FUERTE BENNING, Georgia — Más de 22.000 personas de todo Estados Unidos y Canadá, la mitad de estos jóvenes, se manifestaron del 17 al 19 de noviembre a favor del cierre de la Escuela de las Américas (SOA, por sus siglas en inglés) del departamento de Defensa, y por la justicia para Latinoamérica. Recordando a las víctimas de los soldados adiestrado en como torturar por esta escuela, hicieron una solemne procesión funeral hasta la entrada principal de esta base militar local de la SOA y base principal de 60.000 soldados estadounidenses.
Esta fue la manifestación más grande en la historia contra la SOA en el Fuerte Benning. Hubieron protestas simultaneas en otras ciudades de EEUU, en ocho países latinoamericanos, en Canadá e Irlanda.
Fundado en 1946 a comienzos de la Guerra Fría, la SOA ha entrenado a 61.000 soldados latinoamericanos. Sus graduados han participado en masacres, torturas y asesinatos. Las protestas anuales coinciden con el aniversario del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos mujeres el 16 de noviembre 1989 en El Salvador por soldados entrenados en la SOA.
Situado al comenzar en Panamá, la SOA promueve la influencia militar norteamericana en Latinoamérica. Críticos de la SOA dicen que la escuela proporciona tropas utilizadas por gobiernos derechistas para reprimir a estudiantes, trabajadores religiosos, organizadores sindicales y movimientos populares. En 1996 salieron a la luz pública los manuales de tortura de la SOA. Como reacción a las crecientes críticas, Washington cambió el nombre de la escuela en 1996 al de “Instituto de cooperación Para la Seguridad Hemisférica”.
En 1990 el sacerdote católico Roy Bourgeois fundó a la organización “SOA Watch” (Vigilancia a la SOA) para llevar acabo la acción directa no violenta y la abogacía legislativa a favor del cierre de la escuela. Este grupo es él que organiza las manifestaciones en Georgia.
Este año 16 manifestantes, en desafío a los guardias, entraron a la base y fueron arrestados, a propósito arriesgándose a condenas de cárcel como las dictadas a manifestantes en años anteriores.
En el curso de 12 horas durante dos días, 70 músicos y oradores se presentaron en tablas construidas a la entrada principal del puesto militar. Los manifestantes escucharon a organizadores contra la SOA, líderes pro derechos civiles, sobrevivientes de la tortura, organizadores sindicales, activistas religiosos y representantes de grupos indígenas.
Activistas del grupo “Living the Dream” (Viviendo el Sueño) habían caminado a pie desde Selma, Alabama, y un Peregrinaje Budista por la Paz llegó a pie desde Atlanta. El 19 de noviembre a temprana hora, 200 integrantes y partidarios de Veteranos por la Paz caminaron cuatro millas hasta la entrada de la base.
“Tenemos que frenar lo que hace nuestro gobierno”, dijo Victor Kittle, de Detroit. “Temo que el terrorismo comienza en casa”.
Un veterano de la Guerra de Viet Nam apuntó a que, “Muchos de nosotros no sabemos qué es lo que pasa aquí, pero sí sabemos cuáles son los resultados”.
La guerra en Irak le preocupaba a la gente. Un integrante de Veteranos de Irak por la Paz dijo, “Irak fue espantoso. Y no solo eso; si te quejas de cualquier cosa, como escasez o la comida, te convertía en hombre marcado y tuviste que cuidarte las espaldas”.
La educación fue una gran parte del evento estrechamente organizado. Más de 65 presentaciones fueron ofrecidas, la mayor parte de estas en el Centro de Convenciones en Columbus. Entre los temas cubiertos estaban la protesta no violenta, los derechos de los inmigrantes, y la reforma penal, así como entrenamiento sobre la objeción por cuestión de conciencia, la cancelación de deuda y programas de voluntarios por los derechos humanos.
Los participantes asistieron a sesiones sobre la represión a los sindicatos laborales en Colombia, los asesinatos de mujeres en Guatemala, derechos indígenas en Bolivia, y el proceso revolucionario en Venezuela, la última en las palabras del embajador de ese país.
En una conferencia laboral extraordinaria organizada por los dirigentes de la AFL-CIO de Georgia y el Sindicato de Obreros Automovilísticos de Michigan, el ex congresista David Bonier, actualmente dirigente de American Rights at Work (Derechos Norteamericanos en el Trabajo), el investigador laboral de Human Rights Watch (Vigilia sobre Derechos Humanos), Carol Pier, y el director de Organización de la AFL-CIO hicieron conectar a la propuesta de ley “Libertad de los Empleados a Escoger” con los derechos laborales en América Latina.
Representando a la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, Alfonso Velásquez, ofreció detalles sobre la epidemia de represión violenta contra los sindicalistas en su país. La vicepresidente ejecutiva de la AFL-CIO Linda Chávez-Thompson presentó a los derechos laborales como “un hilo en la tela de la justicia social y económica”, enfatizando que dondequiera que estén maltratados los trabajadores, están bajo sitio los derechos de todo el pueblo”.
Muchos de los oradores citaron a las últimas victorias electorales en Latinoamérica y la oposición allí a la creciente presencia militar norteamericana como índices de esperanza y de cambio positivo en la región. Los activistas de SOA Watch describieron su campaña para convencer a los dirigentes políticos latinoamericanos a dejar de mandar tropas a la SOA, paso ya tomado por Uruguay, Argentina y Venezuela.
Animado por las victorias de los demócratas en las últimas elecciones al Congreso, SOA Watch busca intensificar su campaña para convencer a los legisladores a abolir a la SOA. En junio de 2006, una enmienda con ese propósito introducida por el representante Jim McGovern (demócrata por Massachussets) fue derrotada por 30 votos.
atwhit @ megalink.net Mike Giocondo contribuyó a este reporte.
20.000 dicen: ¡Cierren la Escuela de la Américas!