El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, está tratando duro de convencer a los votantes que ha tomado un nuevo camino centrista desde que sus propuestas antitrabajadoras y de inspiración empresiarial fueron derrotadas el pasado noviembre.
En su mensaje del Estado del Estado pronunciado el 5 de enero, Schwarzenegger pidió disculpas por las antipopulares elecciones especiales (pero no por sus esfuerzos para silenciar a los sindicatos del sector público ni por tratar de darse él mismo el poder unilateral de recortar el presupuesto), y dice que ya quiere trabajar junto con la legislatura estatal, demócrata en su mayoría.
“Yo no oí a la mayoría de los californianos cuando me estaban diciendo que no les gustaban las elecciones especiales”, dijo a los legisladores. “He absorbido mi derrota y he aprendido mi lección”.
Schwarzenegger se enfrenta a la reelección este otoño. En lo que muchos comentaristas llaman el primer discurso de su campaña electoral, Schwarzenegger trazó una gigantesca propuesta de 10 años y 222 mil millones de dólares para reconstruir la infraestructura del estado, incluyendo autopistas y carriles exclusivos para gente que comparten vehículos (carpool lane), lineas de trenes locales, y nuevas escuelas, tribunales y prisiones. Los fondos vendrán de casi 70 mil millones de dólares en bonos, más fondos federales, presupuestos escolares y de los condados, cobros por servicios y de nuevos peajes, e inversiones privadas — pero sin nuevos impuestos, dijo.
El gobernador prometió el “pago inmediato de todos los 1,67 mil millones de dólares en dinero de la Proposición 98”, fondos educacionales aprobados por los votantes que él se negó a desembolsar en 2004. Dijo que tales fondos, junto con un aumento presupuestal automático de de 2,3 mil millones de dólares, constituirán “el aumento más grande de fondos en toda la historia de la educación”. Prometió también un aumento de un dólar la hora en el salario mínimo — medida que él ya había vetado en dos ocasiones anteriores — y dijo que cancelará un aumento en el costo de la matrícula universitaria este otoño, y que pedirá al gobierno federal permiso para la “importación segura” de medicamentos de receta.
Pero un vocero de la Federación de Maestros de California, Fred Glass, enfatizó que las propuestas educacionales de Schwarzenegger todavía no proveen suficiente fondos para la educación en un estado que está casi al fondo en esa categoría en el país. Dijo que las propuestas del gobernador son “quizás un pronto, pero no satisfacen los requisitos ni de la Proposición 98 ni del acuerdo establecido el año pasado”.
También advirtió que no se pueden realizar los planes de Schwarzenegger sin impuestos nuevos. “Él propone ponerle una carga de deudas a nuestros hijos a largo plazo”, dijo Glass. “Sería más apropiado pagar [los programas nuevos] con impuestos a las grandes corporaciones y a los ricos”.
Nativo López, presidente de la Asociación Política Mexicoamericana [MAPA, por sus siglas en inglés] también citó a los peligros del endeudamiento a largo plazo y la necesidad de nuevos impuestos. Añadió, “En vez de invertir dinero en prisiones y otras medidas de ‘seguridad pública’, necesitamos programas preventivas y de ‘desarrollo popular’”. Dijo López que MAPA está trabajando en dos posibles propuestas de referéndum para aumentar al salario mínimo — ambas, indexadas al costo de vida, han recibido respaldo mayoritario en las encuestas opinión pública.
“Estamos aquí para seguir presionándo al gobernador”, dijo Robin Swanson, portavoz de la Alianza por una California Mejor, la coalición dirigida por los trabajadores del sector público que jugó un papel decisivo en la campaña que derrotó a todas las propuestas electorales de Schwarzenegger. Aunque sea bien cierto que el estado necesita nueva infraestructura y escuelas, dijo ella, “Nos sorprendería si se logra realizar todas sus propuestas sin nuevos impuestos. Schwarzenegger suele prometer mucho y producir poco”.
En una declaración hecha del 4 de enero, el dirigente de la Federación del Trabajo de California, Art Pulaski, calificó como “dos años tarde y un dólar corto” la propuesta de Schwarzenegger sobre el salario mínimo. Dijo que conectarlo al índice inflacionario es “la única manera de mantener al tanto el salario mínimo para los años futuros”, medida que hace falta en la propuesta del gobernador.
Pulaski citó números del Proyecto Presupuestario de California indicando que el valor real del salario mínimo ajustado para la inflación es más de una tercera parte menos hoy que en 1968, y ha perdido otro 9 por ciento desde que Schwarzenegger fue elegido en 2003. “Una solución estable movería al salario mínimo de la polítiquería a la realidad”, dijo.
¿Está cambiando Schwarzenegger?