. Queda a verificarse si el nuevo nombre significa un enfoque más amplio desde Colombia a formular una estrategia regional más comprensiva. Ojalá que así sea”.
“Como ya mencioné, creo fervientemente que la ayuda norteamericana a Colombia y otros países andinos debe incluir un plan regional con la plena participación de otros países como Venezuela, Ecuador y Perú para destruir a los cárteles de narcotraficantes que han atormentado esta región”.
Además, el profesor James Petras, escribiendo en la revista “Counterpunch” el marzo pasado, presenta el caso de que Washington de verdad pretende instigar disturbios en la frontera Colombia-Venezuela como el preludio de un intento de sacar a Chávez y su gobierno que ha resistido el dominio norteamericano y ha proveído beneficios sociales a los obreros y los pobres.
Petras predice un “plan de acciones calibradas para derrocar al gobierno chavista. La clave es intervención militar por etapas en asociación con el gobierno terrorista de Uribe en Colombia, [involucrando] un ataque conjunto a Venezuela por Estados Unidos y Colombia, respaldados por la clase dominante venezolano y terroristas”.
“Antes de todo”, continúa Petras “Washington y Uribe han fortalecido mucho las bases militares en la frontera con Venezuela. En segundo lugar, incursiones experimentales envolviendo soldados y paramilitares colombianos suceden de forma regular..... En tercer lugar, EEUU ha proporcionado casi $3 mil millones en ayuda militar a Colombia, triplicando el tamaño de sus fuerzas armadas (a 275.000), aumentando el número de unidades de combate en las fuerzas aéreas y proveyendo tecnología militar avanzada y varios miles de especialistas militares, tanto oficiales como “contratistas”.
Se presume que tales “especialistas militares contratados” deben estar en el medio de todo hoy en día, como sugiere nuestro misterioso “reporte de inteligencia”.
¿Contratistas norteamericanos pretenden sacar a Chávez?